16º Entrega
Interacciones
farmacológicas:
Responde:
|
Dr. Jorge Mercado
•
Vicepresidente del 29º Congreso Mundial de Medicina Interna
|
MEDICAR O NO MEDICAR. HE AQUI EL DILEMA
El tema
elegido y que abordaremos a grandes rasgos es el dilema al
que nos enfrentamos diariamente cuando debemos medicar y muy
frecuentemente polimedicar a nuestros pacientes, abriendo un
enorme campo de posibles errores frente a la indicación,
contraindicación, interacción y efectos tóxicos de las
drogas a medicar. Estamos formados desde la Facultad para
pensar que el mejor anticuerpo para el error, cada día mas
frecuente en la prescripción de medicamentos, es la
formación médica continua, sin embargo asistimos hoy en día
a una nueva ignorancia que consiste ya no en “no saber”, en
“no estudiar”, sino en aceptar casi con resignación, que lo
que sabemos, lo que estudiamos como cierto ya no nos sirve o
que pierde rápidamente vigencia y aún puede llevarnos a
errar en el manejo de determinada patología. La velocidad de
la acumulación de información en Medicina es alucinante, y
sólo para dar algunos ejemplos recordemos que se publican
aproximadamente 560.000 artículos de Medicina al año y
alrededor de 20.000 estudios de la Cochrane, es decir
randomizados y controlados contra placebo, esto extrapolado
por día hace que ante nuestra curiosidad científica tengamos
1.500 artículos y 55 estudios randomizados. Estos números
elocuentes hacen que no puedan ser abarcados por nuestra
capacidad de actualización. En julio de este año en el
Annals of Internal Medicine concluyen que los “reviews”
tienen una más que limitada vigencia, llegando a perderla en
el 7% de los casos en el momento mismo de la publicación y
perdiendo vigencia en mas del 50% de los casos a los 5 anos
de publicada. La desconfianza en cuanto a nuestra base de
datos se refuerza al analizar los datos de la revista
europea Prescrive donde se pone en tela de juicio el
contenido y la calidad de las conclusiones de los trabajos
en Medicina, llegando a la conclusión que sólo el 0,3%
alcanzan el calificativo de BRAVO, y 2.8% el de AVANCE REAL,
es decir que sólo este exiguo número de trabajos motivan
algún avance concreto en el manejo de determinada patología
y por lo contrario casi el 65% de las publicaciones no
aporta nada nuevo.
Los
errores de prescripción de fármacos son una de las causas
más frecuentes de iatrogenia en los pacientes internados
como vemos en la ya clásica actualización de la IOM del ano
1999. La prensa local se hizo eco de este informe de la IOM
y con el pretexto del riesgo de la automedicación, manipula
las conclusiones del estudio mencionado y coloca en títulos
catástrofe y en primera página el impacto de los errores en
la prescripción de medicamentos.
El
problema del daño potencial por el uso no racional y aún
racional de los fármacos se hace más evidente en los mayores
de 80 años, siendo este grupo etario particularmente
sensible a los efectos secundarios de las drogas por la
menor capacidad de excreción y metabolización. A mayor edad,
mayor asociación de patologías y mayor asociación de
medicamentos multiplicando el riesgo de las interacciones
medicamentosas.
Muchos
son los factores que afectan la relación entre una
determinada dosis de una determinada droga y su efecto en un
determinado paciente. Estos complejos factores,
demográficos, genéticos, de interacción y de asociación de
drogas se simplifican en dos conceptos: la farmacocinética y
la farmacodinamia. El primero se refiere al acceso de la
droga al sitio de acción y el segundo es una medida de la
respuesta del paciente a la droga en sí. La información que
el médico tenga de estas variables lo llevara a elegir y a
ajustar la dosis de las drogas para evitar un efecto
insuficiente en el caso de una dosis muy baja y en especial,
un efecto tóxico cuando esta es alta. Entre los factores que
afectan la farmacocinética destacamos la absorción, el
volumen de distribución, la eliminación. En lo que respecta
a este último parámetro considerado, existen factores que la
condicionan como es el caso del polimorfismo genético, así
pacientes con déficit de algún integrante del sistema de la
Citocromo P450 presentan un mayor riesgo de intoxicarse con
antidepresivos triciclitos. La FDA, en este sentido, ya ha
aprobado incorporar información farmacogenética a las
comunes que vienen clásicamente con los medicamentos, un
ejemplo en este sentido es el caso de los dicumarínicos, así
los nuevos conocimientos explican que personas con una
variante en dos genes (CYP 2 C9 y VKORC1) pueden necesitar
menores dosis de acenocumarol. Además alteraciones en el
metabolismo hepático condicionan las dosis de las drogas
metabolizadas o eliminadas por esta vía, la interacción de
fármacos como ya hemos referido es otro potencial mecanismo
de error, por ejemplo los azoles decrecen el metabolismo de
la ciclosporina o la fenitoína, incrementa el metabolismo de
los cumarínicos. El clearence del riñón genera una
adecuación de las dosis de los fármacos eliminados por esta
vía como los aminoglucósidos.
