18º Entrega
Insuficiencia
suprarrenal:
Responde:
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Dr. Gastón Chiganer
• Ex-Residente de Clínica Médica – Hospital Provincial del
Centenario
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¿Cuales son los procedimientos diagnósticos y terapéuticos a
realizar en una mujer embarazada cuando los signos y
síntomas sugieren una insuficiencia suprarrenal?
Es muy infrecuente que la
insuficiencia suprarrenal primaria se presente durante la
gestación, sin embargo, puede verse una insuficiencia
suprarrenal secundaria en pacientes con lesiones
hipofisarias o como resultado de una supresión del eje
hipotálamo-hipófiso-suprarrenal por el uso de corticoides
exógenos.
Las pacientes presentan frecuentemente
cansancio, anorexia, nauseas, vómitos, pérdida de peso,
depresión y dolor abdominal inespecífico. Obviamente puede
ser difícil dar importancia a estos síntomas durante el
primer trimestre, pero la persistencia de los mismos debería
inducir a la realización de estudios específicos.
Las pacientes con enfermedad primaria,
responden con un aumento de la secreción de ACTH, lo que
ocasiona hiperpigmentación de pliegues cutáneos y mucosas.
Estos fenómenos también pueden verse durante la gestación
normal. También puede presentar hipotensión arterial, que
puede pasar inadvertida, a menos que alguna otra causa
provoque una crisis aguda.
En algunos casos puede no
desarrollarse hasta el puerperio, posiblemente porque los
niveles de cortisol maternos se hayan mantenidos gracias a
la producción suprarrenal fetal.
Para el diagnóstico nos basamos en el
laboratorio, donde se puede encontrar hiponatremia,
hiperkaliemia, eosinofilia y linfocitosis. También puede
existir hipoglucemia en ayunas. Debe confirmarse con los
dosajes de cortisol y ACTH. La cifra de cortisol debe estar
inapropiadamente disminuida para la fase de gestación, y la
ACTH estará elevada si la enfermedad es primaria y no
secundaria. Una prueba de estimulación con ACTH (250 mcg)
debería realizarse inmediatamente después de obtener las
muestras para las determinaciones basales. La segunda
determinación a los 60 minutos, debería mostrar una
elevación inadecuada (es decir, menor a la duplicación de
los niveles basales o un aumento hasta una cifra < 18 mg/dl)
en mujeres no gestantes, sin haberse establecido valores
normales para mujeres embarazadas). En las pacientes con
sospecha de enfermedad secundaria, debe obtenerse una
respuesta del cortisol y de la ACTH a la prueba de
hipoglucemia insulínica similar a los valores previos, pero
esta práctica se desaconseja por los riesgos inherentes.
En el tratamiento crónico durante la
gestación, las mujeres suelen estabilizarse con una dosis de
glucocorticoides, habitualmente hidrocortisona 20 mg a la
mañana y 10 por la noche o prednisona 5 mg por la mañana y
2.5 mg a la noche. Debido al conocido aumento del ritmo de
producción de cortisol durante la gestación, teóricamente
debería ser necesario aumentar las dosis. Sin embargo, en la
práctica esto no parece ser necesario. Las pacientes
necesitan a menudo una reposición mineralocorticoide, con
fludrocortisona 0.05-0.1 mg diarios. Durante el tercer
trimestre suele ser necesario un incremento modesto en las
dosis de reemplazo (5 a 10 mg de hidrotisona).
En situaciones como el parto o stress
físico, es necesario el aumento de la dosis. Se recomiendan
300 mg diarios, lo que puede disminuirse en un 50% diario si
no median complicaciones en el puerperio y se soluciona el
problema.
Ante un caso de insuficiencia
suprarrenal aguda, se recomienda proceder de manera similar
al parto, priorizando la reposición de la volemia con
solución fisiológica de cloruro de sodio. Si no se tuviese
el diagnóstico, se aconseja tomar una muestra de sangre
previa a la administración de los esteroides.
¿Cual es el manejo de la insuficiencia suprarrenal en la
paracoccidiodomicosis?
Las paracoccidioidomicosis (PCM) es una micosis sistémica
causada por el hongo dimórfico Paracoccidioides
brasiliensis, cuya distribución geográfica se limita a
América central y del sur. La infección por este hongo
muestra un alto tropismo por las glándulas suprarrenales y
puede ocasionar una disminución en su reserva hormonal e
incluso insuficiencia de la misma.
