Discusión del
caso clínico
Dra. Andrea
Sánchez
Voy a discutir el caso de un paciente
varón de 28 años, HIV positivo, que consulta por dolor
abdominal y fiebre. Presenta al laboratorio pancitopenia,
insuficiencia renal, alteración del hepatograma y en
ecografía abdominal, engrosamiento de la pared
vesicular, con ausencia de cálculos.
Durante la internación, presenta
agravamiento de los síntomas abdominales y aumento de la
amilasemia.
El paciente también presenta lesiones
en piel.
El cuadro de ingreso se interpreta
como colecistitis aguda, presenta durante la
internación, pancreatitis aguda. Son estos dos cuadros
los que voy a considerar como eje de mi discusión.
En relación a las lesiones cutáneas, a
pesar de no ser motivo de discusión actual, deben ser
estudiadas. Se informaron verbalmente como pioderma
gangrenoso, el mismo se define como una dermatosis
neutrofílica, asociada en el 50% de los casos a una
enfermedad de base, principalmente enfermedad
inflamatoria intestinal, también se puede presentar
asociado enfermedades linfoproliferativas, diabetes, y
es infrecuente la asociación con HIV y cocaína, habiendo
en la bibliografía sólo reporte de casos. Clínicamente
se presentan como lesiones ulceradas, dolorosas al
comienzo y luego indoloras, que evolucionan con
secreción purulenta y a necrosis. Pueden presentarse en
cualquier parte del cuerpo, principalmente en miembros
inferiores. Por sus características clínicas, plantean
diagnóstico diferencial con micosis profundas,
leshmaniasis, vasculitis, linfoma cutáneo.
El diagnóstico se realiza por biopsia,
el tratamiento es con drogas inmunosupresoras.
Volviendo al cuadro abdominal, el
paciente presenta al ingreso:
Colecistitis aguda:
Es la inflamación de la pared de la
vesícula biliar, que se manifiesta por dolor abdominal y
fiebre. Se clasifica en litiásica (90-95%) y alitiásica
(5-10%). Ahora bien, nos encontramos ante un paciente
HIV positivo, con bajo recuento de CD4. En este tipo de
pacientes cobra particular importancia la colecistitis
aguda alitiásica, ya que se presenta con mayor
frecuencia que en la población general. Se asocia
principalmente a determinados factores de riesgo, como
sepsis, inestabilidad hemodinámica, inmunosupresión (se
presenta en pacientes con recuento de CD4 menor a 100),
y a determinadas infecciones, principalmente CMV y
criptosporidium.
Si bien la colecistitis aguda
alitiásica, es una colangiopatía asociada al HIV, es
necesario recordar, que en estos pacientes, se puede
presentar una infección oportunista sobre un terreno
litiásico ya existente.
En relación a la fisiopatología de la
colecistitis aguda alitiásica, se encuentran
involucrados mecanismos isquémicos, de estasis biliar,
que predisponen a una bilis más espesa, químicamente
alterada, que podría predisponer a un factor
obstructivo. En el caso de la infecciones,
particularmente en la infección por CMV, se encuentra en
la histología un infiltrado inflamatorio junto con
cuerpos de inclusión de CMV.
Hay en la bibliografía varios casos
reportados de pacientes HIV positivos que presentaron
colecistitis aguda alitiásica por CMV. Cito como
ejemplo, el caso de una paciente mujer, de 33 años, HIV
positiva, que consulta por dolor abdominal y fiebre, en
la ecografía abdominal presenta engrosamiento de las
paredes de la vesícula y ausencia de litiasis, presenta
anticuerpos positivos para CMV, se realiza
colecistectomía, constatándose a la macroscopía, una
vesícula indurada, con paredes engrosadas, sin cálculos
y en la histología los hallazgos que mencioné
previamente.
Desde el punto de vista clínico y de
laboratorio, se presenta de manera similar en estos
pacientes, tanto sea de origen litiásico como alitiásico.
Generalmente cursan con dolor en hipocondrio derecho y
fiebre, y al laboratorio hiperbilirrubinemia, aumento de
FAL, GGT y transaminasas.
En relación a los métodos
diagnósticos, en la revisión publicada en CLINICAL
GASTROENTEROLOGY AND HEPATOLOGY en 2010, la ecografía
abdominal continúa siendo el método de primera elección,
la misma presenta según los diferentes trabajos
publicados, una sensibilidad y especificidad entre 30 y
100%. La TAC presenta pocos beneficios en relación a la
ecografía.
En relación al tratamiento, en esta misma revisión, se
recomienda la colecistostomía, ya sea sola o acompañada
de colecistectomía por vía laparoscópica. Algunos
autores recomiendan la colecistostomía como única
terapéutica, otros prefieren utilizarla como terapia
puente hasta la realización de la colecistectomía.
El otro cuadro que el paciente presenta es una
pancreatitis aguda:
Es una respuesta inflamatoria del páncreas, que se
manifiesta con dolor abdominal y aumento de enzimas
pancreáticas. Las etiologías más frecuentes son la
litiásica y la alcohólica. Con menor frecuencia es
producida por exposición a fármacos (cotrimoxazol,
furosemida, antirretrovirales, antiinflamatorios,
algunos inmunosupresores, etc.), hipertrigliceridemia,
traumatismos, infecciones (el propio HIV puede producir
pancreatitis, CMV, Echovirus, Mycoplasma, etc.).
En relación a los fármacos, deben cumplirse determinados
criterios para considerar que un cuadro de pancreatitis
fue producido por exposición a los mismos, estos son: 1)
La pancreatitis debe producirse durante el tratamiento.
2) Ausencia de otra causa aparente. 3) El cuadro
resuelve al discontinuar la droga. 4) Recurre el cuadro
con la readministración del fármaco.
