Discusión del
caso clínico
Dra. Natalia Egri
Voy a analizar el caso clínico de un paciente varón de 53
años, con antecedentes de policondritis recidivante,
mielodisplasia, diabetes e inmunodeprimido, tanto por
sus enfermedades de base como por el uso crónico de
corticoides, que comienza de forma brusca con disnea
súbita, hemoptisis, insuficiencia respiratoria aguda,
constatándose en el frotis de sangre periférica una
pancitopenia (presente ya meses previos al ingreso) e
infiltrado pulmonar bilateral en la radiografía de
tórax.
Tomaré
como datos claves la presencia de hemoptisis,
insuficiencia respiratoria aguda e infiltrados
pulmonares bilaterales.
Las
entidades capaces de producir este cuadro clínico son el
edema agudo de pulmón cardiogénico, las
reacciones transfusionales, como la injuria pulmonar
aguda relacionada con la transfusión (TRALI), la
hemorragia pulmonar, el síndrome de dificultad
respiratoria aguda del adulto, la neumonía
bilateral extensa y menos frecuentemente las
malformaciones arteriovenosas y las neoplasias.
Uno de
los primeros interrogantes a dilucidar es si la
policondritis recidivante y la mielodisplasia por sí
mismas podrían explicar el cuadro.
La
policondritis recidivante es una enfermedad
inflamatoria, poco frecuente, de causa desconocida. En
su patogenia se ha descripto una participación del
sistema inmune tanto de la inmunidad celular como
humoral, con una evolución episódica y progresiva.
Si bien puede afectarse cualquier cartílago del organismo
existe predilección fundamentalmente por el cartílago
del pabellón auricular, nasal y laringotraqueobronquial.
Se manifiesta clínicamente por la presencia de signos de
flogosis a nivel de la estructura afectada dando dolor,
aumento de la temperatura, tumefacción y eritema.
Tanto
enfermedades reumáticas como no reumáticas pueden
asociarse a la policondritis. Las primeras lo hacen en
un 30% de los casos y generalmente preceden en meses o
años a la clínica de policondritis.
Las
vasculitis sistémicas son las enfermedades
reumáticas más frecuentemente asociadas; entre ellas:
arteritis de la temporal, arteritis de Takayasu,
vasculitis leucocitoclástica, poliangeítis microscópica,
tromboangeítis obliterante cutánea. Las vasculitis
cutáneas se asocian a policondritis en un 25% de los
casos y no son características de esta última, sólo
reflejan vasculitis concomitante.
Otras entidades asociadas son: la artritis reumatoidea
(AR), el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome
de Sjögren y las espondiloartropatías. Las enfermedades
no reumáticas son la mielodisplasia en un 5-28% de los
casos (como nuestro paciente), la enfermedad de Behçet,
la enfermedad inflamatoria intestinal y la cirrosis
biliar primaria.
Existen
algunos elementos del laboratorio inmunológico que
pueden ser positivos en la policondritis recidivante aún
en ausencia de colagenopatías y vasculitis, que se deben
tener en cuenta a la hora de interpretar estas últimas
entidades. Entre ellos tenemos:
ü
Reacción
de Coombs positivo (raro)
ü
VDRL
positiva
ü
Anticuerpos antifosfolípidos positivos
ü
Complemento normal
ü
Anca P o
C positivos
ü
FR
positivo 16%
ü
FAN
positivo 22-66%
Para poder establecer el diagnóstico de policondritis
recidivante se han desarrollado los criterios de Mc
Adam’s:
§
Condritis recidivante de ambos pabellones auriculares;
§
Artritis
no erosiva;
§
Condritis del cartílago nasal;
§
Inflamación de estructuras oculares;
§
Condritis de laringe y tráquea;
§
Lesiones
cocleares y vestibulares que producen hipoacusia,
acúfenos y vértigo.
Posteriormente los mismos se han modificado y para realizar
el diagnóstico se tiene en cuenta lo siguiente:
ü
3 o más
de los criterios de Mc Adam’s
ü
1 o más
de los criterios de Mc Adam’s + biopsia positiva
ü
Condritis en 2 o más lugares separados anatómicamente
con respuesta a corticoides o dapsona
La otra
entidad que presenta nuestro paciente asociada a la
Policondritis es la mielodisplasia. Esta última
produce no sólo pancitopenia sino además alteración de
la función plaquetaria y leucocitaria condicionando
riesgo de sangrado e inmunosupresión. Puede asociarse
con vasculitis, AR, anemia hemolítica y neoplasias
linfoides.