La mayoría de las personas que adquieren la infección
presentan una PCM asintomática o subclínica, pero ésta puede
progresar hacia una enfermedad con múltiples formas
clínicas. En la forma unifocal el pulmón es el órgano más
afectado. La forma multifocal se caracteriza por la
presencia del hongo en diferentes órganos y sistemas como la
piel, mucosas, nódulos linfáticos, glándulas suprarrenales,
sistema nervioso central y otras.
La evaluación regular de la función adrenal de los pacientes
con PCM, reveló que aproximadamente un 15 % experimenta
insuficiencia adrenal, mientras que solamente del 5 al 9% se
presenta con una crisis addisoniana franca.
La valoración del compromiso suprarrenal comprende la
medición de los niveles séricos de cortisol basales y 60
minutos tras la administración de ACTH (250 mcg) en casos
que requieran confirmación, los cuales deben mostrar un
incremento mayor a 20 mcg/dl. Se ha publicado que los
pacientes con PCM, pueden presentar niveles basales de
cortisol más elevados, por el estímulo continuo que le
ocasiona la infección micótica, sin embargo esto no ha sido
confirmado.
Se ha visto una correlación con significado inverso entre
los niveles de sulfato de dehidroepiandrostenediona e IL6,
lo que sugiere que esta interacción juega un rol patogénico
dentro de esta enfermedad.
La tomografía computada suele mostrar glándulas
hipertróficas con daño en la región cortical y medular,
siendo raras las calcificaciones.
En esta entidad, la principal herramienta terapéutica son
los derivados azólicos, siendo el itraconazol el que ha
demostrado ser más eficaz, con menor índice de recaídas. El
reemplazo hormonal depende de la severidad de las
manifestaciones. En casos de crisis aguda, 300 mg diarios de
hidrocortisona, con descensos graduales y dosis de
mantenimiento de 20-25 mg diarios de hidrotisona, siendo a
veces necesario adicionar fludrocortisona 0.1 mg/día. El
principal interrogante lo constituye la duración del
tratamiento, dado que los corticoides conllevan efectos
secundarios a largo plazo.
La rápida detección de esta patología permite la terapia de
reemplazo oportuna.
¿Cual es la prevalencia y el mecanismo por el cual la
adrenoleucodistrofia produce degeneración de las glándulas
suprarrenales?
La adrenoleucodistrofia (ALD) es un
trastorno, en la beta-oxidación dentro los peroxisomas, que
resulta en la acumulación de ácidos grasos de cadena larga
en todos los tejidos. La ALD tiene una gran variedad de
fenotipos que varían en la edad y severidad de presentación
clínica.
La ALD es el desorden de los
peroxisomas más frecuente. Presenta una frecuencia
aproximada de 1/21000 y 1/16800 para homocigotas y homo más
heterocigotas respectivamente.
Este trastorno es causado por una
mutación genética (gen ABCD1), que inhibe el normal
transporte de los ácidos grasos de cadena larga dentro de
los peroxisomas, evitando la beta-oxidación y el
fraccionamiento de los mismos, con la consiguiente
acumulación en los distintos órganos afectados (sistema
nervioso central, corteza adrenal y células de Leydig). En
la corteza adrenal produce alteración de la función celular,
inhibiendo los efectos de la ACTH sobre la corteza e
indirectamente desencadenando una respuesta autoinmune. La
falla adrenal puede ocurrir antes, simultáneamente o incluso
luego de las manifestaciones neurológicas.
¿Qué es la insuficiencia suprarrenal relativa? Quisiera
saber acerca de la etiología, aspectos diagnósticos y
terapéuticos de la misma.
La producción subnormal de
corticosteroides durante una enfermedad crítica en ausencia
de daño estructural hipotálamo- hipófiso-adrenal (HHA), se
conoce como insuficiencia suprarrenal relativa. Existe
actualmente un consenso en cuanto a los criterios
diagnósticos e indicaciones para el tratamiento. (Crit
Care Med 2008;36:1937-49)
El incremento de los corticoides es un
componente esencial del estrés, y su disminución puede
resultar perjudicial para la homeostasis. La disfunción del
eje HHA es común y se subdiagnostica en pacientes graves,
con shock séptico. La superposición de signos y síntomas
entre ambas enfermedades hacen que su diagnóstico sea
dificultoso. La misma debe ser sospechada en pacientes
hipotensos con pobre respuesta a la administración de
fluidos y vasopresores, particularmente en el contexto de
sepsis.
