17º Entrega
Abdomen agudo:
Responde:
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Dr. Javier Montero
• Ex Jefe de Residentes de Clínica Médica – Hospital Provincial del
Centenario
• Servicio de Medicina Interna Policlínico Vigo SA (España)
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1.
Teniendo en cuenta la incidencia según edad-sexo frente a un
paciente con cuadro de abdomen agudo, ¿cuál sería la
metodología a seguir en la solicitud de exámenes
complementarios (imágenes, laboratorio, etc.) en APS para
arribar a un buen diagnóstico sin mayor pérdida de tiempo,
por ejemplos en casos de resorte quirúrgico?
El abdomen agudo es
una entidad en la cual la anamnesis y exploración física
(sin olvidar nunca los signos vitales) son muy importantes
para arribar a un diagnóstico presuntivo y es el escalón
principal para detectar la gravedad y celeridad con que se
debe actuar.
Los síndromes
quirúrgicos que más urgentemente requieren derivación son la
peritonitis y la obstrucción intestinal. En el primero
incluyo no sólo a los cuadros inflamatorios-infecciosos
(colecistitis, apendicitis, diverticulitis, etc.) sino
también a la perforación de víscera hueca (ulcera
gastroduodenal perforada entre otras) y a la hemorragia
intraperitoneal (ruptura esplénica, embarazo ectópico
complicado, etc.).
Los métodos
complementarios iniciales en pacientes de cualquier sexo y
edad con abdomen agudo quirúrgico (AAQ) deben incluir
análisis bioquímicos y radiológicos básicos. Entre los
primeros se solicitará hemograma, glucosa, urea, creatinina,
ionograma, transaminasas, fosfatasa alcalina y bilirrubina,
amilasa (o lipasa si está disponible) y un análisis de
orina. De todos ellos, quizás el hemograma sea el más
valioso. En lo que a las técnicas de imágenes, la
radiografía de abdomen (directa de abdomen o en decúbito
lateral con rayo horizontal) es fundamental para la
evaluación inicial del AAQ ya que permite visualizar niveles
hidroaéreos en los casos de obstrucción intestinal y aire
libre en cavidad peritoneal en los casos de perforación.
Debemos tener presente que si bien los exámenes
complementarios son importantes en pacientes con AAQ, el
diagnóstico de esta entidad es predominantemente clínico.
A lo previo podemos
agregar algunas cosas. En mujeres en edad fértil, sobre todo
si tienen atraso menstrual, debe solicitarse un test de
embarazo en orina por la posibilidad de embarazo ectópico
que, si se presenta con dolor abdominal y signos
peritoneales, probablemente esté complicado. En ancianos no
debe esperarse cuadros clínicos floridos ni amplia
repercusión en los análisis de sangre; la sospecha clínica y
monitorización de los signos de compromiso hemodinámico son
fundamentales para detectar la gravedad del cuadro. Por
último, quiero remarcar que un cuadro que no es quirúrgico
pero requiere siempre un diagnóstico temprano y derivación
urgente es el infarto agudo de miocardio que debemos
sospechar ante un dolor abdominal alto de reciente inicio
sobre todo si la localización es epigástrica. El
electrocardiograma durante el episodio es diagnóstico.
2.
¿Los pacientes diabéticos tienen un riesgo más alto de
desarrollar una apendicitis aguda complicada que los
pacientes no diabéticos? ¿Cuáles son los factores de riesgo
relevantes a considerar?
La función
inmunitaria en los pacientes con diabetes mellitus (DM)
suele ser deficiente. Estudios in vitro han demostrado que
la respuesta celular, principalmente neutrofílica, puede
estar alterada al igual que los sistemas antioxidantes y la
respuesta humoral. La severidad de dicho compromiso está en
relación con el tiempo de evolución de la enfermedad y el
grado de control metabólico alcanzado. Esto explica, en
parte, que estos pacientes presenten una mayor prevalencia
de apendicitis aguda complicada en comparación con la
población general (50–60% en diabéticos vs 20% en
no-diabéticos).
