¿Tiene Ascitis este paciente?
Does this patient have ascites? How to divine fluid in
the abdomen.
Williams
JW Jr, Simel DL.
JAMA.
1992 20;267(19):2645-8.
La
Ascitis es la acumulación de líquido libre en la cavidad
abdominal. Su presencia puede deberse a múltiples
causas, correspondiendo la mayoría de ellas a enfermedad
hepática, insuficiencia cardíaca, síndrome nefrótico o
neoplasias. Este hallazgo clínico tiene gran importancia
ya que, por ejemplo, tiene significado pronóstico en
pacientes con hepatopatía crónica, reduciendo la
expectativa de vida de quienes la presentan. Asimismo,
suele ser útil como indicador de respuesta al
tratamiento de la patología de base.
La
detección clínica de ascitis, confirmada posteriormente
mediante la paracentesis diagnóstica, tiene algunas
ventajas: principalmente ahorra tiempo y dinero. Ante la
duda o si se quisiera recurrir a un método menos
invasivo que la paracentesis, la ecografía abdominal
constituye el “gold standar" para aseverar su
presencia, pudiendo detectar hasta 100 ml de líquido
ascítico. Si bien la tomografía es también un método
excelente, los costos y disponibilidad favorecen a la
ultrasonografía.
Cuando se
realiza el interrogatorio a un paciente con
sospecha de ascitis hay algunos puntos que han
demostrado ser parámetros de utilidad para aumentar la
probabilidad de esta condición clínica. Así, de acuerdo
al trabajo de David Simel, co-autor del artículo
analizado, el antecedente de “problemas hepáticos”
tendría un razón de verosimilitud o Likelihood Ratio
(LR) positivo de 3,2 para predecir ascitis, mientras que
la referencia de padecer insuficiencia cardíaca tendría
un LR+ de 2,04. Otras preguntas parecerían ser aún más
útiles; de esta forma la referencia de un incremento en
el perímetro abdominal, el aumento de peso y la
presencia de edemas periféricos tendrían un LR+ de 4,16,
3,2 y 2,8, respectivamente. El antecedente de
alcoholismo y una historia de enfermedad neoplásica
tendrían, según este mismo trabajo, poco valor como
predictores de ascitis, con LR+ calculados de 1,44 y
0,91. Asimismo el interrogatorio sería útil para
disminuir la probabilidad pretest de ascitis; de
este modo la ausencia de un incremento en el perímetro
abdominal (LR- 0,17) o de edemas en miembros inferiores
(LR- 0,1) son dos factores que han demostrado tener
valor pronóstico. Como se puede observar, un
interrogatorio apropiado tendría al menos dos
beneficios: por un lado, aportar elementos de valor para
incrementar o disminuir la sospecha de ascitis; y por
otro, detectar aquellos individuos en quienes debería
realizarse un examen físico más minucioso en busca de
este signo.
En lo que
al examen físico respecta, una revisión
focalizada destinada a detectar ascitis debería incluir
la inspección en busca de un abdomen globuloso,
especialmente, el “abultamiento” de los flancos. Puede
ocurrir que resulte difícil diferenciar entre un abdomen
globuloso debido a ascitis de aquel causado por
obesidad. La forma de diferenciarlos es mediante la
percusión abdominal: en presencia de ascitis se detecta
matidez de concavidad superior. A su vez, el
desplazamiento de la matidez es una forma de reafirmar
los hallazgos detectados por percusión. Se le pide al
paciente que adopte un decúbito lateral, percibiéndose
matidez a la percusión de la zona más declive, con
timpanismo en las regiones superiores del abdomen. Al
adoptar el decúbito opuesto se obtienen idénticos
hallazgos, corroborando que el líquido que produce la
matidez se encuentra “libre” en la cavidad abdominal.
