Discusión del caso
clínico
Dr. María Soledad
Rodríguez
Se
discute el caso de un paciente de 56 años que consulta por
un cuadro de 2 meses de evolución de disnea, tos con
escasa expectoración, disfonía, sudoración y edemas
periféricos. Durante su internación desarrolla
desasosiego, hipotensión, taquicardia y aumento de la
disnea por lo que se realiza Tomografía Axial Computada (TAC)
de Tórax que evidencia derrame pericárdico severo. Se
efectúa pericardiocentesis de urgencia obteniéndose
líquido serohemático en más de 2000 ml en las 12 horas
siguientes. Con esta información estoy en condiciones de
formular que nuestro paciente presentó un cuadro de
evolución subaguda que lo llevó al taponamiento cardíaco.
El
taponamiento cardíaco se entiende como el compromiso
hemodinámico de la función cardíaca secundario a un
derrame pericárdico que cursa con aumento anormal de la
presión intrapericárdica.
Se
denomina "descompensado" al que se acompaña de bajo gasto
cardíaco o shock cardiogénico. Asimismo, el taponamiento
se divide, según su modo de aparición, en agudo por
ejemplo ante la ruptura cardíaca o aórtica, o un
traumatismo y es de inicio brusco siendo muy pequeñas las
cantidades de líquido pericárdico necesarias para
producirlo debido a la poca distensibilidad del saco
pericárdico. Por otra parte el taponamiento denominado
subagudo abarca etiologías como neoplasias, uremia o
pericarditis idiopática y en general es un proceso menos
dramático con síntomas más solapados (disnea, disconfort
torácico, fatiga ) que duran entre 6 semanas y 6 meses. En
el examen físico es factible encontrar edemas periféricos
a medida que se extiende en el tiempo el proceso. Es este
último el que se acerca más a la situación que presentaba
nuestro paciente. Independientemente del tiempo de
evolución, es característico encontrar en el examen físico
taquicardia sinusal, pulso paradojal y presión
venosa yugular elevada . En nuestro paciente solo se
constató la taquicardia sinusal, el resto de los hallazgos
no están objetivados en la historia clínica. En el ECG se
encontraron datos consistentes con este cuadro como
taquicardia sinusal, alternancia eléctrica y bajo voltaje
de los complejos en todas las derivaciones. El diagnóstico
se completa con imágenes, en nuestro caso, con TAC la que
evidenció un derrame severo y que junto a los signos y
síntomas de nuestro paciente hizo posible este
diagnóstico.
La etiología del
taponamiento cardíaco es muy amplia pues prácticamente
todas las entidades clínicas que se acompañan de derrame
pericárdico pueden producirlo. Es por esto que voy a
intentar primero desarrollar las enfermedades del
pericardio.
La primera
dificultad que se encuentra en el diagnóstico del derrame
pericárdico es el amplio espectro de enfermedades que
pueden ocasionarlo, ya que cualquier agente que irrite
esta serosa puede originar una inflamación y vuelco de
líquido al espacio pericárdico. También producen acúmulo
de líquido las patologías que afectan el drenaje linfático
y venoso o que alteran las estructuras vecinas al
pericardio. Las probables etiologías agrupadas según la
naturaleza de la afección son: Idiopáticas (
pericarditis aguda idiopática y derrame crónico idiopático);
Infecciosas (virus, bacterias, hongos o parásitos);
Neoplásicas ( metastásicas o primarias del
pericardio); Traumáticas (incluyendo iatrogénicas);
Metabólicas (hipotiroidismo, uremia); Enfermedades
del tejido conectivo y otras por hipersensibilidad;
Enfermedades de los órganos contiguos; Enfermedades
que provocan retención hidrosalina (insuficiencia
cardíaca, síndrome nefrótico, insuficiencia renal). La
prevalencia de cada una de estas etiologías es variable
dependiendo del contexto clínico en que se manifiesta el
derrame; es decir, con signos de pericarditis, como un
hallazgo o con taponamiento. A propósito de nuestro caso
clínico me parece apropiado mencionar que las entidades
que más frecuentemente se asocian a taponamiento son
neoplasias, infección purulenta y tuberculosis pericárdica
(1) (2) (3) (4). En nuestro caso el líquido obtenido fue
serohemático y no purulento lo que nos da otro dato para
ir orientándonos hacia la probable etiología.
