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Prof. Dr. Alcides Greca

Profesor Titular de la 1ra Cátedra de Clínica Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario

 

 
 

Editoriales
 

LA CONSULTA ENTRE MÉDICOS

 

Alcides A. Greca

 

            En la práctica cotidiana, todos estamos acostumbrados a consultar a colegas sobre aspectos del problema de nuestro paciente, relacionados con su especialidad. Suele denominarse interconsulta a esta modalidad, aunque algunos la llaman derivación. Esto a mi juicio lleva a una peligrosa confusión por cuanto interconsulta y derivación en modo alguno pueden considerarse sinónimos. Derivar, según el diccionario, significa “conducir algo que va por un cauce para hacerlo ir por otro camino”. Es muy entendible que el paciente, aunque no sea un conocedor exquisito del lenguaje, comprenda nítidamente cuando le decimos que lo derivaremos a un determinado colega, que le estamos indicando elegantemente que siga otra vía distinta de la que lo trajo a nosotros y se sienta, en consecuencia, abandonado.

 

            Esta situación conspirará seriamente contra su salud porque si ha llegado a nuestro consultorio y se ha quedado en él, no es por otra razón que porque ha establecido un vínculo transferencial con nosotros. Que el enfermo vaya de buen grado a ver al médico al  cual es remitido y acepte sus consejos y sugerencias dependerá en todos los casos de su médico tratante o médico de cabecera, si se prefiere denominarlo así. Es por ello que este médico no debe ni puede desertar de ese rol, so pena de resultar iatrogénico para su paciente.

 

            Aunque el médico consultado tenga un área de dominio muy lejana a la nuestra, es de buena práctica volver a citar al paciente para que en una próxima visita nos comunique su impresión acerca de la consulta efectuada, los comentarios y sugerencias del colega y su propia opinión al respecto. Por lo general, el paciente regresa con una nota más o menos extensa, según los casos, en la cual, en términos médicos, están expresados estos comentarios y sugerencias. Esto de ningún modo puede eximirnos de permitirle hablar al paciente. En primer lugar, porque así se sentirá jerarquizado y tenido en cuenta y además porque esto ayudará a favorecer la empatía con el médico consultado.

 

            Existen situaciones en las que es el mismo paciente o su familia la que propone una consulta. Esto suele ocurrir ante diagnósticos graves o ante la indicación de procedimientos invasivos y riesgosos. Algunos médicos se sienten decididamente mal frente a estas solicitudes porque creen estar siendo descalificados o desautorizados. Esto es así en mi concepto, porque entienden la aceptación de la consulta como una velada confesión de ignorancia, cuando en realidad una segunda opinión puede ser esclarecedora, aportar un punto de vista muy valorable y ayudar en el tratamiento y en el pronóstico del enfermo.

 

            Sin duda es muy importante que el médico conozca quién será el colega a consultar. Tiene todo el derecho de negarse a “consultas” con curanderos o manosantas, ya que aun cuando el paciente sea libre para recurrir a ellos, el médico no tiene obligación de aceptar sugerencias o indicaciones de prácticas que no juzga calificadas o con aval científico. Decir esto claramente al paciente o al familiar solicitante tiene un indudable objetivo ético: ser sincero con él y no comprometerse a hacer o a avalar algo que no se aprueba.

 

            En los otros casos (la mayoría), en que el consultado es un colega de reconocida capacidad y experiencia, la consulta puede ser muy valiosa y en ciertas situaciones es bueno que sea el propio médico tratante quien la ofrezca. Rara vez el paciente abandonará a su médico después de estas consultas. Por el contrario, al verlo despojado de petulancia, con la única intención de ofrecerle lo mejor para el tratamiento de su enfermedad y su recuperación, el vínculo entre el enfermo y su médico se verá fortalecido.

 

            Y bueno es entenderlo: los enfermos no se curan con los medicamentos o con las operaciones solamente. Lo que los cura es el vínculo.

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