Actualización en el manejo de la hemorragia intracraneal
Critical Care Medicine – Volumen 38, Nº 3; Marzo de
2010.
Comentario: Dr. Javier Montero. Servicio de Medicina
Interna. Hospital Povisa, Vigo, España.
La hemorragia intracraneal (HIC) es el subtipo de
accidente cerebrovascular (ACV) que mayor mortalidad y
discapacidad produce. Al mes de su presentación, la
mitad de los pacientes va a fallecer, y al año, sólo 1
de 5 será funcionalmente independiente. En su edición de
marzo, la revista Critical Care Medicine publica
una revisión de la información recientemente disponible
sobre el manejo agudo de esta patología. Remarcaremos
los puntos más interesantes.
·
Cuadro clínico: en general, al inicio del cuadro los
pacientes presentan un compromiso neurológico discreto
estando totalmente concientes. Sin embargo, con el
transcurrir de los minutos y horas el cuadro clínico
puede empeorar como consecuencia de la expansión del
hematoma, edema cerebral e hidrocefalia. Estos pacientes
deben ser controlados siempre en una Unidad de Terapia
Intensiva.
·
Diagnóstico por imágenes: la tomografía axial computada
(TAC) sin contraste es la técnica por imagen inicial de
elección para realizar el diagnóstico. Las áreas
susceptibles para el desarrollo de la HIC son los
ganglios basales, tálamo, corona radiada y corteza
cerebral a nivel supratentorial, y cerebeloso y tronco
encefálico entre los infratentoriales.
o
En pacientes menores de 50 años o con HIC en sitio y/o
morfología inusual, debe realizarse un estudio vascular
cerebral en el transcurso de la internación. La
angiografía digital es el “gold standart” para
detectar defectos vasculares (malformación
arteriovenosa, fístula dural arteriovenosa, angiomas
cavernomatosos, telangiectasias arteriales, aneurismas,
etc.). La angiografía por TAC, que puede realizarse
conjuntamente con la TAC de ingreso, puede ser de gran
ayuda para detectar defectos vasculares, aunque la
sensibilidad para la detección de lesiones en vasos
pequeños no está bien establecida.
o
En pacientes mayores de 50 años con antecedentes de
hipertensión arterial o HIC situada en los ganglios
basales, la TAC de cráneo sin contraste es suficiente.
·
Tratamiento estabilizador de la HIC: el 40% de los casos
de HIC presentan una expanción en las primeras 24 horas
y en un tercio de ellos, el aumento ocurre en las
primeras 3 horas. En un estudio reciente (Meyer; N
Eng J Med 2008), la administración de Factor VII
activado Recombinante (FVIIaR; 80 ug/kg) ha demostrado
detener el crecimiento de la HIC aunque no demostró
reducciones en la tasa de discapacidad severa ni
mortalidad. Al parecer un subgrupo de pacientes podrían
beneficiarse de su administración (menores de 70 años y
menos de 2,5 horas de iniciado el cuadro). Hay estudios
en marcha para definir el lugar del FVIIaR en la HIC.
·
Reversión de la anticoagulación terapéutica: en
pacientes que reciben inhibidores de la síntesis de
vitamina K (acenocumarol o warfarina), la reversión de
la anticoagulación debe ser inmediata. La administración
de plasma fresco y vitamina K endovenosa logra su
objetivo luego de 4 a 6 horas. El FVIIaR a dosis de 20
ug/kg puede normalizar el INR en minutos aunque su
efecto beneficioso sobre la morbimortalidad en este
contexto aún no ha sido plenamente demostrada. Hay
estudios en marcha al respecto.
·
Profilaxis tromboembólica: la enfermedad tromboembólica
venosa ocurre en el 1,6% de los pacientes con HIC. La
profilaxis con heparina sódica (5.000 UI cada 12 u 8
horas) o enoxaparina (40 mg cada 24 horas) no produce
riego de progresión del sangrado. Debe indicarse
siempre.