Dada la gran
variedad de etiologías a descartar y el desconocimiento
por mi parte de los resultados de anatomía patológica de
la biopsia realizada, voy a permitirme dos preguntas:
¿son útiles algunos datos clínicos para orientarme al
diagnóstico? y ¿qué valor tiene la información
aportada por las características del líquido?
Respondiendo a la primera incógnita, en nuestro paciente
existen algunos datos de la anamnesis y otros que han
surgido en las imágenes realizadas que podrían evidenciar
la existencia de otra enfermedad que fuese responsable del
derrame, pero no me llevan al diagnóstico. Nuestro
paciente refirió disfonía de un mes y medio de evolución
que hubiese requerido un examen otorrinolaringológico
especializado para descartar neoplasias de laringe y
orofaringe que por su tamaño y su confinamiento a la
mucosa no son visible muchas veces en TAC u otros estudios
por imágenes. Además también se hubiese podido
diagnosticar una parálisis unilateral de cuerda vocal que
se manifiesta con disfonía y que posee un gran número de
causas pero las más importantes son neoplasias de tiroides
o mediastino que afecten al nervio recurrente que da la
inervación y por supuesto cáncer de pulmón que es la causa
más frecuente de parálisis unilateral de las cuerdas
vocales y que junto al dato de tos crónica lo hacen un
diagnóstico aún más probable (5). Entre los antecedentes
de nuestro paciente padeció un Infarto Agudo de Miocardio
(IAM) 4 años previos y esto me tienta a extenderme sobre
el síndrome de Dressler, que en escasas oportunidades se
ha manifestado con taponamiento cardíaco pero no he
encontrado en la bibliografía un período de latencia tan
largo para su aparición, ya que son como mucho unas
semanas, más precisamente 4 (6). Hubiese sido útil
investigar hormonas tiroideas, anticuerpos antiDNA, Factor
reumatoideo, Serología para Virus de la Inmunodeficiencia
Humana (HIV) y Toxoplasmosis, micobacterias y citología
del esputo, para intentar descartar causas sistémicas de
taponamiento como hipotiroidismo, colagenopatías y
tuberculosis, entre otras. Sólo se realizaron cuatro
hemocultivos que fueron negativos. La TAC de tórax muestra
algunas imágenes pulmonares sugestivas que luego voy a
aclarar, pero descarta la presencia de adenopatías y aleja
la posibilidad de que una afección vascular vecina o una
lesión cardíaca hayan provocado el derrame. Debería
investigarse completamente cabeza, cuello y abdomen en
busca de una neoplasia oculta.
Con respecto a
la segunda pregunta, el valor de las características del
líquido pericárdico para hacer disquisiciones diagnósticas
es escaso. Existen unos pocos trabajos que aplican los
“Criterios de Light” al líquido pericárdico para definir
si es exudado o trasudado con una sensibilidad del 98% y
una especificidad del 72% (7). En nuestro caso el hecho de
que sea un exudado serohemático nos permite alejar causas
sistémicas de derrame pericárdico con trasudación de
líquido a este espacio como son la insuficiencia cardíaca
, el síndrome nefrótico o la insuficiencia renal. Tener en
cuenta también que las causas más frecuentes de derrames
sanguinolentos son tuberculosis y tumores, pero que además
pueden verse en la Fiebre Reumática, lesiones
postraumáticas, en la administración de anticoagulantes
especialmente posterior al IAM y en la pericarditis
urémica (8). Valores tan altos de proteínas como los que
presenta el líquido de nuestro caso se han descripto en el
derrame pericárdico asociado a mixedema y a tuberculosis.