Uno de
los cuadros a considerar por frecuencia como responsable
del caso de nuestro paciente es el edema agudo de
pulmón cardiogénico. Si bien el paciente presentó
algunos datos compatibles con esta entidad cómo el
inicio brusco, la disnea, hemoptisis, ortopnea, rales y
taquipnea, alejan ésta posibilidad la ausencia de
antecedentes de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC),
de valvulopatías, de infarto agudo de miocardio, de
hipertensión arterial; de ingurgitación yugular; de
reflujo hepatoyugular positivo; de síntomas y signos de
bajo gasto cardíaco; de tercer ruido cardíaco; de
radiografía compatible (si bien el paciente presenta
infiltrados pulmonares bilaterales no es la imagen
típica de hipertensión venocapilar pulmonar) y un
ecocardiograma normal. Cabe aclarar que la normalidad de
este último no descarta la presencia de ICC ya que la
falla diastólica sin la realización de Doppler no es
detectada en el ecocardiograma. Igualmente son múltiples
los elementos en contra de esta entidad por lo cual lo
considero un diagnóstico descartado.
La
principal entidad a considerar como responsable del
cuadro es la injuria pulmonar aguda relacionada con
la transfusión (TRALI). Por definición es un edema
agudo de pulmón no cardiogénico temporalmente
relacionado con la transfusión, que aparece durante o
dentro de las 6 horas de finalizada la misma. Es una
complicación de la transfusión subdiagnosticada y
valorada. Se asocia fundamentalmente con transfusión de
sangre entera, glóbulos rojos, plasma fresco congelado y
plaquetas, siendo menos frecuente con crioprecipitados e
inmunoglobulina endovenosa. Tiene una mortalidad de un
5-8%. El mecanismo de producción más común es por
anticuerpos presentes en el donante que reaccionan
específicamente con los granulocitos del receptor (89%),
ocurriendo en una minoría de casos lo inverso, es decir
por anticuerpos presentes en el receptor (adquiridos por
embarazos o transfusiones previas) que reaccionan con
los granulocitos del donante o por transferencia de
lípidos biológicamente activos presentes en el donante.
Los síntomas y signos más comunes son:
ü
Disnea
ü
Esputo
rosado espumoso
ü
Fiebre
ü
Taquicardia
ü
Taquipnea
ü
Rales
La expresión radiológica consiste en un infiltrado pulmonar
bilateral. En el mecanismo patogénico se han descrito
dos instancias de agresión, la primera de ellas es la
adherencia de los neutrófilos al endotelio pulmonar,
teniendo como factores predisponentes a la presencia de
infección activa, cirugías, traumatismo, neoplasias
hematológicas, enfermedad cardíaca, quimioterapia y
trombocitopenia. La segunda instancia es la activación
de los neutrófilos con liberación de productos
oxidativas, lo cual condiciona daño endotelial, aumento
de la permeabilidad capilar pulmonar y la producción de
edema.
Uno de los datos de laboratorio que se asocian a esta entidad
y no están presentes en otros como el edema agudo de
pulmón cardiogénico es la leucopenia transitoria y la
trombocitopenia. La primera de ellas se explica por el
secuestro de los granulocitos circulantes a nivel de la
microvasculatura pulmonar y cede en aproximadamente a
las 5 horas, a diferencia de la trombocitopenia que
puede persistir hasta 5 días.
El
paciente en el frotis de sangre periférica 24 horas
previas al episodio tiene 3.000 glóbulos blancos y
11.000 plaquetas constatándose 24 horas posteriores al
episodio 1500 glóbulos blancos y 5000 plaquetas, por lo
cuál lo considero un dato a favor de TRALI.
Para
poder establecer el diagnóstico de TRALI se han
desarrollado los siguientes criterios:
§
Ausencia
de lesión pulmonar aguda antes de la transfusión
§
Nueva
injuria pulmonar aguda: definida por la presencia de
Insuficiencia respiratoria aguda, infiltrados pulmonares
bilaterales y una PAFI igual o menor a 300.
