Discusión del
caso clínico
Dr. Fabricio
Racca
Voy a
discutir el caso clínico de una paciente mujer de 54
años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial
en tratamiento con enalapril, que consulta por cuadro de
7 días caracterizado por fiebre de 38ºC, debilidad
generalizada y mialgias, que posteriormente agrega
náuseas, vómitos y diarrea. Por este cuadro se le
administra en forma ambulatoria oseltamivir 2 días
previos. Por continuar con dicha sintomotalogía, se
decide su internación y se agrega ampicilina- sulbactam.
Como relevante en el laboratorio presentaba bicitopenia,
rabdomiólisis, con alteración del sedimento urinario.
Durante las primeras horas de internación se constata
neutropenia febril, hipoxemia, con progresión de
infiltrados insterticiales bilaterales en la radiografía
de tórax, por lo cual se decide su paso a UCI de otro
nosocomio. En su evolución presenta precordalgia,
continúa con elevación de enzimas musculares y
alteraciones electrocardiográficas, por lo cual se
interpreta como probable isquemia cardíaca y realiza
tratamiento médico respectivo.
Para
comenzar voy a utilizar como dato guía al síndrome
febril, bicitopenia y rabdomiólisis, y al analizar sus
probables causas nos encontramos con las de origen
viral, entre las cuales por el momento descarto la
etiología por citomegalovirus ya que nuestra paciente no
presenta a priori ningún factor de inmunodepresión, como
fármacos quimiotácticos, ó enfermedades neoplásicas,
como así también descarto a la enfermedad aguda por HIV,
con serología negativa hasta el momento. Dejo de lado
también, en este caso, la infección por parvovirus B19,
ya que característicamente afecta a infantes, con
lesiones exantemáticas no presentes en el caso de
nuestra paciente.
Ahora
bien, debemos hacer mención a la enfermedad por virus de
la Influenza, el cual es un virus ARN, que existes tres
tipos, A, B y C, de los cuales sólo los dos primeros
afectan al ser humano, y el tipo A, presenta ancestros
comunes con el virus influenza aviar y porcino, lo cual
explicaría, que por la combinación de los componentes
moleculares de su estructuras, llámese neuraminidasas y
hemaglutininas, con huésped principal en el cerdo, haya
surgido el virus H1N1 o virus de la gripe A. Este virus
afecta al ser humano y se contagia entre estos con alta
carga viral en las secreciones y con muy corto período
de incubación (72hs), siendo inminente y en más de 3
países, por lo cual desde el 11 de junio de 2009 se
declaró por la OMS pandemia en fase 6.
El cuadro
clínico de la infección por el virus de la gripe A es
muy variable, desde síndrome febril inespecífico, cuadro
proteiforme con fiebre, mialgias, tos seca, síntomas
digestivos, debilidad o postración, hasta cuadro de
neumonía viral, con signos y síntomas clínicos
característicos e imagen respectiva en radiografía de
tórax.
Entre las
principales complicaciones de esta enfermedad se
encuentran la neumonía bacteriana secundaria,
generalmente causada por Str. Pneumoniae, St. Aureus y
H. Influenza. Afecta también el sistema nervioso con
meningoencefalitis, Sme. de Guillain Barré o mielitis
transversa, que ninguna de estas se presentaban en
nuestra paciente. También puede presentarse
rabdomiólisis y miositis, miocarditis, pericarditis
hasta shock tóxico por St. Aureus. Debo mencionar que en
la revista Sourvillance de Francia, del día 20 de agosto
de 2009, en una revisión de las muertes por esta
enfermedad, en asociación con factores de riesgo o
enfermedades previas que tienen mayor mortalidad, se
encuentran las alteraciones metabólicas. Entre éstas,
fundamentalmente la obesidad, además de la diabetes, y
otras clásicas como la enfermedad obstructiva crónica,
el asma, la insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal
crónica.
El
diagnóstico se puede realizar por diferentes
metodologías, entre las cuales se encuentran las pruebas
rápidas, con la ventaja de su resultado casi inmediato,
con alta especificidad pero baja sensibilidad y no
diferencia ésta de la gripe estacional. Otro método, la
reacción en cadena de la polimerasa in real time (PCR-RT),
es rápida, con alta sensibilidad y especificidad pero no
informa viabilidad viral, por lo cual no es conveniente
su uso para seguimiento. El gold standar es el cultivo
viral de muestras de hisopado nasal, faucial, o lavado
bronquioalveolar, con sensibilidad entre el 70 – 100 %
y especificidad cercana al 100 %, pero como
contrapartida presenta resultados tardíos. Por último,
la serología, la cual sólo se utiliza para análisis
retrospectivos y estudios epidemiológicos.
