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Seminario central del
7 de junio de 2007

 

Varón de 51 años, diabético, con dificultad respiratoria y lesiones necróticas en miembros

 

Presenta:

Dr. Fabricio Racca

Discute:

Dra. Natalia Godoy

Coordina:

Prof. Dr. Alcides Greca



 

     
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Discusión del caso clínico

Dra. Natalia Godoy
 

                Se presenta el caso de un varón, joven, con factores de riesgo cardiovasculares (diabetes, hipertensión, tabaquismo), que ingresa con signos de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), signos de isquemia en miembros acompañado de elevación de las enzimas musculares y síndrome confusional agudo.

                Algunos de estos síntomas nos hacen pensar en las múltiples causas que pueden producirlo. La ICC ¿será consecuencia de un infarto silente, de un cor pulmonale o de una miocardiopatía? El síndrome confusional agudo fue evaluado por tomografía computada de cerebro que no se evidenció alteraciones y análisis cito físico químico del LCR que descarta meningitis, por lo cual me pregunto si será consecuencia de las alteraciones metabólicas, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (al ingreso el paciente presenta una gangrena húmeda, acidosis metabólica, taquicardia, taquipnea, leucocitosis e hiperglucemia). Por último, el paciente presenta insuficiencia renal leve al ingreso con EFNA 0,4, con evidencia de hipoperfusión periférica, hiperglucemia y edema de miembros que mejora con el aporte de líquidos por lo que se interpretó como prerrenal y no como parte de las manifestaciones que puedan justificar las lesiones isquémicas.

                En esta discusión, me voy a referir a las posibles causas que originaron la isquemia de miembros en este paciente.

                Si bien son poco frecuentes, no debemos olvidarnos de las vasculitis. Éstas habitualmente se manifiestan con cuadros clínicos proteiformes, con fiebre en muchos casos y VES elevada. La poliarteritis nudosa habitualmente afecta a varones de 40 a 60 años. Produce inflamación de las arterias musculares de mediano y gran tamaño, y puede afectar las vénulas subyacentes. En el 70 % de los casos se afecta el riñón y corazón. Puede presentar síntomas en miembros, tanto inferiores como superiores, comenzando en forma súbita con síntomas sensitivos para luego aparecer el déficit motor con acrocianosis, úlceras y livedo reticularis. En el caso del paciente presentado este diagnóstico es poco probable ya que presenta VES baja, VDRL, VHC, FAN y ANCA negativo y una anatomía patológica que no es compatible, si bien no lo descarta, debido a que la afectación arterial ocurre en forma parcheada, y puede suceder que en el muestra examinada no se encuentre la lesión.

                Otra variedad a considerar son las vasculitis de células gigantes: se caracterizan por ser una inflamación granulomatosa de la pared arterial, dentro de las que se encuentran:

1.       La arteritis de la temporal que en un 10% de los casos puede presentar síntomas distintos a los craneales como claudicación intermitente, y fenómenos isquémicos. Presenta una distribución parcheada en la arteria por lo cual el resultado de anatomía patológica no descarta el diagnóstico.

2.       La enfermedad de Takayasu afecta a la aorta y sus ramas principales. Es más frecuente en mujeres entre 20 y 30 años. 70-80% de los pacientes tienen claudicación intermitente, ausencia de pulso y soplo vascular. Se arriba al diagnóstico por medio de arteriografía, la cual no pudo realizarse en este paciente.

Considero que es un diagnóstico poco probable por epidemiología, VES baja y ausencia de lesiones compatibles en la anatomía patológica.

                Otra vasculitis a considerar es la tromboangeítis obliterante o enfermedad de Buerger. Tiene baja incidencia (0,04%) afectando fundamentalmente a varones menores de 40 años de edad. Las arterias de pequeño y mediano calibre como así también las venas distales de miembros inferiores y superiores son las que presentan alteraciones.

La causa es desconocida pero se asocia a tabaquismo y con menor frecuencia a fármaco dependencia. Afecta fundamentalmente los miembros inferiores en 82,7% de los casos, miembros superiores en 4,3% y ambos en 13%. Se arriba al diagnóstico a través de la histología que evidencia infiltrado de polimorfonucleares e incluso trombos intraluminales en un estadio precoz, que posteriormente se transforma en un infiltrado fibroblástico con células mononucleadas. En el caso presentado la tromboangeítis obliterante es un diagnóstico tentador pero habitualmente esta entidad presenta una evolución crónica que se presenta en pacientes que fuman hasta la aparición de los síntomas, lo cual no condice con la evolución catastrófica de este paciente, ni con la anatomía patológica.

