Fármacos biológicos para el
tratamiento de la osteoporosis: denosumab
New England Journal of Medicine – Volumen 361; 20 de
Agosto de 2009.
Hace unos años se ha reconocido la existencia de un
nuevo mecanismo involucrado en la regulación de la
actividad de los osteoclastos, principales células
responsables del remodelado óseo. El Receptor Activador
Nuclear del factor Ligando-KB (RANKL)
es una estructura que, al activarse por la citoquina
RANK, favorece su desarrollo, estimula su función y
retrasa la apoptosis. El sistema RANK/RANKLforman parte
de la compleja superfamilia Factor de Necrosis Tumoral.
A
partir de este descubrimiento biomolecular se diseñó el
Denosumab, un anticuerpo monoclonal capaz de bloquear la
interacción RANK/RANKL con la consecuente inhibición del
desarrollo y actividad de los osteoclastos. Este fármaco
es el único agente terapéutico biológico antirresortivo
que inhibe dicha señal y en estudios previos su uso por
vía subcutánea en única dosis cada 6 meses, ha
demostrado su eficacia para reducir de forma rápida,
sostenida y dosis-dependiente la resorción ósea y
aumentar la densidad mineral ósea. La revista New
England Journal of Medicine publicó el 20 de Agosto
el primer mega-estudio de Cummings y colaboradores
denominado FREEDOM (Fracture Reduction Evaluation of
Denosumab in Osteoporosis Every 6 Months) que evalúa
el efecto del Denozumab en mujeres posmenopáusicas con
osteoporosis.
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El estudio multicéntrico FREEDOM incluyó 7.868
mujeres entre 60 y 90 años (media 72 años) con
osteoporosis (DMO menor de – 2,5) que fueron
debidamente randomizadas a recibir 60 mg de
Denozunab o placebo por vía subcutánea cada 6 meses
por 36 meses. El objetivo primario fue fractura
vertebral nueva (clínica y radiológica) y los
objetivos secundarios, fracturas no vertebrales y de
cadera.
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Los resultados fijaron que a 3 años, la menor
incidencia de nueva fractura vertebral radiológica
en el grupo Denozumab que en el grupo placebo (2.3%
-86 de 3702 pacientes- vs. 7.2% -264 de 3691
pacientes-; P<0.001), se halló también una
reducción similar del diagnóstico clínico de
fracturas vertebrales (69%) y múltiples nuevas
fracturas vertebrales (61%; P=<0.001 para ambos
objetivos). A su vez, se encontró una reducción de
la incidencia acumulada de fracturas no vertebrales
(6.5% grupo Denozumab y 8% placebo; P= 0.01) y de
fracturas de cadera (0.7% grupo Denozumab y 1.2%
grupo placebo; P=0.04).
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Los pacientes que recibieron el fármaco presentaron
más incidencia de celulitis que requirieron
internación (0.3% vs < 0.1%), aunque no se
registraron casos graves, infecciones oportunistas
como así tampoco se observaron casos de
osteonecrosis mandibular (efecto raro asociado al
uso de bifosfonatos).
Como bien lo reseña el editorialista del artículo
(Khosla S.N Eng J Med 361;8:818-820), ante cualquier
nueva estrategia terapéutica deben valorarse la
eficacia, adherencia, riesgos y su costo. El Denosumab
ha demostrado en este estudio ser un fármaco seguro y en
cuanto a eficacia, no inferior en relación a terapias
como zolendronato endovenoso anual y teriparatide
subcutáneo cada 12 horas y probablemente la
discretamente superior a los bifosfonatos orales (aunque
obviamente aún no hay estudios comparativos entre estos
fármacos lo cual nos impide sacar conclusiones). Su
cómoda administración, semestral y por vía subcutánea
(lo puede realizar el mismo paciente), resuelve el tema
de la adherencia. Obviamente, el principal escoyo es el
costo, lo cual debería balancearse en políticas
sanitarias con los recursos económicos que representa el
tratamiento de la osteoporosis y sus complicaciones.
Por último, no debemos olvidar que la principal
complicación que se asocia con un incremento de la
mortalidad en la osteoporosis es la fractura de cadera y
que, si bien las diferencias encontradas entre el grupo
tratamiento y placebo son estadísticamente
representativas (0.7% vs 1.2% respectivamente; HR, 0.60;
IC 95% entre 0.37 y 0.97; P = 0,04), la significancia
clínica es muy pequeña (7 de cada 1000 pacientes
presentaron la complicación en el grupo Denosumab y 12
de cada 1000 pacientes en el grupo placebo). Si
calculamos el número necesario a tratar (NNT) esta
diferencia es notoria: deberíamos tratar 772,42
pacientes para evitar 1 fractura de cadera.
Probablemente reforzar intensivamente las medidas
preventivas para evitar las caídas, junto a la
insistencia de lograr una ingesta adecuada, o
suplementada, de calcio y vitamina D, junto a la
administración de los ya “viejos” bifosfonatos
semanales, puedan evitar también esta complicación.
Cummings SR, San Martin J, McClung MR, et al. Denosumab
for prevention of fractures in postmenopausal women with
osteoporosis.
N Engl J Med 2009;361:756-65.
Khosla S. Increasing Options for the Treatment of
Osteoporosis.
N Eng J Med 361;8:818-820.
Comentario: Dr. Javier
Montero. Servicio de Medicina Interna. Hospital Povisa,
Vigo, España. |
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