Discusión del
caso clínico
Dra. Micaela
Villarruel
Como dato guía de mi discusión voy a
tomar a la púrpura palpable, teniendo en cuenta además
la asociación con alteraciones en el sedimento urinario
y los hallazgos en el laboratorio inmunológico.
La púrpura puede deberse a alteraciones de la integridad
vascular o bien a alteraciones en la hemostasia. Dado
que la paciente presentaba tiempos de coagulación y
plaquetas dentro de los rangos normales, asociados a
lesiones de tipo palpables, me voy a referir a las
alteraciones de la integridad vascular como responsables
de la púrpura. Las mismas pueden deberse a traumatismos,
infección (meningococo, estreptococo, virus), vasculitis
o a enfermedades del tejido conectivo. Nuestra paciente
no tenía evidencia de infección ni antecedentes de
traumatismos, por lo que considero a las vasculitis y a
las enfermedades del tejido conectivo como causas
probables de estas lesiones.
Se conoce como vasculitis a la inflamación de las
paredes de los vasos. Pueden ser primarias, o bien
secundarias a enfermedades inflamatorias (AR, LES, Sme.
de Sjögren, sarcoidosis), infecciosas (hepatitis C,
hepatitis B, HIV, micobacterias, sífilis), neoplásicas y
drogas. Pueden ser ANCA positivas o negativas, y según
el tamaño de los vasos se clasifican como de grandes,
medianos o de pequeños vasos.
Teniendo en cuenta la presentación en nuestra paciente
considero que nos encontramos frente a una vasculitis de
pequeños vasos (1).
Dentro de las vasculitis de pequeños vasos se reconocen
principalmente 5 entidades: vasculitis leucocitoclástica,
púrpura de Shönlein-Henoch, crioglobulinémia, vasculitis
asociadas a ANCA y las secundarias a enfermedades del
tejido conectivo (2).
La vasculitis leucocitoclástica es una vasculitis
de pequeños vasos que puede limitarse a la piel. La
recurrencia se describe en aproximadamente el 10% de los
casos. Puede ser idiopática, o secundaria a infecciones
(HIV, VHC, VHB, endocarditis) o a consumo de fármacos
(penicilinas, cefalosporinas, sulfonamidas, fenitoína,
alopurinol, quinolonas, etc.).
Entre los criterios de clasificación se encuentran: la
edad mayor a 16 años, el uso de fármacos relacionados
temporalmente con los síntomas, la presencia de púrpura
palpable, erupción maculopapular y los hallazgos en la
biopsia de piel. La presencia de 3 o más de estos
criterios presentan una sensibilidad del 71% y una
especificidad del 84%.
Clínicamente cursan con lesiones en piel (púrpura
palpable), fiebre, artralgias, linfadenopatías y
manifestaciones renales. Estas últimas generalmente
leves, en forma de hematuria o proteinuria. Dicho cuadro
suele aparecer entre los 7-21 días postexposición.
En el laboratorio el complemento generalmente se
encuentra disminuido y la velocidad de
eritrosedimentación aparece elevada.
En el tratamiento están indicados la suspensión del
fármaco implicado o el tratamiento de la infección
subyacente, reposo, colchicina y antihistamínicos. En
casos de mayor compromiso pueden indicarse corticoides
sistémicos y en algunos casos rituximab.
Nuestra paciente presenta datos a favor de este
diagnostico como lesiones cutáneas compatibles, la edad,
la probable relación con los fármacos, el complemento
disminuido, una VES elevada y la mejoría clinica con el
reposo. Sin embargo, en contra del mismo presenta
serologías negativas, el hallazgo del factor antinuclear
y el ANCA positivos.
La púrpura de Schönlein-Henoch
es la forma más común de vasculitis sistémica en niños.
Generalmente se presenta entre los 3 a 15 años de edad,
si bien hasta un 10% de los casos ocurren en adultos.
