Lupus eritematoso sistémico
(Lupus)
Dr. Javier Leandro
Sosa
El lupus eritematoso
sistémico (LES) es una enfermedad de etiología desconocida que
puede afectar a cualquier órgano del cuerpo y que se
caracteriza por la presencia de múltiples auto-anticuerpos que
son responsables de las lesiones en los diferentes tejidos.
El término
Lupus, deriva del latín que significa lobo, y se utilizó en
sentido figurado para describir las lesiones de la cara cercanas
a la nariz. No se conoce exactamente si fue adoptada por la
similitud con la cara de un lobo o por el aspecto de las
mordeduras ocasionadas por este animal.
Las primeras
descripciones de esta enfermedad se atribuyen a Hipócrates de
Kos (siglo V adC- siglo IV adC) padre de la medicina moderna,
que relata en sus escritos cuadros reumáticos, entre los cuales
algunos podrían corresponder a casos de lupus.
El primero caso,
científicamente demostrado, data del año 890 dC y corresponde a
una momia de la cultura Huari de Perú. Estos estudios fueron
realizados en conjunto por el Departamento de Patología de la
Universidad de Virginia (EE.UU.) y el Museo Regional de Ica
(Perú) quienes, a través de estudios de última generación,
llegaron a la conclusión que las lesiones encontradas
corresponden a una enfermedad del colágeno y podría tratarse del
primer caso de lupus en el mundo. La cultura Huari existió entre
los años 600 y 1000 dC, antes del Imperio de los Incas.
Existe, en esta
dolencia, una alteración en el sistema inmunitario, que actúa
normalmente protegiendo al organismo de agresiones externas.
Dicho trastorno consiste en la producción de unas proteínas
llamadas anticuerpos, que reaccionan contra estructuras del
propio enfermo, por lo cual se denominan auto-anticuerpos.
Hoy en día se acepta
como teoría más probable, que diferentes estímulos (infecciones,
exposición a la radiación solar, metales pesados, fármacos,
etc.) actúen en una persona con alteraciones genéticas
específicas y esta interacción de como resultado la producción
de los auto-anticuerpos responsables de las manifestaciones
clínicas del lupus.
El lupus es más
común en mujeres jóvenes, entre los 15 y 40 años. Puede
manifestarse en cualquier edad, pero es poco frecuente su
presentación en personas mayores de 50 años. La presentación en
el sexo masculino es poco habitual y la relación mujer-hombre es
de 9:1, lo que significa que exteriorizan manifestaciones de
esta enfermedad en 9 mujeres por cada hombre.
Las primeras
manifestaciones de la enfermedad pueden ser confundidas con
otras patologías, incluso con patologías habituales como
síndromes gripales. Suele comenzar con astenia (cansancio
excesivo), hiporexia (falta de apetito), fiebre y pérdida de
peso.
Dentro del amplio
espectro de afecciones del LES, el compromiso articular
(articulaciones) es el más frecuente y se presenta como dolor y
tumefacción (hinchazón) en articulaciones pequeñas.
La piel es otro órgano
que se afecta con gran frecuencia en el lupus, y el eritema en
alas de mariposa o eritema malar (lesión de coloración rosada
que adopta una forma similar a una mariposa localizada sobre la
nariz) es característico de esta enfermedad. Existen otras
lesiones en la piel que varían de acuerdo al tiempo de la
enfermedad y en un mismo paciente pueden presentarse
simultáneamente.
El compromiso de la
mucosa de la boca y la nariz también es frecuente y los enfermos
presentan pequeñas úlceras que pueden ser o no, dolorosas.
Los riñones, los
pulmones, el corazón, el cerebro, el hígado, los ojos, los
glóbulos rojos, los glóbulos blancos y el resto del organismo
pueden verse afectados por esta enfermedad en algún momento de
su evolución.
El diagnóstico de
lupus se realiza utilizando pruebas de laboratorio y el conjunto
de manifestaciones clínicas.
La gravedad de las
lesiones es variable, con un espectro muy amplio que incluye
trastornos menores y lesiones graves que comprometen la vida.
Por lo tanto, el pronóstico depende mucho del tipo de lesiones
que afecten a cada paciente.
El lupus no tiene
cura y es una enfermedad crónica que es común que presente
períodos de actividad y períodos de remisión (sin
manifestaciones activas de la enfermedad).
En la actualidad, los
métodos diagnósticos y los tratamientos disponibles permiten
minimizar los daños ocasionados por esta enfermedad.
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