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Elevación de la Proteína C- Reactiva en las personas con prehipertensión
J Clin Hypertens 6 (10): 562-568, 2004.

En su séptimo reporte, el Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation and Treatment of High Blood Pressure definió como “prehipertensión” las cifras de sistólica entre 120-139 y de diastólica entre 80-89 mmHg. Tal ajuste en la clasificación de la PA se basa en la hipótesis, aún no confirmada, de que los prehipertensos, quienes desarrollan hipertensión con una frecuencia doble con respecto a los normotensos (PA: < 120/80 mmHg), tengan un riesgo mayor de complicaciones cardiovasculares.
En base a este nuevo enfoque y a partir del conocimiento de que la Proteína C- Reactiva es un factor independiente de riesgo para eventos cardiovasculares, los autores de este trabajo analizaron la relación entre esta proteína y todos los rangos de hipertensión arterial, incluido el de la “prehipertensión”; los datos se obtuvieron de un grupo de adultos > de 17 años que habían participado desde 1988 a 1994 en el Third National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III).
Los resultados fueron los siguientes: las personas con PAS (Presión Arterial Sistólica) en el rango prehipertensivo (27.4%) y en el hipertensivo (36.3%) tuvieron una significativa (p<0.05) prevalencia en la elevación de la Proteína C- Reactiva con respecto a las personas con PAS < 120 mmHg (19.3%). Además, dicha prevalencia aumentaba a medida que se elevaba la PAS. Los resultados con la elevación de la PAD (Presión Arterial Diastólica) fueron similares aunque la relación entre prehipertensión y PCR fue más significativa con el aumento de la PAS que con el aumento de la PAD, hallazgo que coincide con estudios epidemiológicos anteriores que han demostrado una correlación más fuerte entre presión sistólica y eventos cardiovasculares y mortalidad. En ambos casos, la relación se mantuvo después de eliminar otras variables como hábito de fumar, índice de masa corporal, ejercicio, diabetes, resistencia a la insulina y uso de ciertos fármacos que pudieran alterar los dosajes de PCR.
Como conclusión, la asociación entre prehipertensión y PCR elevada fortalece, a juicio de los autores, las recomendaciones ya establecidas de la conveniencia de actuar sobre esta población mediante cambios en el estilo de vida. Además cuando ambos factores – PAS y PCR – están presentes, el aumento del riesgo proporcionaría un argumento racional para el tratamiento farmacológico en el subgrupo de pacientes con prehipertensión.

Dra. Amalia Pati - Instructora de Clínica Médica y Terapéutica






 

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