                La aterosclerosis es la causa más frecuente de estenosis y obstrucción de las arterias de mediano y gran tamaño. En un 80-90% de los casos existe afectación femoral y poplítea. Según la evolución de la enfermedad se manifiesta con cansancio muscular, debilidad, claudicación intermitente, disminución o ausencia de pulso, disminución del trofismo de los tejidos, palidez, cianosis, úlceras y gangrena. Se confirma el diagnóstico por medio de arteriografía, ecografía doppler o duplex. Tienen peor pronóstico los diabéticos y aquellos que persisten con el hábito tabáquico. Habitualmente la supervivencia luego de la aparición de la claudicación intermitente es de 70% a los 5 años y 50% a los 10 años, siendo lo más frecuente la muerte súbita y por enfermedad cardiovascular. Secundariamente a la existencia de aterosclerosis se produce la enfermedad por émbolos de colesterol, ocasionada por la migración en el torrente circulatorio de émbolos de colesterol que se desprenden de una placa inestable. Estos pueden migrar en forma espontánea o más frecuentemente luego de cirugías cardíacas o instrumentaciones endovasculares. Algunos autores consideran que la anticoagulación o trombolíticos pueden ser factores favorecedores, pero estos trabajos han sido efectuados en pacientes internados por IAM o angina de pecho por lo que considero que este dato esta sesgado por la población estudiada. Las manifestaciones clínicas son inespecíficas, siendo lo más frecuente las lesiones en piel. La tríada clásica consta de insuficiencia renal aguda, HTA refractaria en el 69% de los casos y manifestaciones cutáneas, entre éstas livedo reticularis y acrocianosis en el 75% de los casos y las úlceras, que evolucionan a gangrena en el 25 %. Habitualmente los pulsos periféricos están conservados, ya que las arterias obstruidas son de pequeño tamaño. En el laboratorio podemos encontrar VES elevada, leucocitosis con hipereosinofilia e hipocomplementemia. En el fondo de ojo pueden visualizarse los cristales de colesterol (10% de los pacientes) pero presenta una baja sensibilidad. Habitualmente el diagnóstico se realiza por medio de la biopsia de piel o músculo que evidencia los cristales de colesterol. El tratamiento no ha demostrado una disminución de la mortalidad. Es discutido el efecto beneficioso de la anticoagulación, pero se ha demostrado que en comparación con antiagregación plaquetaria disminuye los eventos embólicos. Las estatinas estarían indicadas para tratamiento de la dislipemia y por su efecto antiinflamatorio endotelial. Los análogos de prostaciclinas tendrían un efecto beneficioso. La mortalidad está relacionada directamente con la alteración de la función renal ya que el requerimiento de hemodiálisis aumentaría la incidencia de embolizaciones.

                El síndrome antifosfolípido es una enfermedad descripta por primera vez en 1983. Afecta fundamentalmente a mujeres jóvenes. Puede ser primario o secundario a enfermedades inmunológicas y se define por la presencia de trombosis arteriales o venosas, abortos a repetición y trombocitopenia con anticuerpo antifosfolípido positivo. Los fenómenos trombóticos más frecuentes son venosos (TVP, TEP) y las lesiones arteriales predominan en SNC. Considero este diagnóstico como poco probable ya que el paciente presenta VDRL, FAN y ANCA negativo, si bien aún esta pendiente la determinación de anticuerpos anticardiolipina.

                Otras causas de embolia periférica son las endocarditis infecciosas que en el caso de nuestro paciente no presentó fiebre y tiene hemocultivos negativos. Mixomas auriculares, miocardiopatía, IAM, aneurismas ventriculares, los cuales podrimos haber diagnosticado o descartado con un ecocardiograma. Las fibrilaciones auriculares paroxísticas son otra causa de embolismo, que tal vez nunca pudimos documentar en nuestro paciente. Este paciente presentaba en el ECG signos de necrosis septal por lo que considero que puede haber tenido un infarto silente, nunca diagnosticado con un aneurisma ventricular y trombo apical, lo cual me explicaría gran parte de las afecciones, pero no puedo demostrarlo sin el ecocardiograma.

                Las trombofilias merecen una leve mención, si bien no considero que este sea el diagnóstico, dentro de las causas adquiridas, la DBT e ICC son causas que siempre debemos tener presentes.

                Como conclusión considero que es muy arriesgado proponer un diagnóstico sin tener estudios complementarios que no pudieron llevarse a cabo debido a la rápida evolución hacia la muerte. Considero que la causa más probable son las embolias desde un trombo intraventricular por un IAM silente, si bien no puedo descartar ninguna de las otras.

                Seguramente la necropsia nos aportará, no sólo el diagnóstico sino muchas enseñanzas sobre el caso y sus patologías previas.

 

 

Natalia Godoy

nataliacgodoy@yahoo.cm.ar

 

Bibliografía:

1.       Enfermedad de Buerger características clínico patológicas y tratamiento en 23 pacientes.  Sanabria A. E. y col. Revista de cirugía. Hospital Universitario San Vicente de Paul. Medellín. Colombia.

2.       Medium and large vessel vasculitis. Weyand C. and Goronzy J. NEJM vol 349, 160-169. july 10-2003. N° 2.

3.       Enfermedad por émbolos de colesterol: estudio de 16 casos. Pibernat M.R., Bigata Viscasillas X. et al. Rev. Clin. Esp. 2000; 200: 659-663.

4.       Cholesterol embolization. Adrian p. Banning, William P. Orr and Brian Gribbin. Heart 1998;79;113-114

5.       Cholesterol Emboli Sindrome. Christodoulos E. Paradopoulos et al. Hellenic J. Cardiol. 45:195-199; 2004.

6.       Principios de Medicina Interna. Harrison. 16° Ed.

7.       Distal peripheral microembolism. Chauvapun J. et al. Vascular 2005. 13(1): 50-57.

8.       Atheromatous embolization. Liew YP. And Bartholomew JR. Vasc. Med. 2005 nov; 10(4): 309-26.

9.       Peripheral Vascular Disease: Diagnosis and treatment. Sontheimer D.  American Family Physician. Vol 73, n° 11. June 1, 2006

 

 
 
Discusión

La discusión de este seminario se llevó a cabo el jueves 31 de mayo, y estuvo a cargo de la Dra. Natalia Godoy.

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