Momento de inicio de drogas antirretrovirales durante la
terapia para tuberculosis
N Engl J Med 2010;362:697-706.
La TBC representa una de las principales enfermedades
marcadoras de SIDA. La coinfección HIV y tuberculosis es
altamente prevalente y representa un desafío terapéutico
para el clínico y el infectólogo debido a la alta
morbimortalidad y a la dificultad en la adherencia al
tratamiento combinado. En nuestro medio la adicción a
drogas así como la situación socioeconómica y
nutricional de esta población agrava aún más esta
problemática. Sin embargo estudios observacionales,
incluso metaanálisis indican la necesidad de comenzar
con tratamiento antirretroviral en forma temprana lo
cual parecería mejorar el pronóstico.
Este trabajo es un estudio randomizado controlado
realizado en Sudáfrica, aunque no a doble ciego sino
open-label (o sea con conocimiento tanto del médico como
del paciente del tratamiento instalado). Aquí se
incluyeron más de 600 pacientes con coinfección
confirmados por esputo BAAR y HIV con recuentos de
linfocitos CD4 menor a 500/mm3. Los pacientes
realizaban profilaxis para Pneumocistis con TMP/SMX de
acuerdo al nivel de CD4 y como tratamiento
antirretroviral recibieron DDI, lamivudina y efavirenz.
Se compararon fundamentalmente 2 grupos de tratamiento
combinado-integrado con un grupo de tratamiento
secuencial. Este último consistía en comenzar con el
tratamiento antirretroviral una vez culminado el
tratamiento para TBC. En los dos primeros el tratamiento
se comenzó durante el primer mes de tratamiento o luego
de finalizar la fase intensiva de 2 meses de
tuberculostáticos. El principal end point fue mortalidad
por cualquier causa, y como secundarios se evaluaron
efectos adversos, abandono de tratamiento, síndrome de
reconstitución inmune, etcétera. Se observó que el
tratamiento combinado integrado reduce más del 50 % el
riesgo de muerte sin aumento significativo de
intolerancia o efectos adversos por la medicación. Si
bien se observó una mayor frecuencia de síndrome de
reconstitución inmune en el grupo integrado, lo cual fue
lógico y esperado, este no fue de gravedad.
Entre las limitaciones del estudio se señala que no fue
determinada mortalidad específica por lo que pueden
estar subestimadas ciertas causas de muerte. Los
pacientes fueron portadores de TBC pulmonar y
ambulatorios por lo cual no podrían extrapolarse estos
resultados a pacientes más seriamente comprometidos o
con TBC extrapulmonar sin introducir posibles errores.
Por último existieron razones diversas por la cual no
fue uniforme el tiempo de comienzo del tratamiento
antirretroviral dentro de cada grupo. A pesar de estas
consideraciones y que restarían estudios que definan el
tiempo óptimo para iniciar el tratamiento
antirretroviral en estos pacientes todo indica que el
tratamiento integrado es conveniente y razonable
comparado con el secuencial.
Comentario:
Dr. Bruno Paradiso - Instructor de Residentes-Hospital
Carrasco (Rosario) - Docente de la Primera Cátedra de
Clínica Médica – Facultad de Ciencias Médicas,
Universidad Nacional de Rosario. |