En los pacientes HIV positivos, suele verse pancreatitis
como consecuencia de los antirretrovirales, no es el
caso de este paciente, ya que no venía realizando
tratamiento. Sí estuvo expuesto durante la internación a
cotrimoxazol. Existen en la bibliografía varios casos de
pacientes HIV y pancreatitis por cotrimoxazol. Como
ejemplo cito el caso de un paciente de 35 años, HIV
positivo, que fue internado por un cuadro respiratorio,
recibió, entre otros fármacos, cotrimoxazol, mejorando
el cuadro respiratorio, pero a los 5 días de tratamiento
comenzó con dolor abdominal, aumento de amilasemia
(900-1000 UI/L), con alteraciones a nivel pancreático en
los métodos de diagnóstico por imágenes. Se suspendió
cotrimoxazol y mejoró el cuadro abdominal. El paciente
reingresó 3 meses después por un cuadro respiratorio, no
refirió el episodio anterior, recibió nuevamente
cotrimoxazol, presentando nuevamente pancreatitis aguda,
que mejoró al suspender la droga.
Con los datos que nos brinda la clínica y el
laboratorio, se han elaborado varios scores pronósticos,
los más utilizados son el score de Ranson, el mismo
consta de 11 parámetros que se determinan 5 al ingreso y
6 a las 48 horas. Si el paciente presenta menos de 3
parámetros, la mortalidad es entre el 0-3%, si presenta
entre 3 y 6 parámetros, la mortalidad es entre el 11-15%
y cuando presenta más de 6 parámetros, la mortalidad
asciende al 40%. Otro es el sistema de puntuación APACHE
II, originalmente utilizado en pacientes en Unidades de
Cuidados Intensivos. En los cuadros de pancreatitis,
presenta utilidad en el seguimiento, si los valores
mejoran en las primeras 48 horas, sugiere un cuadro leve
y visceversa. En el sistema Glasgow de puntuación de
pancreatitis, se utiliza la edad y 8 parámetros de
laboratorio, si se presentan 3 o más en las primeras 48
horas, se considera un cuadro severo.
En la pancreatitis aguda, se pueden presentar
complicaciones, tanto a nivel local (necrosis,
colecciones, abscesos, pseudoquistes), como sistémico
(derrame pleural, cardiovasculares, CID, renales).
En relación a los métodos de diagnóstico por imágenes,
la tomografía de abdomen es el método de mayor utilidad,
no sólo para diagnóstico, sino también para pronóstico.
La presencia de signos de necrosis a nivel del páncreas,
se relacionan con una mortalidad superior al 20%, en
cambio la presencia de edema no se ha visto asociada a
mortalidad. Se ha ideado el Score de Balthazar, también
se utiliza como score pronóstico, junto con los
mencionados anteriormente. En el mismo, se atribuye
diferente puntaje según las características de la
glándula, la presencia o no de colecciones, y el
porcentaje de necrosis.
La ERCP en la pancreatitis aguda, presenta un rol
terapéutico, ya que como método diagnóstico, puede
producir como complicación pancreatitis, y por relación
costo-beneficio, se prefieren otros métodos más inocuos.
Está indicada cuando hay claros signos de obstrucción,
en la urgencia, se indica cuando hay obstrucción papilar
persistente y colangitis aguda concomitante.
El tratamiento de la pancreatitis aguda consiste en
analgésicos para el dolor, hidratación parenteral, sonda
nasogástrica, nada por boca hasta que el cuadro mejore y
desciendan los valores de amilasemia, luego comenzar con
dieta líquida e ir progresando.
En relación a la antibioticoterapia, en los cuadros
leves a moderados no mostró beneficio. En los cuadros
severos no hay datos concluyentes, hay trabajos que
postulan beneficio del uso de los mismos y otros en los
que no se vio diferencia estadísticamente significativa
entre los grupos de pacientes que recibieron
antibióticos y los que no lo recibieron. En caso de
presentar complicaciones, debe realizarse tratamiento de
las mismas.
Concluyo que la etiología más probable de la
colecistitis aguda y de la pancreatitis, por frecuencia
y por lógica, es la litiásica, ya sea que se trate de un
cálculo que produjo ambos cuadros y migró y se expulsó
por vía intestinal, por eso no se ve actualmente en la
vía biliar, tal como demostró el Doctor Acosta en los
trabajos publicados sobre pancreatitis aguda, con el
hallazgo de litos en el tamizaje de la materia fecal; o
que se trate de barro biliar.
Ahora bien, en el contexto de un paciente HIV, no puedo
dejar de considerar las causas de colecistitis
alitiásica previamente mencionadas, ya sea como única
causa o asociada a un terreno litiásico. En relación a
la pancreatitis aguda, también considero como etiología
probable la exposición a cotrimoxazol.
Actualmente el paciente presenta una colección
retroperitoneal, la interpreto como complicación de la
pancreatitis aguda.
Conductas:
-Reevaluación de la vía biliar, ya que el paciente
persiste con patrón de colestasis al laboratorio,
mediante una nueva colangiografía, o eventualmente una
colangioRMI, también estudio de la composición química
de la bilis.
-Comienzo de la dieta, ya que el cuadro está
evolucionando favorablemente.
-En relación a la colección retroperitoneal, conducta
expectante, con control clínico y tomográfico. Con
eventual punción. Antibioticoterapia.
-Resultados microbiológicos definitivos.
-Estudio de las lesiones en piel.
-Comienzo de tratamiento para HIV, una vez superado este
cuadro.
-Por la complejidad y la diversidad de manifestaciones,
sugiero principalmente manejo interdisciplinario.
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1987. |
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 18 de febrero de 2010, a cargo del
Dra. Andrea Sánchez. |
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