Con esta
introducción, vamos a dar algunos ejemplos con casos
clínicos reales relacionados con una terapéutica común a
cardiólogos e internistas como es la anticoagulación oral,
sabiendo lo frecuente de la modificación del efecto
terapéutico asociado a la interacción con otras drogas y
suplementos dietarios.
1er caso:
Paciente de 69 años de edad con historia de reemplazo
valvular aórtico con válvula mecánica, se presenta a la
consulta cursando un cuadro de foco neurológico agudo
interpretado como accidente cerebrovacular iquémmico (stroke).
Se encontraba recibiendo tratamiento anticoagulante con
acenocumarol, y además recibía omeprazol, sertralina,
atorvastatina, colestipol, enalapril y zolpidem. Su RIN
de ingreso era de 1,1. ¿Cuál de los fármacos utilizados
en el paciente puede justificar la pérdida del efecto
anticoagulante que puede haber contribuido con la
aparición del stroke?
En este
caso la utilización del colestipol, que junto con la
colestiramina, actúan disminuyendo la absorción de los
cumarínicos, llevando a una incorrecta anticoagulación.
Recalcar con este ejemplo la importancia de la absorción en
el efecto terapéutico de las drogas. Recordar en este
sentido que el acenocumarol se administra alejado de otros
medicamentos y alimentos.
2do caso:
Varón de 72 años con reemplazo valvular aórtico que
llega a la guardia con hematomas varios en miembros
inferiores, región dorsal y dorso de manos. Su último
control del RIN fue de 3 hace 3 semanas. Hace 1 semana
consultó a un médico de guardia por un cuadro
interpretado como infección respiratoria, por lo que
recibió un fármaco que no recuerda. Su tratamiento
habitual es acenocumarol 4 mg/día, inhalaciones de
salbutamol 4 veces al día y nortriptilina.
¿Qué
drogas de las mencionadas a continuación pueden
interaccionar con los cumarínicos?
Amoxicilina, codeína, cefixima, azitromicina,
trimetoprima/sulfametoxazol,
Este es
un caso para recordar que ciertas drogas potencian
severamente y otras no tanto el efecto de los
anticoagulantes orales. Entre ellos tienen interacciones
severas amiodarona, propafenona, azoles (ketoconazol,
itraconazol, fluconazol), trimetoprima/sulfametoxazol,
siendo menor la influencia de los macrólidos como
azitromicina, eritromicina.
3er caso:
Varón de 39 años, con reemplazo valvular aórtico, que
consulta por múltiples hematomas. Su control de RIN el
último mes fue de 2,4 y en la consulta actual es de 6,5.
¿Cuál
de los siguientes medicamentos que toma el paciente
puede explicar esta situación?
Ranitidina, carbonato de calcio y paracetamol.
Aún droga
que consideramos seguras como el paracetamol (acetaminofeno),
en altas dosis pueden llegar a interferir con los
dicumarínicos. Tomar más de 9 g por semana de paracetamol
aumenta 10 veces la posibilidad de tener un RIN > de 6.
Estos
casos cínicos de interaccioes farmacológicas con un grupo
específico de drogas como los anticoagulantes orales son
sólo ejemplos de los casos que enfrentamos a diario. Nuestro
rol de internistas nos pone muchas veces en la posición de
alquimistas para combinar en determinado paciente la nutrida
farmacopea con los fármacos que el paciente está previamente
recibiendo. No pocas veces el motivo de consulta no es otro
que la consecuencia de alguna interacción farmacológica
impropia y desconocida por el médico prescriptor y
obviamente por el paciente. Antidepresivos, estatinas,
inhibidores de la bomba de protones, y hasta suplementos
dietéticos como el Ginseng o el Hypericum poseen numerosos
efectos secundarios que vale la pena estudiar para no caer
en el error frecuente de la iatrogenia por fármacos.
Existe
por fin una arista a destacar en esta charla y es el
concepto de errar o equivocar una conducta por alguna de las
circunstancias descriptas. La experiencia de la mayoría de
nosotros es que no es fácil admitir el error, sin embargo es
clave para el desarrollo del conocimiento en general y del
conocimiento medico en particular. No sólo es necesario
reconocer el error, sino que al exponerlo y discutir las
circunstancias en la que se generó, podremos aprender de él.
