/  Rosario - Santa Fe - Argentina

 
 
     

En este nuevo suplemento mensual, Clínica-UNR.org engloba cuatros secciones dedicadas de un modo diferente a la revisión y/o el análisis de literatura científica destacada. A las tradicionales secciones "Revista de Revista" y "Artículos on line recomendados", se agregan "Puesta al Día" y "Análisis racional - De la literatura a la práctica cotidiana". El suplemento tiene actualización mensual.

 


La sección "Puesta al día" de este suplemento se propone acercar al lector de una forma concreta, y de ágil lectura, las novedades publicadas en algunas de las revistas más importantes de la literatura médica actual. Se encuentra coordinada por el Dr. Javier Montero.
 

 


 

 

 
 
    Nº 8  -  Diciembre 2009

Puesta al día


Coordinación: Dr. Javier Montero

   
 
Descargar este número en formato PDF (393 Kb)

La Enfermedad Vascular periférica Silente: un biomarcador aun no incluido en la estratificación del riesgo cardiovascular

 

Circulation – Volumen 120; 9 de Noviembre de 2009.

Comentario: Dr. Javier Montero. Servicio de Medicina Interna. Hospital Povisa, Vigo, España.

 

La enfermedad vascular periférica de los miembros inferiores (EVP) constituye una manifestación más de la aterosclerosis y cuando es sintomática, es decir presenta claudicación intermitente, o antecedente de revascularización o amputaciones por enfermedad vascular, se asocia a un aumento del riesgo de mortalidad prematura y de eventos cardio y cerebrovasculares. Esta enfermedad es subdiagnosticada porque muchas veces es asintomática, el médico no suele pesquisarla y porque aún no se sabe ciertamente si es “tan malo” tener EVP asintomática. El estudio de Diehm y colaboradores realizado en Alemania, aporta información clarificadora sobre el riesgo cardiovascular de los pacientes con EVP asintomática.

·         El estudio getABI (German Epidemiology Trial on Ankle Brachial Index) es un estudio prospectivo observacional que incluyó 6.821 pacientes mayores de 65 años a los cuales se les realizó la medición del Índice Tobillo/Brazo (ITB) por ecodoppler para el diagnóstico de EVP cuando el resultado era < 0.9.  Se realizó un seguimiento de 5 años y los objetivos primarios (end points) fueron infarto de miocardio, revascularización miocárdica y carotídea, ictus, amputación o revascularización periférica.  

·         De los 6.821 pacientes, 1.429 pacientes presentaron EVP (≈25%); de éstos, 593 tenían patología sintomática (definida por claudicación, revascularización o amputaciones por enfermedad vascular), y 836 eran asintomáticos. En el seguimiento a 5 años, los pacientes con EVP, sintomáticos y asintomáticos, tuvieron mayor mortalidad que los pacientes sin EVP (HR 1.66 y 1.89, respectivamente; P=<0.05) y, si bien aquellos con EVP sintomática tuvieron mayor número de eventos cardiovasculares, llamativamente, la mortalidad global de los pacientes con EVP fue similar entre los 2 grupos (sintomáticos y asintomáticos).

Las herramientas que utilizamos habitualmente para estimar el riesgo cardiovascular (Framingham, SCORE y REGICOR entre otros) son útiles, aunque el hecho de que muchos de los eventos cardiovasculares ocurren en los pacientes clasificados como de “moderado riesgo”, demuestra sus serias limitaciones. Teniendo en cuenta esto, se han propuesto evaluar otros elementos para mejorar la capacidad predictiva, entre ellos la detección de enfermedad arterial periférica a través de la determinación del Índice Tobillo/Brazo (ITB) por ecodoppler.

Lo que aporta el estudio de este grupo germano es que la EVP es frecuente (1 de cada 5 ancianos), que la mayoría es asintomática (≈ 60%) y que aquellos sin síntomas tienen una mortalidad elevada a los 5 años y un riesgo de padecer eventos cardio y cerebrovasculares es alto. Lo que deberá establecerse en un futuro cercano es si intensificando el control de los factores de riesgo en estos pacientes con EVP asintomática se logran reducir la morbimortalidad. Mientras se esperan estos estudios, probablemente muchos especialistas sugieran realizar el rastreo de EVP en ancianos e intensificar el control de los factores de riesgo cardiovascular en aquellos pacientes en los que se detecte.

Como médicos que evaluamos el riesgo cardiovascular, debemos insistir en pesquisar la EVP a través del interrogatorio y mediante la medición de la presión arterial en brazo y pierna por auscultación o palpación, si no disponemos fácilmente del ecodoppler.     

 

Diehm C, Allenberg JR, Pittrow D, et al. Mortality and vascular morbidity in older adults with asymptomatic versus symptomatic peripheral artery disease. Circulation 2009;120;2053-2061.

 

 

Indice

 Puesta al día

La Enfermedad Vascular periférica Silente: un biomarcador aun no incluido en la estratificación del riesgo cardiovascular
Una nueva opción para la EPOC: los inhibidores de la fosfodiesterasa-4
Cuando el paciente sangra

 

 Revista de Revistas

Utilidad del “Score Cándida” para diferenciar entre colonización por cándida y candidiasis invasiva en pacientes críticos no neutropénicos: estudio multicéntrico prospectivo

Infecciones sistémicas asociadas a catéteres centrales por Staphylococcus aureus Metecilino-Resistentes en Unidades de Cuidados Intensivos de Estados Unidos de América de 1997 a 2007.

 

Artículos on line Recomendados por el Prof. Dr. Alfredo Rovere

Reports of altered kidney function in patients using exenatide
Update to the labeling of Clopidogrel Bisulfate to alert healthcare professionals about a drug interaction with omeprazole

 

 Análisis racional
¿Tiene este paciente una Apendicitis?
 
Números anteriores de Literatura Médica Seleccionada
 

 
   
©2004 - 2009  Cínica-UNR.org
Publicación digital de la 1ra Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica
y la Carrera de Posgrado de Especialización en Clínica Médica
 
Facultad de Ciencias Médicas - Universidad Nacional de Rosario
 
Todos los derechos reservados
  Sitio web desarrollado por los Dres. Ramón Ferro y Roberto Parodi