Más allá de esta
“vulnerabilidad inmunitaria”, se han descrito otros factores
de riesgo que parecen favorecer dicha evolución,
principalmente la presencia complicaciones microvasculares y
el tiempo desde el comienzo de los síntomas del cuadro de
dolor abdominal (aunque inespecíficos). Los pacientes con
neuropatía diabética expresada clínicamente a cualquier
nivel (polineuropatía, neuropatía autonómica, etc.) suelen
presentar trastornos en la percepción del dolor lo cual
puede traducirse en un retraso en la consulta del paciente.
A su vez, al ser el cuadro más solapado inicialmente,
incluso ingresado el paciente para observación, el
diagnóstico suele retrasarse hasta que aparece el cuadro
florido con compromiso peritoneal. En algunos estudios la
presencia de nefropatía diabética se asoció con una mayor
incidencia de AAC, probablemente como expresión de un mal
control metabólico. Por último, en un estudio publicado
recientemente (Tsai et al; Am J Surg, 2008), el
tiempo desde el comienzo de los síntomas fue un importante
factor de riesgo para el desarrollo de AAC.
Los pacientes con
antecedentes de DM y dolor abdominal deben ser evaluados con
mucha cautela y sin minimizar incluso los síntomas
inespecíficos. Las enfermedades suelen presentarse de forma
atípica o muy solapada.
3.
¿Cuales son las principales ventajas y desventajas (costos,
tasa de diagnóstico, morbilidad, mortalidad, estadía
hospitalaria, recidivas, etc.) en la indicación de
laparoscopía temprana en el manejo de dolor abdominal no
específico (DANE) en relación a la observación directa?
Primero debe
aclararse el concepto de dolor abdominal no específico (DANE).
Esta es una entidad caracterizada por la presencia de dolor
abdominal de más de 6 horas de evolución, y menos de 7 días
de duración, que no se asocia a fiebre, leucocitosis ni
signos clínicos indicativos de cirugía urgente
(peritoneales, inestabilidad hemodinámica, etc.). Con la
intención de alcanzar un diagnóstico preciso y disminuir la
morbimortalidad de estos pacientes se han propuesto la
realización de métodos por imágenes (ecografía, tomografía
abdominal, etc.) y la laparoscopia precoz (LP) o temprana
(en las primeras 12 a 24 horas).
Se realizaron muy
pocos estudios de alta calidad (Grado de Evidencia I), en
general con menos de 150 pacientes cada uno, que compararon
las ventajas y desventajas de la realización temprana de
laparoscopia versus la observación clínica habitual (que
incluye realización de estudios por imágenes) en pacientes
con DANE. En los 2 estudios más importantes (Decadt, Br J
Surg 1999; Morino, Ann Surg 2006), el abordaje
invasivo con LP se asoció de forma estadísticamente
significativa con mayor rédito diagnóstico (80-85% versus
30-45%), y con menor tiempo de estadía hospitalaria, lo que
reduce los costos hospitalarios relativamente, aunque no
hubo diferencias en cuanto a morbimortalidad y readmisiones.
Si bien estos
estudios arriban a esas conclusiones, hay dos aristas que
deben remarcarse: primero, que no hubo diferencias en cuanto
a morbilidad y mortalidad, objetivo primario más importante,
siempre; y, segundo, que hay que tener en cuenta que la
laparoscopia es un método invasivo que requiere de anestesia
general y que ocasionalmente puede asociarse a
complicaciones derivadas de la técnica, más precisamente la
lesión de alguna víscera abdominal por el trócar. Si a esto
sumamos que solamente un tercio de los pacientes sometidos a
dicha técnica recibe un diagnóstico de resorte quirúrgico
(la mayoría, apendicitis aguda), que en los últimos se han
perfeccionado los estudios por imágenes, en especial para el
diagnóstico de apendicitis aguda (TAC, incluso sin
contraste), y que un meta-análisis reciente con un mayor
cantidad de pacientes (Maggio, Int J Surg 2008, n =
811) sentencian la ausencia de evidencia para apoyar a la
laparoscopia precoz como técnica de preferencia en pacientes
con DANE, el rol de la LP en el DANE es cada vez menos
claro.
