Discusión abierta
Dr.
Juan Carlos Pendino:
Coincido con los dos diagnósticos más probables que
se mencionaron, es decir, el de linfoma primario del SNC y
el de neurosarcoidosis.
La
Dra. Menichini realizó una discusión muy clínica del caso,
como ser la relación que estableció entre mononeuritis,
neurosarcoidosis y síndrome del túnel carpiano.
Cuando
existe meningitis crónica asociada a compromiso del
sistema nervioso periférico uno piensa en neurosarcoidosis
y en la enfermedad de Lyme. Un linfoma primario del SNC no
podría explicar el síndrome del túnel carpiano. Pero, a su
vez la neurosarcoidosis no justificaría la presencia de
trombosis venosa profunda; que, en cambio, sí lo haría un
linfoma como expresión de la hipercoagulabilidad asociada
a enfermedad neoplásica.
Creo
que existe un gran argumento a favor del linfoma primario
del SNC que es la respuesta al tratamiento corticoide,
teniendo en cuenta su acción linfocitotóxica, que en este
caso provocó una disminución marcada de la lesión. Por
esto y otras razones ya enunciadas, creo como primer
diagnóstico al de linfoma primario del SNC.
Este
paciente fue considerado un inmunocompetente, pero al
ingreso presentaba linfopenia (Leucocitos 9.100/mm3
con 10% de linfocitos) lo que podría hacer pensar que
tuviera algún déficit inmunitario inespecífico. Tenía
serología para VIH negativo y su albuminemia era normal,
lo que hace suponer que no presentaba desnutrición; por lo
que no me queda claro la causa de su linfopenia.
Igualmente, creo importante el hecho de dudar de la
inmunocompetencia de un paciente cuando se detecta
linfopenia, aunque es inespecífica y existen varias otras
causas que pueden provocarla.
Repito, creo como diagnósticos más probables: en primer
lugar el linfoma primario del SNC, segundo la
neurosarcoidosis, y en tercer lugar, y relacionado a esa
probable inmunodeficiencia una causa infecciosa. No
olvidando la procedencia del paciente como foco endémico
de ciertas enfermedades infecciosas.
Dr.
Daniel Jairala:
A
este paciente lo empecé a ver en mi consultorio y lo
derivé al Servicio de Neurología de este Hospital.
Quiero
comentar algunas impresiones iniciales cuando conocí a
este paciente. Si bien tenía algunos estudios, de 4 a 6
meses previos, entre los cuales incluía una TAC de cráneo
donde no se habían advertido alteraciones de jerarquía,
daba la impresión de llevar más tiempo enfermo del que
realmente reconocía.
La
impresión de un clínico es que se trataba de un paciente
“neurológico puro”, es decir, que había una clara
desproporción entre los hallazgos neurológicos y una
semiología clínica y unos análisis de laboratorio que en
conjunto eran normales. Esto remitía a las advertencias
que se hacen siempre frente a las demencias. Las demencias
son enfermedades crónicas, tranquilas pero cuando son de
evolución subaguda, obligan a ser estudiadas rápidamente.
Este
paciente tenía un paso por zonas tropicales, pero había
vuelto de allí un año y medio antes del comienzo de los
síntomas, lo cual hacía difícil pensar que hubiera una
relación causa-efecto entre alguna enfermedad infecciosa y
el cuadro del paciente.
Presentó un deterioro progresivo y agregó trastornos de la
marcha, lo que sugería evidentemente, la necesidad de
actualizar los estudios por imágenes.
Mi
impresión era que había más patología del SNC que una
enfermedad sistémica, así que como clínico hubiera
orientado en primer lugar el estudio hacia la parte
neurológica.
En cuanto
al diagnóstico coincido con los que se mencionaron.
Prof. Dr. Reynaldo Menichini:
Coincido
que las dos patologías más probables son el linfoma
primario del SNC y la sarcoidosis. Cuando recibimos al
paciente en el Hospital, nos impresionó con ese estadio
hepático, con ese valor de gamma-glutamiltranspeptidasa,
con los componentes visuales y con su estado confusional
que estábamos ante una encefalopatía de Wernicke; luego no
evoluciona de acuerdo a esta patología, sino y sumado a la
ayuda de las neuroimágenes hacia una lesión expansiva con
componente leptomeníngeo secundario.
Por la
densidad que presentaban en la tomografía la imagen del
caudado sugirieron que podía tener una lesión renal
primaria, esto viene a colación porque cuando hablemos de
metástasis que desaparecen, la lesión de riñón es una de
esas posibilidades a considerar.
