Artículos de lectura
imprescindible recomendados por el Prof. Dr. Alfredo Rovere |
Prof. Dr. Alfredo Rovere
Ex
Profesor Titular de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. |
|
|
|
Volver a artículos recomendados
|
|
Diagnosis and
Treatment of Diabetic Foot Infections
Benjamin A. Lipsky, Anthony R. Berendt, H. Gunner Deery,
John M. Embil, Warren S. Joseph, Adolf W. Karchmer, Jack L.
LeFrock, Daniel P. Lew, Jon T.
Mader, Carl Norden, and James S. Tan.
Guidelines for Diabetic
Foot Infections .CID 2004:39(1 October).885
LINK:
http://www.journals.uchicago.edu/CID/journal/issues/v39n7/34365/34365.web.pdf (texto completo gratuito)
Los autores jerarquizan respecto de las infecciones en
el pie diabético:
- gravedad y consecuencias
- necesidad de un manejo multidisciplinario coordinado para
el tratamiento local, metabólico y de la infección
- la ulceración como mayor factor predisponente, está
relacionada usualmente con la neuropatía periférica; asignan
a la enfermedad vascular periférica y a varios trastornos
inmunológicos un rol secundario.
- los patógenos predominantes son los cocos aerobios Gram
positivos (particularmente el Estafilococo aureus). Los
pacientes con ulceraciones crónicas o que recibieron
antibióticos recientemente, pueden también estar infectados
con bacilos Gram negativos, y en los pacientes con isquemia
o gangrena pueden participar anaerobios obligados.
- las úlceras infectadas deben diagnosticarse clínicamente
por los signos locales y ocasionalmente sistémicos, y por
los síntomas de inflamación. Investigaciones de laboratorio
(incluyendo microbiológicas) son de uso limitado para el
diagnóstico de la infección, excepto en casos de
osteomielitis.
- enviar muestras para cultivo antes de iniciar un
tratamiento empírico con antibióticos en todos los casos de
infección, excepto quizás en aquellas que son leves y que no
recibieron tratamiento previo. Se prefieren las muestras
obtenidas por biopsia, curetaje de la úlcera o aspiración, a
aquellas obtenidas por hisopado.
- los estudios de imágenes pueden ayudar a diagnosticar o
definir mejor la profundidad, colecciones purulentas en
tejidos blandos, y son usualmente necesarios para detectar
patología ósea. La radiografía simple puede ser adecuada en
muchos casos, pero la resonancia en preferencia al
centellograma, tiene mas sensibilidad
y especificidad, especialmente para la detección de lesiones
en tejidos blandos.
- las infecciones deben categorizarse por su severidad, lo
que ayuda a determinar el grado de riesgo para el paciente y
para el miembro, y así la urgencia y manejo.
- la evidencia disponible no sustenta tratar con
antibióticos las úlceras no infectadas. Los antibióticos son
necesarios virtualmente para todas las úlceras infectadas,
pero son a menudo insuficientes sin una adecuada atención de
la úlcera. - seleccionar un
régimen antibiótico empírico de acuerdo con la severidad de
la infección y con los probables agentes etiológicos. Una
terapia dirigida a cocos Gram positivos aeróbicos puede ser
suficiente para infecciones leves a moderadas. No se
requiere terapéutica antibiótica empírica de amplio espectro
rutinariamente, pero se la indica en infecciones severas, a
la espera del cultivo y del antibiograma.
Es necesario tener presente si hubo terapia antibiótica
reciente, y los datos locales de sensibilidad microbiana a
los antibióticos, especialmente Estafilococo aureus
resistente a meticilina, u otros gérmenes resistentes. La
terapia definitiva debe basarse en los resultados del
cultivo, del antibiograma y de la respuesta a la terapia
empírica.
- virtualmente todas las infecciones severas y algunas
moderadas requieren administración parenteral, al menos
inicialmente. Antibióticos orales con alta
disponibilidad oral pueden emplearse en la mayoría de las
infecciones leves y en muchas infecciones moderadas,
incluyendo algunos casos de osteomielitis; terapéutica
tópica puede emplearse en algunas infecciones superficiales
leves.
- la terapéutica antibiótica se continúa hasta que se haya
resuelto la infección, pero no necesariamente hasta que la
úlcera haya cicatrizado. Sugieren la siguiente duración:
para infecciones leves 1 a 2 semanas es usualmente
suficiente, pero algunas requieren 1 o 2 semanas
adicionales; para infecciones moderadas a severas usualmente
son suficientes 2 a 4 semanas, dependiendo de las
estructuras involucradas, la adecuación del debridamiento,
el tipo de tejido blando que cubre la herida y la
vascularización de la misma; para osteomielitis generalmente
se requieren 4 a 6 semanas como mínimo, pero una menor
duración puede ser suficiente si se remueve todo el hueso
infectado y probablemente una mayor duración será necesaria
si el hueso infectado permanece.
- cuando en un paciente clínicamente estable, uno o más
cursos de antibióticos fallan, es necesario considerar la
suspensión de los antibióticos y después de unos pocos días
obtener muestras óptimas para cultivo.
- solicitar consulta con el cirujano ante infecciones
acompañadas por abscesos profundos, extenso compromiso de
hueso o articulación, crepitación, necrosis o gangrena
sustancial, o fasciitis necrotizante. Evaluar las arterias
del miembro y revascularizar cuando esté indicado, es
particularmente importante .
- para la cicatrización de la herida infectada es crucial,
además de los antibióticos, una limpieza apropiada, extraer
tejido necrótico, y especialmente, aliviar la presión. No
hay suficiente evidencia para recomendar un determinado tipo
de apósito, ni cicatrizantes o productos para heridas
infectadas del pie.
- los pacientes con heridas infectadas requieren un precoz y
cuidadoso seguimiento para asegurar que el tratamiento
médico y el quirúrgico seleccionados son apropiados y
efectivos.
- no hay estudios que hayan definido el papel de algunas
terapias adjuntas para las infecciones del pie diabético,
pero revisiones sistemáticas han sugerido que los factores
estimulantes de colonias de granulocitos y el oxígeno
hiperbárico pueden ayudar a prevenir amputaciones. Estos
tratamientos pueden ser útiles para infecciones severas o
para aquellos que no han respondido adecuadamente a la
terapia, a pesar de haber corregido todos los factores
sistémicos y locales tratables.
- la extensión de la infección al hueso (osteítis u
osteomielitis) puede ser difícil de distinguir de una
osteoartropatía no infecciosa. El examen clínico y las
imágenes pueden ser suficientes para aclararlo, pero una
biopsia del hueso es de valor para establecer el diagnóstico
de osteomielitis y para identificar el o los gérmenes y el
correspondiente antibiograma.
- finalmente, sugiere aspectos que sería necesario
investigar.
Se trata de una excelente puesta al día , de la
Infectious Diseases Society of America publicada en Clinical
Infectious Diseases; constituye prácticamente
un manual abreviado sobre el tema, por los múltiples
aspectos que considera acerca de la infección en el pie
diabético (26 páginas con 290 referencias y varias tablas y
figuras) .
|
|
Volver a artículos recomendados
|
|
|
|