El diagnóstico de insuficiencia
suprarrenal se basa principalmente en la determinación del
cortisol sérico. Muchos factores también complican la
interpretación de los resultados y hacen difícil definir su
rango normal; en principio el nivel de cortisol requerido
depende del tipo de enfermedad, de su gravedad, la duración
de la misma y la resistencia funcional por parte de los
tejidos a los esteroides.
En general, se reconoce insuficiencia
suprarrenal en pacientes con sepsis severa cuando los
niveles de cortisol están por debajo de 10
mg/dL. Para definir
la insuficiencia suprarrenal relativa se recomienda la
realización de la prueba de ACTH. Ésta consiste en
administrar 250 µg de corticotrofina sintética y, luego de
30 a 60 minutos, medir el nivel de cortisol sérico. Se
considera insuficiencia suprarrenal cuando el cortisol es
menor de 18 µg/dL o no aumenta más de 9 µg/dL sobre el valor
basal.
El beneficio del tratamiento con glucocorticoides, hasta el
momento, parece limitado a pacientes con shock séptico
dependiente de vasopresores y pacientes con síndrome de
dificultad respiratoria aguda (PAFI < 200 y dentro de los
primeros 14 días). Se ha demostrado que el uso de
hidrocortisona en una dosis de 200 mg en 4 dosis diarias (EV)
o como infusión continua de 240 mg/día puede aumentar la
supervivencia de estos pacientes. Sin embargo, su empleo en
los pacientes que mantienen una adecuada reserva adrenal no
parece ser una estrategia útil o segura, incluso el estudio
de Annane et al, muestra una tendencia al aumento de
mortalidad. Por motivo, la mayoría de los autores
recomiendan la retirada del tratamiento esteroideo si se
demuestra la normalidad en la prueba con ACTH.
¿Puede ser la insuficiencia suprarrenal aguda por hemorragia
suprarrenal bilateral la primera manifestación de un
síndrome antifosfolipidíco? ¿Cuál es la conducta terapéutica
a seguir?
La insuficiencia adrenal aguda puede
ocurrir como consecuencia de un infarto adrenal bilateral
causado por hemorragia o trombosis de la vena adrenal.
La hemorragia adrenal bilateral se
presenta en aproximadamente el 1% de las autopsias y, antes
del desarrollo de la TAC y RMI, casi la totalidad de los
casos eran diagnosticados por esta metodología.
Es síndrome antifosfolípidos (SAF) se
caracteriza por múltiples y recurrentes trombosis arteriales
y venosas, causadas por anticuerpos circulantes dirigidos
contra un grupo heterogéneo de fosfolípidos. En los
pacientes con este síndrome, la hemorragia suprarrenal
bilateral es una manifestación poco frecuente, pero puede
ocasionar la insuficiencia adrenal aguda.
Se suelen presentar con
manifestaciones clínicas inespecíficas como shock o
hipotensión, dolor abdominal o en flanco, fiebre, anorexia,
náuseas, vómitos y alteraciones del sistema nervioso. Los
datos de laboratorio responden al sangrado oculto (descenso
del hematocrito y hemoglobinemia) y subsiguiente desarrollo
de insuficiencia adrenal (hiponatremia e hiperkaliemia)
En estos pacientes se puede realizar
el diagnóstico temprano e iniciar el tratamiento con gluco y
mineralocorticoides.
En un estudio publicado por Espinosa
et al, se encontró que en el 36% de los 86 pacientes con
SAF, la insuficiencia adrenal fue la primera manifestación
clínica. Dentro de esta cohorte se indicó tratamiento con
esteroides al 84%, anticoagulación al 52% y antiagregación
al 6%. El 91% de los pacientes que recibieron
anticoagulación prolongada se encontraron en buenas
condiciones de salud a los 25 meses de seguimiento.
Como conclusión debemos mencionar la
necesidad de estudiar SAF en pacientes que se presenten con
hemorragia o infarto adrenal.
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coronario agudo
Responde:
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Dr. Héctor Ugalde Prieto
- Presidente Sociedad Medica de
Santiago- Sociedad Chilena de Medicina
Interna
- Secretario Ejecutivo Congreso Mundial
de Medicina Interna 2012.
- Especialista en Medicina Interna-
Cardiología- Cardiologia Intervencional
- Hospital Clínico Universidad de Chile. |
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