Luego de esta
exposición, creo que puedo referirme con más detalle a
unas pocas entidades que creo más probables como
diagnósticas. En primer lugar me referiré brevemente al
derrame pericárdico asociado a enfermedades del colágeno,
hipotiroidismo e infección por el H.I.V. ya que si bien
los creo poco probables, no puedo descartarlos por no
poseer los datos serológicos correspondientes. El
derrame pericárdico asociado a hipotiroidismo es
frecuente que se presente como leve a moderado y
asintomático, en el contexto de un tratamiento incorrecto
de la enfermedad de base. La manifestación con
taponamiento cardíaco es extremadamente rara y en general
en el contexto de un cuadro de mixedema con edema facial
marcado, deterioro del sensorio, frialdad extrema y
bradicardia (9). El líquido es un exudado que contiene
alta cantidad de proteínas y cristales de colesterol.
Nuestro paciente no presentó clínicamente estas
características. Con respecto al derrame pericárdico
asociado a colagenopatías, en general existen datos
previos que motivan el diagnóstico de la enfermedad de
base. Hay reportes de casos de taponamiento cardíaco
asociado a Lupus Eritematoso Sistémico (LES) como forma de
manifestación inicial. Es bien conocido que la
pericarditis es la manifestación cardíaca más frecuente
del LES pero ocasiona sólo el 2% de taponamientos
cardíacos según una amplia serie y mucho menos frecuente
aún como forma de presentación (10). El líquido
pericárdico es un exudado serofibrinoso con toda la
serología positiva correspondiente: Anticuerpos
antinucleares, Anticuerpos antiSm, Ac AntiADN. En cuanto a
la Artritis Reumatoidea (AR) han sido publicados casos en
que se manifiesta con derrame pericárdico masivo y
taponamiento cardíaco en el contexto de una enfermedad
previamente diagnosticada pero que no necesariamente debe
estar cursando un período de reactivación. Se ha
encontrado en el líquido un alto valor de Interleuquina-6
implicada en la patogenia de la enfermedad sin correlación
con sus valores en suero; también se visualizan
fibroblastos (11). Se han reportado además casos de
taponamiento cardíaco como forma de manifestación de la
Enfermedad de Still del Adulto (12). De todas formas creo
poco probable estas causas en nuestro paciente. El
derrame pericárdico en pacientes infectados por el HIV,
especialmente aquellos que han desarrollado Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirido (SIDA), es un hallazgo
frecuente siendo leve a moderado y sin síntomas y solo se
justifica su estudio si se presenta con pericarditis,
taponamiento cardíaco o acompañado de un síndrome febril,
aunque en el 40 a 60% de los casos no se encuentra un
diagnóstico (13). La Pericarditis aguda idiopática
es entre las afecciones del pericardio la entidad con más
prevalencia por lejos y no es infrecuente que se acompañe
de taponamiento cardíaco en contra de lo que habitualmente
se cree, ya que éste se ha reportado como una complicación
en un 15% de los casos (14). Bajo su nombre pueden estar
presentes pericarditis agudas de causa viral en las que no
se puede llegar al diagnóstico. 9 de 10 pacientes con
pericarditis aguda responden a estas dos causas. La creo
poco probable porque nuestro paciente no presentó en
ningún momento de su evolución signos de inflamación como
dolor torácico, fiebre o frote pericárdico ni elevación
difusa del segmento ST en el electrocardiograma (ECG)
siendo necesarios al menos dos de estos signos y síntomas
para pesar en este diagnóstico a pesar de que las
pericarditis de otras etiologías como neoplásica o
tuberculosa no necesariamente se presentan con estas
características (15). El Derrame pericárdico crónico
idiopático es una entidad definida como la presencia
de un derrame al menos en más de tres meses cuyo estudio,
que incluye el análisis del líquido, no ha aportado ningún
dato sobre la etiología del mismo. Su prevalencia es un
2.2 % entre los pacientes con enfermedad del pericardio.
