Infección por clostridium difficile: un diagnóstico
Annals of Internal Medicine – Volumen 151; 4 de Agosto
de 2009.
La
“infección por Clostridium difficile”,
previamente denominada “diarrea asociada a C.
difficile“ es cada vez más frecuente, virulenta y
resistente a la terapia standart con metronidazol. Este
escenario requiere que el diagnóstico etiológico de esta
entidad sea adecuado para poder realizar un tratamiento
preciso. El artículo “¿Tiene mi paciente una infección
por C. difficile?” publicado en la revista
Annals of Internal Medicine de agosto de 2009,
revisa la aproximación diagnóstica focalizada en los
métodos de detección de la toxina de este patógeno en
materia fecal (MF) debido a la ausencia de consenso
actual en este tema. Es interesante rescatar los
siguientes conceptos:
·
Dos principios
fundamentales rigen el diagnóstico de infección por
C.difficile: primero, la presencia de diarrea
clínicamente significativa (3 o más deposiciones por día
por 1 o 2 días) en un paciente con factores de riesgo;
segundo, la presencia de pseudomembranas en el colon o,
lo que se realiza habitualmente, la detección de C.
difficile productor de toxina. Esto último se logra
realizando el cultivo anaerobio de materia fecal o
mediante la detección de sus toxinas A y/o B por
técnicas de laboratorio.
·
Los test diagnósticos
en MF más utilizados, test de enzimo inmunoensayo (o
ELISA) y glutamato deshidrogenasa (GDH; o antígeno
común), son test rápidos aunque han demostrado tener sus
limitaciones en cuestiones de sensibilidad (32 a 73%
para el primero y del 69% para el segundo).
·
Debido a la alta
especificidad del test de ELISA (85 a 97-100%) y a la
posibilidad de un aumento de la sensibilidad con los
test repetidos demostrado en un estudio, se han
propuesto la repetición seriada de estos en casos un
resultado inicial negativo (por ej. 3 test de ELISA en
una semana). Estudios comparativos han evidenciado las
limitaciones de esta estrategia, por lo que se hace
mención a la necesidad de nuevos test que combinen ambas
cualidades.
·
La detección del gen
que codifica la producción de toxina B, la que parece
ser realmente patógena (no la A), a través de la versión
cuantitativa de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (cPCR)
recientemente disponible es un test rápido y altamente
sensible y específico (85 a 95% y 97 a 100%,
respectivamente). Debido a su alta sensibilidad y por
ende, la probabilidad de resultados falsos-positivos,
sólo debe solicitarse en pacientes que presenten
probabilidad clínica de padecer una infección por C.
difficile, uno de los dos principios básicos para el
diagnóstico. La colonización en pacientes hospitalizados
es común (50% de los pacientes luego de 4 semanas).
·
Los autores expresan
que la MF de los pacientes con test falsamente negativos
probablemente presente alguna sustancia responsable de
dicho resultado y que por lo tanto la repetición del
mismo test no sería una buena aproximación para el
diagnóstico. Por esto proponen que ante un test negativo
inicial en un paciente con clínica compatible, el
segundo test de laboratorio debe ser realizado por una
técnica distinta.
Como conclusión, los autores recomiendan que sólo se
realicen test de detección de C. diffficile en MF
en aquellos pacientes con 3 o más deposiciones en 24
horas. El test diagnóstico que se realice debe estar
destinado a identificar la toxina B y, de ser posible,
realizar el más sensible (cPCR). De existir un test
negativo inicial (ELISA, GHB o cPCR) en este contexto,
realizar un test diferente. Debido a que aún no hay
consenso sobre la adecuada aproximación diagnóstica los
médicos debemos seguir interiorizándonos en este
tema.
Peterson LR, Robicsek A. Does my patient have
clostridium difficile Infection? Improving patient care.
Ann Intern Med. 2009;151:176-179. |