Entrevista al Dr. Onofrio Penzato por la Dra.
Jorgelina Presta
¿Cuáles
cree usted que son las funciones de la Universidad?
La
Universidad es una institución cuya actividad
esencial es la enseñanza y la formación de
profesionales. Su origen se remonta al siglo XII,
con el transcurrir del tiempo, y en constante
adecuación a los condicionamientos, fue tomando
diferentes funciones que responden a los fines que
cada sociedad le fue demandando. Tiene muchos siglos
de existencia y es el reflejo del entorno político,
económico, social, y científico-docente.
La palabra
latina universitas significa primordialmente
un cuerpo, compañía o comunidad, así fue pensada
antiguamente, pero, en la Edad Media adiciona al
significado de una entidad colectiva, la
especificidad de: magistrorum et scholarum, es
decir, institución que comprende a los docentes o
maestros y a los alumnos o discípulos. La razón de
sus relaciones está justificada en la creación y
transmisión del conocimiento.
En la
actualidad se ha ensanchado el horizonte intelectual
de las ciencias con la incorporación de la
tecnología y la sociedad le ha ido requiriendo a la
Universidad que amplíe su cometido. De este modo,
primero se le pedía un esfuerzo para obtener un
efecto superador, dado por la posesión de un
conocimiento, luego se incorpora la exigencia de una
reflexión crítica, de un efecto democratizador, de
difusor de cultura y de un servicio a la comunidad.
A posteriori, la Universidad se ha convertido en
productor de recursos científico-técnicos. Todos
estos aspectos amplían las funciones que
primariamente se reconocían como su razón de ser.
Siguiendo
con este desarrollo conceptual, la Universidad es
esa institución cuya función es formar
intelectuales, los cuales serán docentes y guías
para la construcción, confrontación y la aplicación
de los saberes específicos.
Tradicionalmente se le han reconocido a la
Universidad tres funciones:
*La
enseñanza de los conocimientos intelectuales que
se orientan a la formación de
profesionales, en nuestro caso, de los médicos.
*El
profesionalismo implica la posibilidad de
respaldar, incrementar, confrontar los conocimientos
médicos, labor que, en términos genéricos,
denominamos investigación.
*La
práctica es la aplicación de los conocimientos
enseñados-aprendidos, llevados a la realidad del
ejercicio de los actos médicos y que debería
retroalimentarse con la investigación.
¿Teniendo
en cuenta su larga trayectoria como docente
universitario, cree que se han logrados sus
funciones específicas?
Esta es una
pregunta que no puede responderse simplemente,
plantea la necesidad de una evaluación previa. La
misma es muy compleja y no puede basarse en la
experiencia o la percepción de cada uno. Los grados
de verificación del cumplimiento o no de las
funciones de la Universidad merecen un nivel de
análisis comparativo, que se aviene con el devenir
de esta institución educativa y las demanda
científicas y sociales. Creo que es más conveniente
hablar de transformaciones contextualizadas de
dichas funciones.
¿Qué
cambios ha detectado o propone para la Universidad
actual?
Hoy más
que nunca la Universidad debería acentuar su función
de promoción humana y de movilidad social, sin
embargo, su actual condición de masiva le impide,
en un gran porcentaje, cumplir con las funciones
enunciadas. La cantidad de alumnos que demandan el
derecho a la educación superior y la obsolescencia
de los ámbitos físicos y técnicos, son realidades
incontrovertibles. Estos problemas constituyen un
desafío para la vida universitaria y su buen
desempeño.
La paideia
(1) médica necesita del enfermo y del ámbito
hospitalario donde observar, seguir la evolución del
enfermo y de la enfermedad, analizar casos,
confrontar datos, interpretar síntoma y signos, de
manera que también es función de la Universidad
enseñar a pensar sobre la base de los procesos
intelectuales, en una imprescindible integración
teórico-práctica, además debemos considerar que la
profesión médica requiere incrementar los trabajos
realizados en grupos interdisciplinarios, que
implican la generosidad de compartir las
experiencias y los conocimientos.
¿A su juicio, cuáles son las falencias más
importantes de la Universidad actual?
En este
momento de mi vida profesional y docente
universitaria puedo mirar con cierta distancia y
objetividad la trayectoria de la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional de Rosario y
afirmar que, desde mi época de estudiante en la
misma, y con el ejercicio de la profesión y la
docencia he logrado diferenciar las funciones
y los fines de la Universidad, creo que las
primeras se han ido incrementando, actualizando,
pero los fines, muchas veces, se desdibujan por la
presencia de elementos extra-educativos, la
Universidad no debería ser un campo de políticas
partidarias y sí de políticas universitarias, donde
la universitas -docente-alumno-conocimientos-
sea el trípode donde se apoye su proyección a la
sociedad.
Hoy más
que nunca la Universidad debería poner mayor énfasis
en la promoción humana, en la movilidad social y en
la preparación de profesionales con una formación
científica y técnica satisfactorias.
Estas
realidades constituyen un verdadero desafío para la
política educativa; la docencia universitaria
demanda medios materiales y recursos humanos con
dedicación y profesionalidad suficientes para
desarrollar el proceso de profundización,
actualización, articulación y experimentación de los
contenidos curriculares.
Ante las
carencias con que egresan los médicos se trata de
acercar soluciones, pero son parciales y selectivas,
entre las propuestas que acompañan a la formación de
grado están, entre otras, las siguientes opciones:
*La
educación permanente en sus diferentes posibilidades
*Niveles e
instancias educativas posuniversitarias
*Educación
a distancia/virtual
Lo ideal
es considerar a la educación como una inversión a
futuro para la sociedad
¿Cuál es su mensaje final para los docentes de la
Universidad?
Siempre
aconsejo la lectura de libros extra-médicos, puesto
que en la vida del médico todo no se concreta al
estudio de nuestra ciencia-arte, y a convivir todos
los días con el prójimo sufriente. El médico debe
ser humano, para ello, es indispensable abrevar en
todas las fuentes posibles que lo hagan respetuosos
de la dignidad humana del enfermo, de su condición
de ser que nos necesita, nos interpela, de su
concientización depende una la relación
médico-paciente más satisfactoria.
“Además el
médico que sólo medicina sabe, ni eso sabe”.
La labor
del médico está muy mediatizada por la tecnología,
su eclosión es imparable, y su utilización es
necesaria, pero ésta debe estar al servicio del
médico y no el médico supeditado a la tecnología, se
la debe considerar como una muy buena aliada,
siempre que sirva a la alta dignidad del espíritu
humano y no la sojuzgue.
El médico
debe saber utilizar todos los elementos que la
tecnología y la ciencia le proveen, pero sobre la
base de la deontología, para que sus decisiones se
encuadren dentro de los límites de su utilización
humana y profesional.
En cuanto
al médico docente le sugiero que la humildad guíe
siempre su trabajo, la dedicación, el entusiasmo y
su actitud de servicio lo hará mejor médico y mucho
mejor persona.
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