Es bien tolerado por largo tiempo en la mayoría de los
casos pero puede desarrollarse taponamiento cardíaco en
forma inesperada en un porcentaje no despreciable: 29%
(16). Las manifestaciones clínicas van desde un cuadro
asintomático, dolor torácico atípico, disnea leve,
ortopnea, pericarditis aguda o el taponamiento. No se han
encontrado síntomas constitucionales lo que concuerda en
cierto punto con la historia de nuestro paciente. El rango
de duración de este derrame publicado en la literatura va
desde 6 meses a 15 años. En cuanto a las características
del líquido puede ser serofibrinoso o serosanguinolento y
la concentración de proteínas en general duplica el valor
normal que es hasta 3,5 g/L, nuestro líquido poseía 50 g/L
de proteínas!. Los cultivos del líquido deben ser
negativos. De las piezas que se analizaron en autopsias,
el pericardio tenía características normales
macroscópicamente y en la histología se demostraba un leve
infiltrado inflamatorio crónico e inespecífico. Tras una
pericardiocentesis evacuadora puede recurrir pero en
general resuelve. Hay descripto en la literatura dos casos
de derrame pericárdico crónico debido a tuberculosis que
cumplían con los criterios de esta entidad. En nuestro
paciente, no es un diagnóstico que pueda descartar y
aunque la anatomía patológica fuera concluyente con el
mismo, durante la internación no se realizaron todas las
pruebas diagnósticas necesarias para excluir otras
etiologías.
No puedo dejar
de nombrar a la Tuberculosis Pericárdica y hasta
considerarla como un posible diagnóstico debido a la alta
prevalencia de Tuberculosis en nuestro país. La
pericarditis tuberculosa ocurre en el 2% de los pacientes
con tuberculosis pulmonar, en una serie de 297 casos de
pacientes inmunocompetentes con pericarditis aguda de
origen no claro la tuberculosis fue responsable de 4,4%.
En un 7% de los que desarrollaron taponamiento se encontró
como causal a esta entidad. Invariablemente se asocia con
infección en otro sitio del organismo y su extensión puede
producirse a través del árbol traqueobronquial, ganglios
adyacentes, columna, esternón o por vía miliar. En muchos
adultos, la pericarditis tuberculosa representa una
reactivación de la enfermedad y el foco primario de
infección es inaparente como podría ser en nuestro caso y
si bien no puedo establecer una relación de causalidad, el
aparato respiratorio estaba comprometido.
Es importante
que detalle brevemente la fisiopatología de esta entidad
para entender porqué nuestro paciente pudo haber
presentado un cuadro de taponamiento sin haber presentado
previamente signos de pericarditis. La afección del
pericardio por el bacilo de Koch tiene varios estadios los
que pueden presentarse en conjunto o salteando etapas.
Inicialmente una invasión del pericardio visceral por el
bacilo irrita la serosa y produce un derrame que puede ser
moderado o tan severo que se manifieste con taponamiento.
En estadios más avanzados por la necrosis caseosa
producida se desarrolla un cuadro de pericarditis
constrictiva. Es así como pacientes que debutan con
taponamiento luego de su resolución pueden evolucionar
hacia un cuadro de pericarditis constrictiva
insidiosamente, o bien presentarse con un cuadro de
taponamiento y pericarditis constrictiva luego de años de
evolución. Las manifestaciones clínicas son diversas ya
que dependen del grado de compromiso pericárdico, del
estadio de la infección en el resto del organismo y de la
inmunocompetencia del huésped. Así es como puede
presentarse con un cuadro que consideraríamos muy
sugestivo, con fiebre, pérdida de peso, sudoración
nocturna al que se suman síntomas cardíacos o directamente
manifestarse dramáticamente con taponamiento cardíaco. En
una serie se reportaron los que siguen en orden de
frecuencia (17): Tos (94%), disnea (88%), dolor torácico
(76%), sudoración nocturna (56%), ortopnea (53%), pérdida
de peso (48%).