§
Síntomas
y signos durante o dentro de las 6 horas de finalizada
la transfusión
§
Ninguna
relación temporal con otro factor de riesgo para injuria
pulmonar aguda
Estos
criterios tienen validez siempre y cuando la sospecha de
TRALI sea mayor que la de otras causas como edema agudo
de pulmón cardiogénico e infecciones. Podemos decir
entonces que ante un cuadro clínico compatible con
TRALI, habiendo excluido previamente otras causas, se
establece un diagnóstico presuntivo; obteniéndose el
diagnóstico definitivo mediante la búsqueda de
anticuerpos en el donante y el receptor.
Como
concepto TRALI debe ser sospechado y excluido en todos
los casos de disnea e hipoxemia temporalmente
relacionado con la transfusión de cualquier producto
sanguíneo. En la mayor parte de los casos (81%) el
infiltrado pulmonar se resuelve a las 96 horas y en una
minoría puede persistir hasta 7 días. Los pacientes que
se recuperan lo hacen sin secuelas y si bien tiene una
mortalidad no despreciable, el pronóstico en general es
favorable. El tratamiento es básicamente de sostén. La
mejoría clínica se produce espontáneamente cuando
resuelve la lesión pulmonar. En función de la gravedad
consiste en aporte de oxígeno suplementario y la
ventilación mecánica. Los corticoides se han utilizado
empíricamente en algunos casos, teniendo como fundamento
la propiedad de los mismos de inhibir la adherencia y
agregación leucocitaria. Sin embargo su eficacia no ha
sido probada en estudios prospectivos, motivo por el
cual no se recomienda el uso rutinario de corticoides
ante la sospecha de TRALI.
Un
interrogante importante a plantear es si existen
estrategias de prevención de TRALI. El primer punto a
tener en cuenta es que las personas que desarrollan
TRALI no deben volver a recibir sangre de donantes
implicados. Tratar de que los donantes sean hombres y
evitar fundamentalmente mujeres sensibilizadas frente a
HLA, como se ve más comúnmente en multíparas, no
debiendo olvidar que este tipo de estrategia limita aún
más la disponibilidad de sangre. Y finalmente un aspecto
sumamente importante es que los pacientes que se
recuperan no parecen tener mayor riesgo de recurrencias
luego de la transfusión de otros donantes.
Avalan
entonces el diagnóstico de TRALI la ausencia de signos
de ICC, la presencia de un cuadro clínico compatible y
temporalmente relacionado con la transfusión, el
infiltrado pulmonar bilateral, la leucopenia y la
trombocitopenia. Como dato en contra tenemos a la
presencia de un derrame pleural laminar bilateral, no
descrito en los casos de TRALI. Por todo lo expuesto
previamente lo considero un diagnóstico altamente
probable.
Otro
grupo de entidad que podría explicar el cuadro del
paciente en discusión es la hemorragia pulmonar.
Esta se caracteriza por la tríada de hemoptisis, anemia
e infiltrado pulmonar en la radiografía de tórax, todos
datos presentes en nuestro paciente. El inicio puede ser
brusco o con una evolución menor a 7 días. Existen
formas que cursan sin hemoptisis en un 33% de los casos;
otros síntomas acompañantes son tos, fiebre e
insuficiencia respiratoria aguda, con una alta
mortalidad.
Existen múltiples causas de hemorragia pulmonar como:
q
Vasculitis: leucocitoclástica, poliangeítis
microscópica, enfermedad de Behçet, granulomatosis de
Wegener
q
Colagenopatías: lupus eritematoso sistémico (LES),
artritis reumatoidea (AR)
q
Coagulopatía severa
q
Síndrome
de dificultad respiratoria aguda del adulto (SDRA)
q
Goodpasture
q
Hemosiderosis pulmonar idiopática
q
Inhalación de cocaína
q
Infarto
pulmonar
q
Síndrome
antifosfolípido
Sólo
haré referencia a las que más probablemente podrían
estar en relación con el cuadro del paciente.
Comenzaré con las vasculitis. La vasculitis por
hipersensibilidad (leucocitoclástica) es la más común,
se manifiesta fundamentalmente a nivel cutáneo,
produciendo como signo clínico púrpura palpable. La
hemorragia pulmonar es poco frecuente y es una de las
Vasculitis asociada a policondritis.