Entre las
causas de falsos negativos pueden ser posibles en las
pruebas rápidas, por la técnica deficiente en la toma de
la muestra o realizada intratratamiento.
Continuando con el análisis de las etiologías posibles,
hago mención la leptospirosis, enfermedad zoonótica,
muy prevalente en nuestro medio, causada por una
bacteria de tipo espiroqueta, Leptospira interrogans.
Presenta reservorio en numerosos animales, entre los
cuales se encuentran los ratones y perros, frecuentes en
zonas urbanas, como es el medio de nuestra paciente,
quien refería contacto a diario con los mismos. En la
orina de estos animales puede permanecer hasta 30 días
en los túbulos renales, siendo su eliminación
intermitente por orina. También puede haber contagio a
través de la piel o mucosas, o excoriaciones, y con
mayor incidencia en épocas estivales y zonas de
inundaciones.
Esta
enfermedad presenta en su evolución, dos fases, una
primer fase febril o leptospiremica (4-7 días), y una
segunda fase, inmune o leptospirurica (4 – 30 días). Sus
formas clínicas pueden ser subclíninca, anictérica (90
%), la cual puede ser mono o bifásica, caracterizada por
los síntomas más frecuentes (75%) con fiebre, mialgias y
cefalea, síntomas digestivos (50 %), menos frecuente tos
seca (25 %). Existe una tercera forma clínica de
presentación que es la enfermedad de Weil. Este es un
síndrome grave, caracterizado por ictericia, daño renal
variable, plaquetopenia y síndrome hemorrágico, neumonía
que puede evolucionar a síndrome de distrés respiratorio
del adulto, meningitis, con mortalidad del 10 – 15 %.
El
diagnóstico se basa fundamentalmente en la noción de
foco, cuadro clínico compatible y serología por
aglutinación microscópica. Característicamente en el
laboratorio presenta leucocitosis (hasta 10.000/mm3)
con neutrofilia o leucopenia, trombocitopenia,
elevación de la velocidad de eritrosedimentación (40 –
60/mm3) y elevación de las enzimas
musculares, la cretinfosfoquinasa y lactato
deshidrogenasa.
El
tratamiento se basa en la antibióticoterapia adecuada y
el sostén hemodinámico y hemodialítico en la
insuficiencia renal aguda.
Otra
enfermedad que haremos mención en esta discusión es la
fiebre hemorrágica argentina, endemo- epidémica, causada
en nuestro medio por el virus Junín, con huésped en
roedores campestres, y con el contagio al ser humano a
través de la inhalación de aerosoles o contacto por
mucosas o piel con material contaminado.
El cuadro
clínico se relaciona con su evolución, con una primer
fase de incubación (4 – 14 días), fase de invasión, que
es clínicamente inespecífica. Presenta un comienzo
insidioso, con fiebre, mialgias, debilidad generalizada,
cefalea, irritabilidad o estupor. La fase de estado (12
– 15 días) se presenta con fascie abotagada, hiperemia
de conjuntivas, síntomas digestivos sin ictericia ni
organomegalias, y alteración del estado de conciencia
que puede evolucionar al coma.
El
diagnóstico se basa el conjunción de síndrome febril +
foco epidemiológico + leucopenia (< 4000/mm3)
y plaquetopenia (< 120.000/mm3),
considerandose caso sospechoso; si la plaquetopenia es
menor de 100.000/mm3, es considerado
probable.
Otro
hallazgo al laboratorio es la velocidad de
eritrosedimentación normal o disminuida.
El
tratamiento es la administración de plasma de
convaleciente dentro de los 8 días de comenzados los
síntomas, lo cual reduce la mortalidad del 15 – 30% al
1%. Se requiere de la alta sospecha clínica y la
terapéutica administrada rápidamente, teniendo en cuenta
el posible síndrome neurológico tardío que puede hacerse
presente luego de 4- 7 semanas de la administración del
plasma.
Además
debemos tener en cuenta entre los diagnósticos
diferenciales el hantavirus. Este virus, de tipo ARN,
llamado virus Andes, causa una enfermedad de amplia
distribución mundial. Como huésped se encuentran
principalmente los roedores, y el contagio se debe a la
inhalación de aerosoles, contaminación directa y también
se describe la transmisión interhumana.
Clínicamente se manifiesta con fiebre hemorrágica con
síndrome renal, más frecuente en Europa y Asia, y el
Síndrome pulmonar, más frecuente en el continente
Americano, que presenta dos fases:
•
1er fase:
fiebre, mialgias, astenia, síntomas digestivos y
ausencia de compromiso de vías aérea superior
•
2da fase:
insuficiencia respiratoria y falla hemodinámica
Al
laboratorio puede presentar leucocitosis con neutrofilia
, trombocitopenia, hemoconcentración, velocidad de
eritrosedimentación elevada (40 – 60 mm/hora) elevación
de lactatodeshidrogenasa y de las transaminasas.