Existen en la
literatura pocos casos reportados de tuberculosis
pericárdica con taponamiento cardíaco como forma de
manifestación inicial. En 2 de ellos a los que pude
acceder, ninguno de los pacientes presentó síntomas
constitucionales previos y uno de ellos padeció derrame
pleural bilateral. Los datos del laboratorio eran
disímiles, en uno se presentó leucocitosis con neutrofilia
y en el otro recuento normal de glóbulos blancos. La VES
fue menor de 20 en los dos casos.
En la mayoría de
los pacientes se presenta cardiomegalia y derrame pleural.
Esto explicaría el derrame que presentaba nuestro
paciente. En una serie reportada solo 32% presentaba
evidencia radiológica de compromiso pulmonar (18).
Con respecto a
las características del líquido, es un exudado
serofibrinoso y en varias oportunidades sanguinolento con
alto contenido de proteínas como ocurre en nuestro caso.
El análisis del líquido puede revelar BAAR en un 40 a 60%
(19) aunque su ausencia no descarta el diagnóstico. El
cultivo del líquido si bien arroja resultados tardíos
aumenta las posibilidades diagnósticas aunque su
negatividad tampoco descarta el diagnóstico. El gold
standard es la biopsia del pericardio que puede revelar
granulomas con escasa cantidad de BAAR en los estadios
iniciales o necrosis caseosa posteriormente . Otro
elemento diagnóstico es el dosaje de Adenosindeaminasa(ADA)
en el líquido pericárdico, ya que se ha demostrado que con
un valor de corte de 30 U/L tiene una sensibilidad y
especificidad de 94 y 68% independientemente del estado
inmunológico del paciente (20). Para un valor de corte de
40 U/L la sensibilidad y especificidad es de 94 y 97%. El
rango de valores encontrados en varias series fue de 10 a
304 U/L (media de 72 U/L).
Por lo expuesto
encuentro datos a favor de este diagnóstico como son la
tos con expectoración previa, la sudoración, las
características del derrame pericárdico, el derrame
pleural y la posibilidad de que una tuberculosis
pericárdica se manifieste de esta manera abrupta y
dramática sin la necesidad de tener evidencias previas de
infección; aunque nuestro paciente tiene una imagen
nodular en vértice de pulmón derecho, localización muy
sugestiva. No se tomó un esputo para analizarlo, hubiese
sido útil ya que en varios casos reportados se llegó al
diagnóstico de pericarditis tuberculosa a partir de una
tinción positiva para bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR)
del esputo. En contra, no figuran antecedentes de tal
patología, es realmente raro que se manifieste de esta
forma y por su puesto no poseo cultivos de líquido
pericárdico ni el resultado de la anatomía patológica que
sería decisivo para abalar el diagnóstico.
El
Taponamiento como primera manifestación de una
neoplasia en pericardio no es una situación tan
infrecuente. En dos series la causa neoplásica fue la
responsable de un 6% de los casos de enfermedad
pericárdica aguda, es decir, pericarditis aguda o
taponamiento sin causa aparente (21). Además el 15 a 20 %
de los derrames pericárdicos de magnitud moderada a severa
tienen una causa neoplásica (22). Visto de otra manera,
las enfermedades malignas del pericardio debutan en su
mayoría con derrame pericárdico o taponamiento cardíaco y
en otras ocasiones con pericarditis efusivo-constrictiva.
Más probable es aún si el líquido pericárdico es
serosanguinolento. Los tumores cardíacos primarios son
raros, pero en una serie de autopsias se ha demostrado que
8 a 18% de los pacientes que fallecían por neoplasias
tenían compromiso metastático del corazón. Las neoplasias
que con más frecuencia producen metástasis son cáncer de
pulmón, cáncer de mama, linfoma especialmente no Hodgkin y
leucemia pero melanoma, sarcoma y muchos otros carcinomas
incluyendo aquellos de cabeza y cuello han sido
reportados. La vía de diseminación puede ser hematológica,
linfática o por extensión directa.