Si bien nuestro paciente posee signos de vasculitis cutánea y
el antecedente de policondritis, la ausencia de otras
manifestaciones y de lesiones típicas alejan éste
diagnóstico. La granulomatosis de Wegener. Es una
vasculitis granulomatosa y necrosante, con afectación
fundamentalmente de vías respiratorias superior e
inferior y compromiso renal en forma de
glomerulonefritis. La afectación de vías aéreas
superiores está presente en más del 90% de los casos, el
compromiso pulmonar en un 50% y la hemorragia pulmonar
se da en un 8% de los casos. Menos frecuentemente
produce compromiso cutáneo, articular, ocular y
neurológico. La expresión radiológica puede ser en forma
de infiltrado pulmonar difuso (67%) o nódulos
bilaterales múltiples que pueden cavitarse (58%). Los
anticuerpos contra el citoplasma de los neutrófilos
citoplasmático (ANCA c) pueden ser positivos con una
sensibilidad y especificidad del 90%, teniendo en cuenta
que la misma disminuye en las formas limitadas de la
enfermedad que cursan únicamente con afectación
pulmonar. Nuestro paciente posee a favor de
granulomatosis de Wegener la presencia de signos de
vasculitis cutánea y el infiltrado pulmonar difuso, pero
la ausencia de compromiso de vías aéreas superiores (muy
frecuente en ésta entidad) y de afectación renal, alejan
éste diagnóstico.
Poliangeítis microscópica, entidad sistémica y necrosante,
puede producir hemorragia alveolar (12%),
glomerulonefritis con insuficiencia renal (80%), así
como afectación cutánea, digestiva y del sistema
nervioso periférico entre otros. Puede asociarse con
Policondritis y los ANCA p son positivos en el 75% de
los casos. El paciente no presenta evidencias de
compromiso renal, digestivo ni de otros sitios por lo
cual la considero un diagnóstico alejado.
Entre
las colagenopatías consideraré al LES. Si bien es la
colagenopatía que más se asocia con hemorragia pulmonar,
la incidencia de la misma es baja, pudiendo ser la
primera expresión de la enfermedad en el 1% de los
casos. Cuando esta última se presenta generalmente
existen otros signos de enfermedad activa y la
nefropatía está presente en el 80% de los casos. A favor
de este diagnóstico está el hecho de que es una de las
colagenopatías asociada a policondritis junto a la AR y
la presencia de un derrame pleural bilateral. En contra
de este diagnóstico, se mencionan la ausencia de otras
manifestaciones típicas como el eritema facial, artritis
y, si bien nuestro paciente posee pancitopenia la misma
puede atribuirse a la mielodisplasia. Por todo ello si
bien no puedo descartarlo completamente lo considero
poco probable.
El
síndrome de Goodpasture se caracteriza por la presencia
de hemorragia pulmonar, glomerulonefritis con
insuficiencia renal progresiva y anticuerpos
antimenbrana basal glomerular y alveolar positivos. La
hemoptisis es la forma de presentación más común.
Nuestro paciente no posee compromiso renal, por lo tanto
lo considero un diagnóstico alejado.
La Hemosiderosis pulmonar idiopática se da fundamentalmente en individuos
jóvenes, siendo la incidencia en los adultos de un 20%.
Carece de manifestaciones extrapulmonares y es
característico el incremento de la inmunoglobulina A
sérica, presente en el 50% de los casos. El diagnóstico
de ésta entidad se realiza por exclusión, habiendo
descartado previamente otras causas de hemorragia
pulmonar.
El
Síndrome de dificultad respiratoria aguda del adulto (SDRA)
es
un edema agudo de pulmón no cardiogénico, definido por
la presencia de Insuficiencia respiratoria aguda, PAFI
igual o menor a 200 e infiltrados pulmonares bilaterales
en la radiografía de tórax. Posee una alta mortalidad
(40-65%) y está asociado con la presencia de
desencadenantes tanto pulmonares como extrapulmonares.
Entre los primeros tenemos: aspiración de contenido
gástrico, infección pulmonar, ahogamiento, traumatismo
torácico, lesión por inhalación. Los extrapulmonares
corresponden a: sepsis, traumatismo no torácico, shock,
hipertransfusión, embolia grasa, lesión cerebral aguda.