En cuanto
al pronóstico el 50 % fallece por SDRA o shock
hipovolémico.
El
tratamiento se basa en el sostén respiratorio y
hemodinámico.
Además de
las entidades infecto-contagiosas quiero mencionar la
leucemia aguda, neoplasia maligna de la médula ósea con
proliferación y predominio de blastos, de etiología
desconocida que presenta como factores de riesgo:
•
Radiación ionizante
•
Factores genéticos
•
Retrovirus HTLV-1
•
Tóxicos
Su
incidencia es del 3% del total de neoplasias y del 50 %
del total de las leucemias.
Se
clasifican en Leucemia aguda linfoblástica (L1 – L3) y
Leucemia aguda mieloblástica (M0 – M7) con
manifestación clínica como cuadro de fracaso progresivo
de la hematopoyesis o infiltración leucémica en
diferentes tejidos:
•
Hepato-esplenomegalia,
adenopatías, dolor óseo, síntomas neurológicos, CID,
infecciones a repetición o síndrome hemorrágicos
Inicialmente puede presentarse en el laboratorio sin
alteraciones (10 %) o sin evidencia de blastos en sangre
periférica (leucemia aleucémica), por lo cual el
diagnóstico de certeza se realiza con la biopsia de
médula ósea, en la cual presenta más del 20 % de bastos.
Finalmente quiero mencionar como probable complicación
que pudiera haber sufrido nuestra paciente, la
miocarditis. Esta es una enfermedad caracterizada por la
inflamación del músculo cardíaco, con múltiples causas.
Una de ellas es la etiología infecciosa, dentro de las
cuales las más frecuentes son las virales, con una
incidencia en cada proceso viral de entre el 3 – 5% de
miocarditis. Dentro de las no infecciosas, por fármacos,
tóxicos, radiaciones, secundarios a enfermedades
sistémicas o por hipersensibilidad, teniendo en cuenta
que entre las causas de las miocardiopatías dilatadas el
9 % de las causas son de origen viral.
Clínicamente presentan una fase temprana con fiebre,
mialgias, debilidad muscular o puede evolucionar a
insuficiencia cardíaca aguda ó shock cardiogénico.
Otros
signos y síntomas son precordalgia, muerte súbita
o arritmias como taquicardia sinusal, extrasístoles
supra y ventriculares, fibrilación auricular o elevación
del ST, ondas Q o hemibloqueo anterior izquierdo.
El
diagnóstico se realiza con el cuadro clínico, sumado a
hallazgos en la radiografía de tórax, como aumento del
índice cardiotorácico, con presencia de infiltrados
alvéolo-insterticiales desde las bases a vértices, y
alteraciones en el ecocardiograma, como falla
ventricular derecha, disquinesia global o segmentaria,
disminución del flujo en E. Doppler, trombos
intracavitarios o incremento del diámetro de ventrículo
izquierdo en diástole. En aquellos casos de evolución
tórpida como la miocarditis fulminante o la miocarditis
de células gigantes, se recomienda la biopsia de
endomiocardio.
Como
conclusión creo que esta tríada caracterizada por
síndrome febril, bicitopenia y radomiólisis, es debido a
una etiología infecciosa, aunque no pueda asegurar cuál
sea origen preciso, ya sea bacteriano o viral, que
llevaron a nuestra paciente a desarrollar síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica, probablemente sepsis,
con órganos de choque, el miocardio y secundariamente la
injuria pulmonar aguda.
Bibliografía
•
Vaillant L, et al. “Epidemilogy of fatal cases
associated with pandemic HIN1 influenza”. Euro Surveill
2009; 14 (33)
•
Chawla V; Trivedi TH; Yeolekar ME. “Epidemic of
leptospirosis: an ICU experience”. J Assoc Physicians
India 2004 Aug;52:619-22
•
Chierakul W; Tientadakul P; et al. “Activation of the
coagulation cascade in patients with leptospirosis”.
Clin Infect Dis. 2008 Jan 15;46(2):254-60
•
Felker GM et al. “Underlying causes and long-term
survival in patients with initially unexplained
cardiomyopathy”. N Engl J Med 2000 Apr
13;342(15):1077-84
•
Felker GM et al. “Echocardiographic findings in
fulminant and acute myocarditis”. J Am Coll Cardiol 2000
Jul;36(1):227-32
•
Mandell, Bennett, & Dolin: Principles and Practice of
Infectious Diseases, 6th ed
Part III - INFECTIOUS DISEASES AND THEIR ETIOLOGIC
AGENTS, Section A - Viral Diseases:1729;
Ch
128 - Introduction to Viruses and Viral Diseases
|
|
Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 10 de septiembre de 2009, a cargo del
Dr. Fabricio Racca. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|