Entre
los casos clínicos del Massachussets General Hospital, se
destaca el de un linfoma primario del SNC, en que el
paciente tiene una lesión expansiva y signos neurológicos
que desaparecen. Esto motiva el comentario acerca de los
tumores que desaparecen o de los tumores “fantasmas” o de
los signos neurológicos que aparecen y desaparecen sin una
causa clara; y este paciente tiene el antecedente de un
episodio unos meses antes donde presenta una diplopía que
luego desaparece y para lo cual no tenemos una
explicación. Después tenemos este cuadro que motiva el uso
de corticoides por hipertensión endocraneana y la
evidencia de mejoría en los estudios por imágenes. Uno
debe apoyar lo que dice un experto acerca de que las
neuroimágenes son la anatomía patológica macroscópica en
blanco y negro, y a su vez nos permite el seguimiento de
las lesiones.
Haciendo una búsqueda encontré una artículo en la revista
“Neurology” del 2002 de autores holandeses que tenían 12
pacientes con tumores que habían desaparecido con el uso
de esteroides, hicieron una búsqueda en el medline de
todos los otros tumores y encuentran que el 50 a 60% de
los tumores con estas características, es decir con
compromiso de masa sólida y eventualmente componente
leptomeníngeo, que responden a corticoides son linfomas
primarios del SNC. El 30 a 35% de esas lesiones que hacen
sospechar lesiones expansivas son en realidad formas
pseudotumorales de la esclerosis en placa o alguna forma
de desmielinizantes; y queda un pequeño grupo entre los
que se mencionan el tumor renal, el seminoma, los tumores
de células germinales, algún cáncer de mama.
Entonces, quisiera darle la palabra al Doctor Valenti para
que nos cuente la leyenda de Proteo, porque creo que el
linfoma primario es una de las entidades más proteiformes
que existe y este es el diagnóstico más probable.
Prof. Dr. José
Valenti:
Bueno,
esta es una interconsulta de tipo mitológica. Proteo era
una personaje mitológico, su apariencia normal era la de
un viejo marinero griego, pero tenía la propiedad de poder
cambiar de forma a voluntad. Entonces, la gente lo
buscaba, porque era un hombre de gran sabiduría, para
hacerle preguntas; pero Proteo no quería contestarles y se
convertía en fuego, en agua, en un animal, en el viento. Y
la leyenda dice que para conseguir la respuesta había que
tomarlo rápidamente de la muñeca, y entonces él no podía
transformarse y accedía a darle la respuesta de mala gana
al que preguntaba. De ahí, que proteiforme quiere decir
que cambia de aspecto.
Prof.
Dr. Reynaldo Menichini:
Si,
esto viene porque prácticamente el único que le va a poder
tomar la mano y decirnos exactamente que es lo que tiene
el paciente es el Dr. Valenti.
Prof. Dr.
Alcides Greca:
Mencionó el Dr.
Jairala que la aparición aguda o subaguda de alteraciones
cognitivas, cambios de conducta y del lenguaje debe hacer
pensar en causas distintas de las formas más comunes de
demencia (enfermedad de Alzheimer, demencia vascular,
etc.) y obliga al estudio imagenológico exhaustivo.
En el caso
discutido las imágenes y particularmente la evolución de
las mismas fueron esenciales para el razonamiento
diagnóstico.
Las causas
neoplásicas siempre deben pensarse en primer lugar y
frente al compromiso leptomeníngeo, el linfoma primario
adquiere particular relevancia. La respuesta rápida a
corticoides, no atribuible únicamente a su efecto
antiedematoso, sino además a su demostrado efecto
linfocitotóxico avalan esta posibilidad. Frente a esta
sospecha es obligatorio también determinar el estado VIH
del enfermo ya que el LPSNC es el tumor maligno más
frecuente del sistema nervioso en pacientes con profunda
inmunodepresión y muy bajos niveles de linfocitos CD4.
Nuestro paciente tenía serología negativa para el VIH pero
acaso presentara algún nivel de inmunodepresión
indeterminada puesta en evidencia por la linfopenia, que
como señalara con acierto el Dr. Pendino, no tiene una
explicación clara.
Los argumentos
en contra de la tuberculosis cerebromeníngea postulados
por la Dra. María Laura Menichini son sólidos ya que no
cabía esperar esta evolución tipo “tumor fantasma” de las
imágenes frente a los corticoides en ausencia de
tratamiento específico; y en cuanto a la neurosarcoidosis
el principal dato en su contra radica en su rareza ya que
los demás elementos clínicos no pueden sostener ni
descartar este diagnóstico. El valor no elevado de enzima
de conversión de angiotensina (además de la
inespecificidad de este test) pierde valor ante el
compromiso neurológico de la enfermedad. No olvidemos que
la ECA es sintetizada en el pulmón y que en la sarcoidosis
se atribuye a la actividad de los granulomas sarcoídicos
en esta localización.
Este ha sido un
caso sumamente interesante para el análisis clínico-imagenológico
que ha sido abordado con gran solvencia por todos los
participantes y ahora sólo nos queda que la Dra. Catalano
nos dé el diagnóstico final.
|