El sustrato común responsable del cuadro de distrés es
el edema pulmonar, producto del aumento de la
permeabilidad capilar. En la tomografía computada de
alta resolución alternan áreas normales, con vidrio
esmerilado y zonas de condensación.
El paciente en discusión presentó Insuficiencia respiratoria
aguda, PAFI menor a 200 e infiltrados pulmonares
bilaterales y en la tomografía de alta resolución patrón
en vidrio esmerilado. ¿Esto podría corresponder a un
SDRA secundario a una neumonía? Esta última es la causa
más frecuente de SDRA, siendo los gérmenes más comunes
neumococo, Pneumocistis carinii, S. aureus,
bacilos gram negativos, Legionella y virus.
Existen algunos datos en contra de la presencia de una
neumonía bacteriana:
ü
Asintomático previo
ü
Síntomas
temporalmente relacionados con transfusión sanguínea
ü
Subfebril dentro de las 6 horas luego de la transfusión
ü
Febril a
las 24 horas, luego afebril
Debido
al corto tiempo mediante entre el inicio de los
antibióticos y la ausencia de nuevos registros febriles,
considero que dicha mejoría no sería atribuible a los
antibióticos. Por lo expuesto, si bien no puede
descartarse, teniendo en cuenta fundamentalmente que el
paciente es un inmunodeprimido con el consiguiente
riesgo incrementado a las infecciones, lo considero un
diagnóstico poco probable. Otros agentes etiológicos
deben tenerse en cuenta dentro de los diagnósticos
diferenciales de la infección pulmonar como
Pneumocistis carinii, Aspergilus y
MicobacteriumTuberculosis. La ausencia de síntomas
previos y la mejoría clínica sin un tratamiento
específico para estos gérmenes alejan estos
diagnósticos.
Como conclusión considero que se trata de un paciente de alto
riesgo con una elevada morbimortalidad determinada
fundamentalmente por sus enfermedades de base.
Teniendo
en cuenta el desarrollo de un evento de inicio brusco
con hemoptisis, insuficiencia respiratoria aguda e
infiltrados pulmonares bilaterales, desarrollado
temporalmente con la transfusión sanguínea y habiendo
descartado previamente el edema agudo de pulmón
cardiogénico, considero como diagnóstico presuntivo a
TRALI.
En
cuanto a la conducta a seguir realizaría la búsqueda de
anticuerpos específicos contra los granulocitos en el
donante y en el receptor para poder confirmar el
diagnóstico y prevenir futuros episodios
fundamentalmente evitando transfusiones con donantes
sensibilizados, seguimiento estricto para la detección
temprana de enfermedades asociadas a policondritis y
mielodisplasia e informe definitivo del laboratorio
inmunológico y cultivos.
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Luego de la presentación del caso a cargo del Dr Eduardo
González y la discusión de la Dra Natalia Egri, tuvieron
lugar en el anfiteatro diversas opiniones y aportes de
la audiencia. Sintetizo lo siguiente.
Se coincide en el que el diagnóstico más probable en
este caso es el TRALI. Sin embargo se hizo hincapié en
que la causa más frecuente de disnea aguda luego de una
transfusión sanguínea es el edema agudo de pulmón
cardiogénico y que en el episodio agudo posiblemente lo
más apropiado es hacer una prueba con diuréticos. En
terapia intensiva la distinción entre edema pulmonar
cardiogénico versus no cardiogénico, a menudo ofrece
dificultades, adquiriendo en esos casos gran valor el
monitoreo invasivo a través de un catéter de Swan Ganz.
En cuanto a la radiografía de tórax existen ciertos
datos que pueden orientar hacia en origen cardiogénico
de los infiltrados bilaterales. Estos son: la
cardiomegalia, la presencia de derrame pleural y el
ensanchamiento mediastinal. Estos tres elementos
radiográficos no estaban presentes en la radiografía de
tórax de la paciente. Para evaluar la silueta cardiaca y
el ensanchamiento mediastinal es muy útil también la
comparación con una radiografía previa.
Otra enseñanza que nos deja este caso es el hecho de que
las transfusiones entrañan un riesgo, muchas veces
subestimado. Las indicaciones de transfusiones deben
restringirse a lo estrictamente necesario.
Dr. Emilio Pastor
Jefe de Residentes
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