·
Manejo de la presión arterial (PA): es muy controvertida
la influencia de la PA en la evolución de la HIC. Si
bien inicialmente algunos estudios demostraron que la
hipertensión arterial (HTA) se relacionaba con el
aumento del tamaño del hematoma y de la zona de penumbra
isquémica perilesional, otros fallaron en demostrar
dicha asociación. Dos estudios recientes no pudieron
demostrar mejoría de la morbimortalidad en pacientes con
control intensivo de la PA en HIC (INTERACT study,
Lancet Neurol 2008; ATACH Study International Stroke
Conference 2008).
o
Por lo expuesto, el manejo de la PA en el HIC sigue
siendo grado de evidencia D (opinión de expertos). La
American Heart Association sugire: 1) si PAS > 200
mmHg o PA media (PAM) > 150 mmHg, conciderar
tratamiento agresivo de la HTA con perfusión endovenosa
(EV) contínua de fármacos antihipertensiva; 2) si PAS >
180 mmHg o PAM > 130 mmHg y signos clínicos de aumento
de la presión intracraneal (PIC), conciderar monitorizar
PIC y reducir la PA con fármacos antihipertensivos por
vía EV intermitentemente o en perfusión para alcanzar
presión de perfusión cerebral (PPC) entre 60 y 80 mmHg;
3) si PAS > 180 mmHg o PAM > 130 mmHg y no hay signos
clínicos de aumento de la PIC, conciderar monitorizar
PIC y reducir la PA con fármacos antihipertensivos por
vía EV intermitentemente o en perfusión.
o
El Nitroprusiato sódico produce aumento de la PIC en
pacientes con lesión cerebral, por lo que se prefiere
otros; por ejemplo, Labetalol 5-20 mg en bolo EV cada 15
minutos o en perfusión a 2 mg/min, o Enalapril 1.25 – 5
mg EV cada 6 horas.
·
Manejo del edema cerebral (EC): el EC en el contexto de
la HIC aumenta rápidamente en las primeras 72 horas
hasta estabilizarse hacia el séptimo día. Ante la
aparición de aumentos de la PIC por encima de 18-20 mmHg
o signos de herniación tentorial, la primer medida que
debe realizarse, por rapidez de acción y eficacia, es la
hiperventilación controlada para mantener la PCO2 entre
25 y 35 mmHg. Esta medida debe realizarse de forma
temporal en el cuadro agudo. La Osmoterapia, tanto con
manitol 20% como la solución hipertónica (al 3%, 7% o
23%), puede reducir también la PIC aunque no hay
evidencia de que altere el pronóstico. El coma
barbitúrico (tiopental a 3 mg/Kg/hora) sería el último
escalón farmacológico, aunque la evidencia de su
efectividad es escasa. La craneotomía descompresiva y
los corticoides no tienen indicación.
·
Manejo de las convulsiones: estudios con
electroencefalogramas contínuos han demostrado que el
60% de los pacientes con HIC presentan convulsiones, por
lo que el uso profiláctico de antiepilépticos está
ampliamente aceptado y deben suspenderse luego de 2 a 4
semanas. En las HIC profundas (ganglios basales) o
infratentoriales no están indicados.
·
Manejo quirúrgico de la HIC: no está indicado el
tratamiento neuroquirúrgico para evacuar el hematoma,
excepto que sean cerebelosos. En estos casos, cuando el
hematoma es de un volumen mayor de 40 ml o se asocia con
un deterioro neurológico (Escala de Glasgow < 14), se
requiere un drenaje urgente.
·
Nuevas técnicas: la cirugía mínimamente invasiva para
drenar el hematoma a través de la colocación de un
catéter por vía estereotáxica para instilar agentes
trombolíticos (rt-PA o uroquinasa), disolver el coágulo
y luego removerlo es una nueva opción introducida en los
últimos años, aunque no ha demostrado mejorar el
pronóstico claramente.
Lamentablemente, hasta el momento, las nuevas
alternativas terapéuticas no demostraron un claro
beneficio en esta enfermedad nefasta. Al parecer, las
nuevas terapias están siendo dirigidas a lograr una
rápida estabilización del crecimiento del hematoma al
tiempo que reducir el daño neuronal asociado.
Nyquist P. Management of acute intracranial and
intraventricular hemorrhage.
Crit Care Med
2010; 38:946 –953. |