Dejo
planteada esta exposición para responder a las dudas que
surjan de los efectos secundarios de las drogas de uso
frecuente y las interacciones farmacológicas que causan
patología en nuestros enfermos
Entrevista:
1. ¿Según su experiencia, cuáles son las interacciones
farmacológicas más comúnmente olvidadas por los médicos en
la atención ambulatoria? ¿Cuáles son las principales
consecuencias devenidas de ellas?
El
problema creciente de las interacciones farmacológicas ha
aumentado con el correr del tiempo. Sólo como ejemplo
recordemos el metanálisis de Lazardou et al. Este trabajo
analiza 31 estudios prospectivos sobre efectos adversos de
las drogas en pacientes internados. De este enorme estudio,
surge el dato concreto que los médicos, involuntariamente,
somos la 6ta causa de morbimortalidad. Esta cifra, que puede
variar en más o en menos con los años, pone el tema de las
interacciones de fármacos como un problema candente que
debemos enfrentar.
Las
causas de estas cifras de epidemia son múltiples. Existen
variables que hacen a la farmacocinética de los fármacos,
como son los problemas de absorción de las drogas, siendo
ejemplos la Levotiroxina que requiere un medio ácido para su
absorción, no siendo infrecuente que el paciente tome su
dosis diaria luego de haber desayunado; o las dosis de
levodopa en pacientes con Parkinson, tomadas después de
comer y no 40 minutos antes para mejorar la absorción y
disminuir la dosis por toma (disminuyendo los efectos
adversos propios de la concentración del farmaco). En cuanto
a la farmacodinamia recordemos el caso de los enfermos con
insuficiencia cardíaca que al disminuir el volúmen
circulante efectivo se intoxican más facilmente con drogas
utilizadas en este contexto como la digital o la
aminofilina. Y hoy en día deberíamos agregar el concepto de
farmacogenética, prometedor avance de la medicina, que
explica el por qué de las diferentes respuestas de cada
individuo a determinado fármaco (como ejemplo la Warfarina)
según su constitución genética que lo hará más sensible o
más resistente a determinadas drogas.
Si
hablamos de anticoagulantes orales es bueno recordar que hay
una enorme cantidad de sustancias que interfieren con el
metabolismo de estas drogas generando riesgo de trombosis o
de hemorragia según la interacción aumente la resistencia o
la sensibilidad a los cumarínicos. Aumentan el riesgo de
sangrado la trimetoprima sulfmetoxazol, la eritromicina
(menor efecto con otros macrólidos como la azitromicina o la
claritromicina), los antifúngicos azoles (ketoconazol, etc),
el acetaminofeno, los antiarrítmicos amiodarona y
propafenona. Disminuyen el efecto dicumarínico el colestipol
o la colestiramina.
2. Existen interacciones farmacológicas de importancia entre
medicaciones de venta libre, tales como antiinflamatorio no
esteroideos, antiespasmódicos, antiácidos, etc.?
Los DAINE
son una de las drogas que generan mayor número de efectos
adversos e interacciones farmacológicas. Producen más
muertes al año que el cáncer de mama o el SIDA. Si un
paciente hipertenso estable se presenta a la consulta con un
descontrol de sus cifras tensionales sin haber cambiado sus
dosis habituales de antihipertensivos, la primera pregunta
debe ser relativa al uso de anti inflamatorios medicados o
automedicados, lo mismo si un renal crónico empeora sus
parámetros de suficiencia renal. Hoy en día una de las
principales causas de internación en insuficiencia cardíaca
es el uso de antinflamatorios (compiten con el efecto de los
ECA inhibidores y los diuréticos). En cuanto a los
antiespasmódicos recordemos el efecto potenciador de
sustancias tranquilizantes y la particular sensibilidad de
los ancianos a estas drogas.
Los
antiácidos interfieren con la absorción de medicamentos y
oligoelementos como el calcio o las sales de hierro en el
paciente anémico (riesgo potencial de osteoporosis y anemia
respectivamente)
3. En
gran cantidad de los pacientes hospitalizados se indica
profilaxis tromboembólica y protección gástrica de manera
rutinaria, usando comúnmente antagonistas H2 y heparina no
fraccionada respectivamente. ¿Cuáles son las interacciones
farmacológicas que se deben tener en cuenta en todo paciente
al que se indiquen dichas medidas?