Por
último, el signo de la “onda ascítica” es otra maniobra
que permite diferenciarlos, y se realiza de la siguiente
forma: un asistente coloca el borde de ambas manos sobre
la línea media del abdomen del paciente, generando una
especie de “barrera”; el explorador percute uno de los
flancos, mientras que con los dedos de la otra mano
intenta percibir la presencia de un impulso. Las manos
del ayudante actúan en este caso impidiendo que lo que
se perciba sea la transmisión del impulso a través del
celular subcutáneo.
Se han
descrito inicialmente otras dos maniobras semiológicas
para el diagnóstico de Ascitis, las cuales han caído en
desuso debido a que no han mostrado utilidad real; estos
son el “signo del charco” y la percusión auscultada.
Dos
trabajos analizaron el grado de concordancia entre
observadores en la detección de signos clásicos de
ascitis. Esta fue muy buena en general, alcanzando
niveles sumamente altos entre gastroenterólogos
experimentados. Esto sin duda refuerza la importancia de
una exploración minuciosa para el diagnóstico de
ascitis.
Es
importante destacar que el examen extra-abdominal puede
ser de gran valor, entre otros aspectos, para orientar
la causa de la posible ascitis. Deben buscarse
principalmente estigmas de hepatopatía crónica
(ginecomastia, eritema palmar, hipertrofia parotídea,
hábito de Chovstek, telangiectasias) y manifestaciones
de insuficiencia cardíaca.
Respecto
al valor exacto del examen físico, no hay ningún signo
que sea altamente sensible y específico. De las
maniobras mencionadas, la “onda ascítica” tuvo el mayor
valor de LR+, siendo este de 6. Es seguida por la
“matidez desplazable”, con un LR+ de 2,7; la “matidez de
concavidad superior” y un abdomen “globuloso” a
predominio de flancos tuvieron un LR+ de 2,0, mientras
que el “signo del charco” tuvo un LR+ de apenas 1,6. Dos
trabajos evaluaron a su vez, el valor de la impresión
general del médico como predictor de ascitis. En ambos
estudios, en los casos en que el médico se encontraba
seguro de su diagnóstico, el valor de ello fue alto; en
cambio, en las situaciones de duda, el valor de la
impresión general fue limitado.
Conclusiones
Ø
Un signo de la onda ascítica positiva, la presencia de
matidez desplazable y la detección de edemas periféricos
constituyen los signos de mayor valor para el
diagnóstico de ascitis.
Ø
Los hallazgos clínicos más útiles para descartar ascitis
son la ausencia de aumento del perímetro abdominal y de
edemas periféricos, así como la imposibilidad de
demostrar matidez de concavidad superior, matidez
desplazable y un abdomen globuloso a predominio de los
flancos.
Comentario
Se
denomina Ascitis a la acumulación de líquido
intraabdominal en una cantidad mayor a la normal. En
base a la cantidad acumulada y a la forma de detectar
esta, la misma se gradúa en (1):
* Grado 1
o leve: solo es detectable mediante métodos de imágenes
* Grado 2
o moderada: distensión abdominal simétrica detectable
clínicamente
* Grado 3
o severa: ascitis a tensión
Se estima
que serían necesarios 500 a 1000 ml para que esto se
traduzca en la presencia de “matidez desplazable” (2),
uno de los signos más sensibles de ascitis. De los dos
signos comunicados como más sensibles para el
diagnóstico de ascitis, el aumento del perímetro
abdominal y edemas periféricos, uno de ellos es “extra
abdominal” (2,3).
Al
estudiar un paciente con ascitis, el enfoque del mismo
varía considerablemente si ésta se presenta por primera
vez, o si se trata de un sujeto con un diagnóstico
previo, en el cual dicho cuadro se repite. En el primero
de los casos, debemos centrarnos en dilucidar la causa
que ocasiona ascitis. De todas las posibles, la cirrosis
da cuenta de la mayoría de ellas, representando
alrededor del 80% (4,5). Sin embargo, existen muchas
otras causas que podrían justificar su presencia. Entre
las más frecuentes podemos jerarquizar la insuficiencia
cardíaca, la tuberculosis, el síndrome nefrótico, las
afecciones pancreáticas y las neoplasias (6,7). Es
interesante hacer notar que si bien se tiende a suponer
que una ascitis de causa neoplásica se debe a
carcinomatosis peritoneal, las neoplasias pueden causar
ascitis por diversos mecanismos, siendo la
carcinomatosis peritoneal solo uno de ellos (6).
