Bicarbonato de sodio versus cloruro de sodio para la
prevención de la nefropatía inducida por medio de
contraste
Brar S; Yuh-Jer Shen A; Jorgensen M; et al.
JAMA. 2008; 300:1038-1046
La nefropatía inducida por contraste es la 3° causa de
insuficiencia renal aguda adquirida en el hospital. Su
incidencia es del 2% en la población de bajo riesgo, y
del 50% en la de alto riesgo, de ahí la necesidad de
identificar a pacientes de alto riesgo para iniciar las
medidas de prevención.
Dentro de los factores de riesgo se encuentran la
enfermedad renal crónica, el tipo y volumen del
contraste, diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca
congestiva, edad avanzada, anemia, sexo.
El mecanismo por el cual se produce, aún se desconoce,
pero se postulan dos teorías que son la vasoconstricción
renal, resultante en isquemia medular y la injuria por
radicales libres.
Por dicho motivo se considera a la hidratación como una
buena estrategia para la profilaxis, ya que reduce la
actividad de la renina y óxido nítrico.
Debido a que el bicarbonato de sodio parece disminuir la
formación de radicales libres al aumentar el pH tubular,
se realizó un estudio prospectivo, randomizado y
controlado que permite comparar la estrategia de
hidratación con cloruro de sodio vs. bicarbonato de
sodio para su prevención.
Se seleccionaron pacientes con enfermedad renal crónica
moderada a severa, a quienes se les iba a realizar una
angiografía coronaria.
Como criterios de inclusión se tomaron el filtrado
glomerular de 60 ml/min o menor, la edad mayor a 18
años, la presencia de al menos uno de los siguientes:
diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva e
hipertensión arterial, y por último la edad mayor de 75
años.
Se analizaron 353 pacientes, de los cuales 178
recibieron hidratación con cloruro de sodio y 175 con
bicarbonato de sodio.
Se eligió a la tasa de filtrado glomerular para estimar
la función renal y definir la presencia de nefropatía
inducida por contraste, ante la disminución de un 25% o
más de la tasa de filtrado glomerular respecto al valor
basal calculado previamente a la exposición del
contraste.
La nefropatía inducida por contraste ocurrió en el 13,9%
de los pacientes, siendo la incidencia en el grupo que
recibió cloruro de sodio del 13,5% y en el grupo de
bicarbonato de sodio del 13,6%.
La mortalidad a los 30 días fue similar en ambos grupos.
La mortalidad a los 6 meses fue del 3,1% de la
totalidad y del 9,8% de los pacientes que desarrollaron
nefropatía
La necesidad de diálisis a los 6 meses fue del 1,7%, sin
embargo fue del 9,8% en los pacientes que desarrollaron
nefropatía. La mortalidad a los 6 meses de los pacientes
que requirieron diálisis fue del 66,7%.
En estudios previos como el MERTEN y col., la incidencia
de nefropatía inducida por contraste fue menor en el
grupo que recibió bicarbonato de sodio. Sin embargo, la
tasa de filtrado glomerular basal era de un 32%, siendo
en nuestro estudio de 48 ml/min, lo cual sugiere que el
bicarbonato de sodio podría ser más efectivo en
pacientes con menores valores de tasa de filtrado
glomerular.
Es difícil la comparación, ya que existen diferencias en
cuanto al tamaño de la muestra, el protocolo de
hidratación, vías de administración y de parámetros para
definir la presencia de nefropatía.
En resumen, no es posible demostrar que la hidratación
con bicarbonato de sodio es superior al cloruro de sodio
en la reducción de la incidencia de nefropatía inducida
por contraste en pacientes con enfermedad crónica
moderada a severa. Sin embargo considero necesaria la
identificación de pacientes de alto riesgo para iniciar
la hidratación como estrategia de prevención.
Comentario
Maritxu Larraza. Residente de Clínica Médica. Hospital
Provincial del Centenario. Rosario.
Natalia Egri. Jefa de Residentes de Clínica Médica.
Hospital Provincial del Centenario. Rosario.
Roberto Parodi.
Instructor de Residentes de Clínica Médica.
Hospital Provincial del Centenario. Rosario.
|