Hasta ahora, el eje de
la formación de post-grado pasó por el sistema de Residencia
Médica de tres años de duración, con la posibilidad de uno
de los residentes de acceder a un cuarto año de Jefatura. El
sistema ha superado la prueba del tiempo y ha demostrado ser
indudablemente idóneo para la formación de especialistas. Los
graduados acceden a él a través de un mecanismo de selección
basado en los antecedentes académicos y una prueba de
competencia. Hasta hace algunos años existía también la
instancia de la entrevista personal, pero esta fue eliminada por
el C.D. Las causas aducidas para tal eliminación fueron de
índole diversa, pero la objeción fundamental fue que los
criterios sobre los que se realizaban las entrevistas eran
heterogéneos, lo cual podía dar lugar a arbitrariedades e
inequidades. Si bien podemos aceptar que estas críticas pueden
tener alguna base de razonabilidad, pensamos y en su momento lo
hicimos saber a las autoridades, que aunque perfectible, la
entrevista debía mantenerse ya que es un elemento central de
evaluación de la personalidad del postulante y de aspectos que
ni los antecedentes ni la prueba de competencia permiten
aquilatar. En todo caso planteamos modificarla, acaso
normatizándola pero creímos que no debía eliminarse. Fuimos
críticos de esta medida y de algunas otras modificaciones del
reglamento de acceso a la Residencia, pero tales modificaciones
(incluida la eliminación de la entrevista) fueron puestas en
vigencia.
La capacitación
de los residentes (ahora denominados becarios de post-grado,
aunque un poco por costumbre pero esencialmente por
identificación con el sistema prefiero seguir llamándolos
médicos residentes) es gradual, con responsabilidades
crecientes en la atención de enfermos con un mecanismo de guía y
control estricto (residentes de años superiores, Jefe de
residentes, Jefe de Clínica, Docentes del Servicio, Profesores).
Quienes tenemos
contacto directo con estudiantes avanzados de la carrera de
grado, solemos ver cambios profundos en ellos cuando han
transcurrido pocos meses de post-grado en la residencia.
Rápidamente se adaptan a sus responsabilidades y desarrollan
aptitudes notables. Creemos que ello se debe a la dedicación
exclusiva y al hecho de saber que (aunque tutelados) son
responsables directos de cuanto les ocurre a los pacientes.
Además de la
función asistencial los residentes desarrollan una importante
actividad de tipo académico. Se realizan cursos permanentes
(Grandes síndromes clínicos, Fisiopatología,
Electrocardiografía, Imagenología, Laboratorio, etc.),
seminarios conjuntos de subespecialidades (Oncología,
Nefrología, Cardiología, Hematología, Neumonología, Terapia
Intensiva, Reumatología, Gastroenterología, Infectología,
VIH-SIDA, etc.), Pasajes de Sala coordinado por los Profesores,
Reuniones o Ateneos Clínicos o Clínico-Patológicos. En la 1ª.
Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica se desarrolla desde
comienzos del año 2003 un grupo Balint, de frecuencia de reunión
semanal, donde se analizan y discuten aspectos de la
problemática de la relación Médico-Paciente tanto sobre
situaciones concretas como sobre sus aspectos teóricos.
Dicho grupo es coordinado por la Psic. Elizbeth Meyer y creemos
que ha sido sumamente enriquecedor en tanto ha permitido
profundizar en los aspectos psicosociales que, como hemos visto,
hacen a la esencia de la tarea médica.
Los residentes
avanzados tienen la oportunidad de realizar rotaciones
trimestrales (dos para cada residente) entre servicios de otros
hospitales de Rosario, de Capital Federal e incluso del
extranjero de acuerdo con las posibilidades y
disponibilidades y con sus preferencias personales.
El residente de
tercer año debe incorporarse y dedicar parte de su tiempo a los
protocolos de investigación clínica que la Cátedra
desarrolla. Esta participación activa es considerada vital para
la formación de post-grado.
La evaluación
de los objetivos y la promoción de los residentes a años
superiores se realiza en base a la evaluación contínua
por el Jefe de Residentes, el Tutor y el Instructor de
Residentes, y los Profesores. Dado que se trata de un grupo
reducido y en contacto directo y continuo, creemos que reúne las
condiciones ideales para una evaluación de este tipo.
Tenemos clara
conciencia de que estamos todavía lejos de dar una respuesta
adecuada a la formación continua de nuestros graduados. La
Universidad, de acuerdo con lo establecido por la Ley de
Educación Superior, debe tomar a su cargo el otorgamiento de los
títulos de Especialista y lo hace a través de la instrumentación
de las Carreras de Post-grado.
En el caso de
Clínica Médica, en la carrera de post-grado, puesta en
funcionamiento en el año 2003, se mantiene la formación
práctica a través de los sistemas de alumnos becarios rentados
(hasta ahora llamados residentes) y alumnos no rentados,
presentando los contenidos teóricos de manera sistematizada.
Tales contenidos, además de los estrictamente técnicos (Grandes
síndromes, Medicina Ambulatoria, Emergencias, Problemas
endémicos, Problemas de salud del adolescente y del anciano,
etc.), incorporarán Epidemiología, Metodología de la
Investigación Científica, Relación Médico-Paciente, etc.
Debe señalarse
que aquí el objetivo educacional es claramente distinto al de
pregrado. En éste se busca formar un médico general con
aptitud para el ejercicio de la atención primaria de la salud,
mientras en la Carrera de Post-grado, se apunta al logro de
un especialista, altamente capacitado para el manejo y
resolución de problemas de salud no quirúrgicos de población
adulta en los tres niveles de complejidad (baja, intermedia y
alta). El primero (baja complejidad) involucra la práctica
ambulatoria, el segundo (complejidad intermedia) el paciente
internado estable y el tercero (alta complejidad) el enfermo
internado en áreas críticas como Terapia Intensiva.
Tenemos clara
conciencia de que tropezaremos con limitaciones serias para la
consecución del objetivo de brindar una educación de post-grado
de calidad. Ellos son
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Número
limitado de alumnos en la carrera:
Por razones operativas la carrera de post-grado deberá
limitarse a un número de alumnos a determinar anualmente por
la Comisión de Post-grado que dirige la misma.
-
No
disponibilidad de docentes afectados a la carrera en forma
exclusiva: Los
docentes de post-grado serán en su mayoría los mismos que
imparten docencia de pre-grado.
-
Escasez de
recursos instrumentales:
Esto se relaciona con el
insuficiente equipamiento de todos los hospitales públicos,
situación comprensible desde la perspectiva de la realidad
económica del país.
De todas
maneras, la Universidad debe realizar los máximos esfuerzos para
poder llevar adelante las carreras de post-grado con el más alto
nivel académico posible.
Profesor Titular
Dr. Alcides A. Greca
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