En cuanto
al uso de bloqueants H2 para la prevención de hemorragia
digestiva alta en el internado, debemos decir que si el
paciente tiene riesgo clínico de hemorragia digestiva alta
optaremos por un bloqueante de la bomba de protones en dosis
convencionales. El uso de bloqueantes H2, como ya
anticipamos, dificulta la absorción de sustancias que
requieren un medio ácido. Además se genera el riesgo
potencial del sobrececimiento baceriano al no contar con una
barrera natural de defensa contra la contaminación como es
la hiperacidez gástrica. En este sentido existe un mayor
riesgo de infección con gérmenes (neumonias intra
hospitalarias) y mayor riesgo de infección por el
Clostridium difficcile, si bien es cierto este fenómeno es
más evidente con el uso de los prazoles en general.
En cuanto
al uso de Heparina profiláctica deberíamos comentar que esta
medida junto a otras medidas mecánicas, han disminuido el
porcentaje de trombosis venosa profunda (TVP) y la
complicación potencialmente mortal de ésta, el
tromboembolismo pulmonar (TEP). Recordemos que la profilaxis
debe extenderse todo el tiempo que los factores de riesgo
estén presentes, si el paciente se va de alta con reposo
absoluto, la profilaxis debe mantenerse hasta que comience a
movilizarse. En general la Heparina con las bajas dosis
utilizadas en profilxis, no tiene grandes efectos adversos
ni interaccioes importantes. Existen casos de
trombocitopenia mediada por heparina que debe ser
diagnosticada oportunamente (con recuentos de plaquetas
frecuentes) para discontinuar con la heparina
4. ¿En
qué escenarios debemos sospechar una posible interacción
farmacológica? ¿Qué recomendaciones brindaría con el fin de
evitar la falta de respuesta a los tratamientos, así como la
aparición de efectos adversos a causa de interacciones entre
los fármacos administrados?
A mayor
número de fármacos indicados, mayor es el riesgo de
interacciones indeseables. A mayor edad mayor número de
fármacos utilizados. De allí que sea esta población, hoy
entre un 12 a 15% de la población general, la más expuesta a
este tipo de problemas. Toda vez que no obtengamos el efecto
deseado con una droga, o el paciente se descompense sin
razón evidente, debemos hacer un detallado interrogatorio
sobre los medicamentos que utiliza. Recordemos que muchos
fármacos no son reconocidos como tales por los enfermos, es
así como la aspirina, el paracetamol, el ibuprofeno, los
anticonceptivos orales sin contar las vitaminas, yuyos, tes
medicinales y “drogas naturales”, no son referidos por el
paciente a la hora de las preguntas dirigidas. Frente a un
posible caso de interacción recomendamos discontinuar las
drogas que no sean estrictamente necesarias y tomar un
compás de espera hasta evaluar el resultado de la suspensión
(si el cuadro clínico lo permite).
5. ¿Existen alimentos que puedan interferir con distintas
drogas? ¿Qué ocurre con la medicación homeopática?
En
estrecha relación con la pregunta anterior, recordemos que
existen muchos “medicamentos alternativos” que gozan de una
confianza ciega por parte del paciente y que no dejan de ser
potenciales agentes de patología por interacción
farmacológica. tal el caso del ajo, el jengibre, el ginco
bilova, la matricaria, el deng quai que incrementan el
efecto de los dicumarínicos, aumentando el riesgo de
sangrado; o el ginseng, el hypericum (potente inductor del
sistema de la citocromo p450) y la glucosamina que al
disminuir el efecto de los anticoagulantes orales expone al
paciente a complicaciones tromboembólicas.
Un
comentario aparte merece el consumo de jugo de pomelo. Este
es tambien un estimulador del la vía del cit P450 (en
particular el CyP3A4) por lo que tomas de más de 250 ml
diarios puede interferir con el efecto de drogas como la
Ciclosporina, inhibidores de proteasas como el Saquinavir,
las Benzodiacepinas en general, los bloqueantes de los
canales del Calcio o las Estatinas, particularmente la
Lovastatina, la Sinvastatina y la Atorvastatina.
Otro
remedio natural que “mal no me va a hacer” es la vitamina E,
fuente de todo tipo de virtudes y potenciales efectos, que
los trabajos científicos se empecinan en contradecir. El uso
conjunto de estatinas y vitamina E disminuye claramente el
efecto protector de estas drogas sobre el endotelio enfermo,
por lo que se lo contraindica en estos casos (N Engl J Med
2001;345:1583-1592)
A manera
de conclusión seamos prudentes con el uso de medicamentos,
tengamos presente el candente tema de la resistencia a los
antibióticos como ejemplo del “exceso de prescripción”
siendo nosotros los responsables de este exceso. Conozcamos
las drogas que usamos en detalle, sepamos sus interacciones,
evitemos la medicalización de la consulta que muchas veces
aleja el buen diagnóstico y dificulta enormemente una
terapia eficaz.
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