Los pacientes
con linfoma presentan en general una enfermedad
diseminada, se ha reportado que un 80% tienen
linfadenopatías detectables y síntomas sistémicos y
alrededor de un 30% de los casos tienen compromiso
cardíaco como forma de diseminación extranodal (23). En
realidad creo poco probable que este sea el caso de
nuestro paciente.
En cuanto a las
neoplasias de cabeza y cuello han sido reportados en la
literatura adenocarcinoma de lengua, orofaringe y de
laringe que debutan con taponamiento cardíaco (24) (25).
Los tumores
cardíacos primarios son 20 a 30 veces menos frecuentes que
los tumores metastáticos y solo un 25% son malignos. Las
formas más comunes son linfoma, sarcoma y mesotelioma. El
más frecuente es el sarcoma, angiosarcoma. Es un tumor
agresivo que generalmente tiene un diagnóstico postmortem.
Comienza su desarrollo en las cavidades derechas por lo
general. Estas causas deben sospecharse cuando no hay
ninguna evidencia extracardíaca de enfermedad, situación
que no ocurre en nuestro caso y además las imágenes en
general muestran una o varias masas a nivel cardíaco, por
lo que las creo una causa poco probable.
El líquido
pericárdico del derrame neoplásico es en la mayoría de los
casos serosanguíneo o hemorrágico como en nuestro
paciente. La citología del mismo aporta datos si es
positiva para células neoplásicas pero tiene un alto
porcentaje de falsos negativos.
En una serie de
pacientes con derrame pericárdico que fueron sometidos a
autopsia se observo que el pericardio visceral estaba
completamente invadido y engrosado por el tumor y que en
algunos casos estaba comprometido el miocardio, es por
esto que el debut puede ser con un taponameinto y una
pericarditis constrictiva en el que el drenaje del líquido
lleva a cero la presión intrapericárdica pero no
disminuyen las presiones cardíacas. En nuestro paciente el
drenaje del líquido mejoró instantáneamente la situación
de shock cardiogénico pero por no tener un registro de
presiones intracardíacas no puedo asegurar qué pasó con
las mismas.
En cuanto a
nuestro paciente, hay algunos datos que pueden hacernos
pensar que la causa puede ser una neoplasia metastásica, y
más precisamente alojada en pulmón. Ellos son la historia
de disfonía y tos con expectoración como ya expuse
previamente y la imagen nodular en el vértice del pulmón
derecho que se vio en la TAC que sin anatomía patológica
no puedo asegurar su naturaleza pero podría ser
neoplásica. Por otro lado la edad lo pone en riesgo para
padecer neoplasias. Otro dato a favor son las
características del líquido. Por lo que vemos, abalan este
diagnóstico tanto las manifestaciones previas de nuestro
paciente, la frecuencia de esta neoplasia considerando su
edad y sexo y también la mayor frecuencia de esta entidad
por sobre las demás si hablamos de taponamiento cardíaco
hemorrágico (26)
Finalmente creo
que los diagnósticos más probables son en primer lugar un
compromiso pericárdico por una diseminación metastásica de
una neoplasia a mi entender, de pulmón y en segundo lugar
por su alta frecuencia en nuestro medio un compromiso
pericárdico por tuberculosis.
Creo que para
esbozar un diagnóstico sobre la causa final de muerte
carezco de la información necesaria, pero con los datos
existentes puede haber sido la progresión de la enfermedad
que le produjo el taponamiento, con un fallo cardíaco que
lo llevó a la muerte, en el que quizás estuvo involucrado
el compromiso miocárdico además del pericárdico.
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Discusión |
La discusión de este seminario se
llevó a cabo el jueves 17 de marzo, y
estuvo a cargo de la Dra.
María Soledad Rodríguez.
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