Diarrea crónica: buscando la aguja en el pajar
New England Journal of Medicine - Volumen 360; 5 de
Febrero, 2009.
El Clinical
Problem-Solving “Needle in the Haystack”, algo así
como “Una aguja en un pajar”, presenta un interesante
caso de Diarrea Crónica (DC). Se trata de una mujer de
50 años que consulta por dolor abdominal y varias
deposiciones diarias sin moco, pus ni sangre. Como
antecedentes presentaba diagnóstico de hipotiroidismo
posterior a tratamiento con Yodo radioactivo por
Enfermedad de Graves. No presentaba cambios en los
hábitos dietéticos y no había viajado fuera de Estados
Unidos. Negaba a su vez (inicialmente), pérdida de peso,
hematoquesia, episodios de constipación y diarrea,
náuseas, vómitos, prurito o flushing.
Durante el
desarrollo del caso, el discusor plantea los
diagnósticos diferenciales de DC. De esta discusión se
destacan algunos datos sumamente interesantes:
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Define de forma práctica a la
diarrea. Si bien definimos su presencia según el
número de deposiciones diarias (más de 3) o según el
peso de la materia fecal (más de 200 gramos diarios
de materia fecal, algo sumamente engorroso), es
operativo hablar de “Diarrea” cuando existe una
disminución en la consistencia de las heces. Cuando
esto se extiende por más de 30 o 45 días hablamos de
DC.
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Plantea sus diagnósticos
diferenciales más importantes, que incluyen:
infecciones crónicas (principalmente en
inmunodeprimidos) y recurrentes (haciendo hincapié
en la giardiasis), enfermedad inflamatoria
intestinal, colitis microscópica, síndrome de
malabsorción (principalmente enfermedad celíaca),
abuso de laxantes, efecto adverso de fármacos,
enfermedades endocrinológicas (hipertiroidismo),
funcional y tumores neuroendócrinos.
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Deja claro los llamados “red flag”
(o bandera roja) de la DC. Estos son: diarrea
nocturna de menos de 3 meses de evolución, pérdida
de peso (más de 5 kg), historia familiar de cáncer
de colon, sangrado rectal, anemia. La presencia de
estos síntomas en un paciente con DC requieren una
evaluación exhaustiva.
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Marca la utilidad de la
determinación del GAP Osmolar Fecal (290 – [(Na
fecal + K fecal) × 2]) para diferenciar a las
diarreas secretoras, en las que el valor es menor de
50 mOsm.
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Finalmente tras descartar las
causas comunes (y no tan comunes) a través de
coprocultivos bacteriológicos (Salmonella, Shigella,
Campilobacter) y parasitológicos seriados, toxina de
C. difficile, determinación de TSH, estudios
endoscópicos e histológicos de duodeno y colon, se
diagnostica por TAC una masa en cola de páncreas que
junto a la detección del VIP sérico elevado realiza
el diagnóstico de VIPoma. Debe resaltarse que la
paciente tenía trastornos electrolíticos
(principalmente una hipopotasemia refractaria al
tratamiento con soluciones orales de potasio). Por
último, realza la utilidad de los análogos de larga
acción de la somatostatina (octeotride) para
controlar la sintomatología en estos casos (mejoría
de la diarrea hasta en un 90% de los pacientes).
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