Un dato
que debemos tener en cuenta en nuestro medio es la
presencia de foco epidemiológico para tuberculosis
(4,8). Un signo “clásico” relacionado con esta etiología
sería la tabicación de la ascitis, lo que provocaría
fenómenos acústicos muy particulares denominados
percusión “en damero” (5).
Debido a
la amplia variedad de causas responsables de Ascitis una
historia clínica detallada es fundamental para orientar
el estudio de estos pacientes. Además de lo antes
expresado, deberíamos indagar respecto a datos
orientativos de neoplasias como pérdida de peso,
antecedentes personales y familiares, alteración del
hábito evacuatorio, entre otros. Al examen físico la
presencia de ingurgitación yugular y/o la auscultación
de un 3° ruido resulta altamente sugestivo de
insuficiencia cardíaca. Un hallazgo infrecuente pero
sumamente sugestivo de malignidad es la presencia de una
tumoración umbilical, correspondiente a metástasis
cutánea, que se ha dado en llamar “Nódulo de la hermana
María José” (9).
En el
abordaje inicial de estos pacientes la paracentesis es
una práctica casi obligada, ya que permite, entre otras
cosas, el cálculo del gradiente sero-ascítico de
albúmina (GASA). Respecto a particularidades específicas
del líquido, el aspecto “lechoso” del mismo, si bien se
pensó inicialmente que podría ser predictor de patología
neoplasia subyacente, posteriormente se demostró que, si
bien podía asociarse a estas patologías, se presentaba y
era incluso más frecuente en casos de cirrosis. La
tuberculosis es otro diagnóstico importante a considerar
en estos casos. En cambio, un líquido serohemático o
hemático franco sería altamente sugerente de patología
maligna subyacente.
En
definitiva, y como suele ocurrir en casi todas las
situaciones, más allá del invaluable rol de los métodos
complementarios, la semiología sigue desempeñando un rol
hegemónico, no solo en el diagnóstico de las patologías
sino también como regulador del empleo de los métodos
adicionales de que disponemos.
Referencias
1-
Baccaro ME, Ferretti S, Vorobioff J. Sindrome ascítico.
En: Battagliotti C. Greca A. Terapéutica Clínica.
Editorial Corpus. Rosario. 2005
2- McGee,
S. Evidence-Based Physical Diagnosis. 2º Edición.
Editorial Elsevier.
3-
McGibbon A, Chen GI, Peltekian KM, van Zanten SV.
An evidence-based manual for abdominal paracentesis.
Dig Dis Sci. 2007 Dec;52(12):3307-15.
4- Runyon BA. Diagnosis and evaluation of patients with
ascites.
UpToDate 18.1
5-
Argente H, Álvarez M. Semiología Médica. Fisiopatología,
semiotecnia y propedéutica. Editorial Médica
Panamericana. 1º Edición, Buenos Aires, Argentina; 2005.
6- Runyon BA.
Malignancy-related ascites. UpToDate 18.1
7- Cárdenas A, Gelrud A, Chopra S. Chylous, bloody, and
pancreatic ascites. UpToDate 18.1
8- Parodi R, García M. Sindrome ascítico edematoso. En:
Parodi R. Chiganer G. Sosa J. Greca A. Guardia Médica:
enfoque práctico de urgencias y emergencias.
Editorial Corpus. Rosario 2008.
9-
Rodríguez, J. M. et al. Nódulo de la hermana María José
como manifestación de cáncer de origen desconocido:
presentación de un caso. An. Med. Interna (Madrid)
2005;22,6: 285-287. |