A mi entender, el
abordaje “en 3 escalones” debe prevalecer: en el primero, la
realización de un interrogatorio, examen físico y análisis
básicos; el segundo escalón está representado por las
técnicas de imágenes que deben elegirse evaluando la
relación costo-efectividad (ecografía y TAC) y la
observación clínica; y por último, si no se ha arribado al
diagnóstico, la realización de la LP.
4.
¿Cuales son los diagnósticos diferenciales no quirúrgicos
más difíciles de diferenciar de la apendicitis aguda? ¿cuál
es la metodología diagnóstica a seguir?
Existen varias
entidades que requiere tratamiento médico que pueden similar
una apendicitis aguda. Las ileítis agudas, principalmente de
causa infecciosa por Campilobacter, Yersinia y Salmonela
(que suelen ser autolimitadas), la adenitis mesentérica y,
en mujeres jóvenes, la salpingitis aguda son los cuadros no
quirúrgicos que más frecuentemente deben considerarse. Los
cuadros urológicos, principalmente la litiasis en el tercio
inferior de uréter derecho, y la enfermedad de Crohn en su
forma de presentación apendicular son otras posibilidades.
Una vez realizado un
buen interrogatorio y examen físico intentando diferenciar
dichas entidades, la observación clínica junto a los
análisis bioquímicos básicos dirigidos (de sangre que
incluya principalmente un hemograma, velocidad de
eritrosedimentación y proteína C reactiva, y un análisis de
orina) y a las técnicas por imágenes debe ser la metodología
para alcanzar el diagnóstico. En este último caso, la
ecografía abdominal puede ser de utilidad para su
diferenciación aunque, como sabemos, la sensibilidad es
variable dependiendo de la experiencia del operador y de las
dificultades técnicas que ofrezca el paciente (obesidad,
interposición de gases, etc.). La tomografía axial computada
(TAC), es la técnica más sensible y específica (mayor al 90%
y 95%, respectivamente) para diferenciar la apendicitis
aguda de otros procesos inflamatorios (ileítis, adenitis
mesentéricas, enfermedad de Crohn) y patología urológica. En
casos de duda diagnóstica, la observación clínica ingresando
al paciente en una unidad de observación y reevaluándolo dos
veces por día, o cuantas veces sea necesario, y solicitando
nuevamente estudios complementarios dirigidos es la actitud
más prudente a mi entender. La laparoscopia diagnóstica
sería el último escalón diagnóstico.
5.
¿La fertilización asistida puede generar un cuadro de
abdomen agudo? ¿En qué casos?
En muy pocas
ocasiones la reproducción asistida puede producir un cuadro
abdominal agudo y suele ser expresión de una complicación
del procedimiento.
A grandes rasgos la reprodución asistida se realiza por dos
métodos: la inseminación artificial (introducción de esperma
en la vagina de la mujer para conseguir la gestación) y la
fecundación in vitro (extracción del ovocito
femenino, fecundación fuera del organismo de la mujer por 3
a 6 días y posterior implantación del embrión en el útero).
Ambas técnicas van precedidas por una estimulación hormonal
(con gonadotrofina coriónica), si bien es de mayor en la
última; esto puede generar en raras ocasiones (1%), el
llamado síndrome de hiperestimulación ovárica en el cual el
crecimiento ovárico puede generar dolor abdominal siendo la
complicación más grave la torsión de ovario, causa de
abdomen agudo quirúrgico. Otra complicación del embarazo por
reproducción asistida, aunque también infrecuente (2-5%) es
el embarazo ectópico y las infecciones pélvicas (<1-1.5%).
Bibliografía:
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Wagner, JM, McKinney, WP, Carpenter, JL. Does this
patient have appendicitis? JAMA 1996; 276:1589.
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Síndrome
coronario agudo
Responde:
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Dr. Héctor Ugalde Prieto
- Presidente Sociedad Medica de
Santiago- Sociedad Chilena de Medicina
Interna
- Secretario Ejecutivo Congreso Mundial
de Medicina Interna 2012.
- Especialista en Medicina Interna-
Cardiología- Cardiologia Intervencional
- Hospital Clínico Universidad de Chile. |
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Las preguntas recibidas se
seleccionarán por su frecuencia y calidad y
conformarán parte del cuestionario a responder
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