Representa alrededor del 10% de las vasculitis cutáneas
y se caracteriza por el depósito de IgA. Se acompaña de
recurrencia en el tercio de los casos, generalmente
dentro de los cuatro meses. Muchas veces se encuentra
precedida de una infección a nivel del tracto
respiratorio.
Clínicamente cursa con púrpura palpable en el90% de los
casos (principalmente a nivel de los miembros
inferiores, nalgas, cara, tronco), artritis-artralgias,
dolor abdominal y compromiso renal (hematuria,
proteinuria). Los criterios de clasificación propuestos
para diagnosticar esta entidad son: la presencia de
púrpura palpable, edad menor o igual a 20 años, dolor
abdominal agudo, y hallazgos compatibles en la biopsia.
La presencia de 2 o más de estos criterios tiene una
sensibilidad y especificidad cercana al 90%.
En los pacientes adultos se ha visto mayor riesgo de
insuficiencia renal, con un 90% de recuperación completa
en un seguimiento a 18 meses. En un estudio realizado
con 250 pacientes con diagnostico de esta entidad con
una edad media de 50 años, el 96% presentaron púrpura
palpable en el inicio, mientras que el 61% presentó
artritis y el 48% síntomas gastrointestinales. La
tercera parte de los pacientes desarrollaron
insuficiencia renal dentro de los 4 meses de
presentación, de los cuales un 32% presentó
insuficiencia renal crónica (3).
El diagnóstico se realiza teniendo en cuenta la clínica
y se confirma con biopsia que demuestre deposito de Ig
A. La misma puede ser cutánea o renal, esta última
indicada ante la presencia de proteinuria marcada o
compromiso de la función renal durante el episodio
agudo.
Generalmente se acompañan de complemento normal, pero
hay casos descriptos de púrpura de Schönlein-Henöch con
complemento disminuido, generalmente transitorio y sin
relación con la severidad del cuadro ni con el
compromiso renal (4).
El tratamiento se basa en la hidratación, el reposo, el
tratamiento del dolor, y el uso de glucocorticoides. En
el caso de compromiso renal estaría indicado el uso de
corticoides, ciclofosfamida y azatioprina.
En el caso de nuestra paciente tenemos a favor de este
diagnostico la presencia de lesiones cutáneas con una
distribución típica y el dolor abdominal. Sin embargo,
el complemento consumido y la edad de presentación del
cuadro estarían en contra del mismo.
La crioglobulinemia es una
enfermedad sistémica causada por el depósito de
crioglobulinas en vénulas, capilares y arteriolas. La
edad de presentación es alrededor de los 50 años. Se
destacan 3 tipos de cuadros según la inmunoglobulina del
crioprecipitado: crioglobulinemia tipo I, II y III.
La crioglobulinemia tipo II o mixta esencial cursa con
síntomas sistémicos, púrpura palpable, artralgias y
nefritis como podría ser el caso de nuestra paciente. Se
relaciona a infecciones por virus hepatitis B, hepatitis
C, VEB y VIH.
En el laboratorio es frecuente hallar complemento bajo
junto con elevación de los reactantes de fase aguda.
El diagnóstico se establece con la presencia de púrpura,
complemento bajo y la presencia de crioglobulinas. En el
tratamiento, dependiendo de la severidad, se utilizan
corticoides, ciclofosfamida y plasmaféresis. En caso de
poseer serología positiva para virus hepatitis C se
indica interferón pegilado y ribavirina.
Nuestra paciente presentó púrpura palpable acompañada de
un complemento bajo, pero las crioglobulinas resultaron
negativas (6).
Las vasculitis asociadas a ANCA,
son las vasculitis sistémicas primarias más comunes en
los pacientes adultos. Se presentan generalmente entre
los 50 y 60 años, presentando manifestaciones cutáneas
en el 50% de los casos. La presencia de granulomas y
síntomas de vía aérea superior e inferior nos orientan a
pensar en granulomatosis de Wegener; la presencia de
asma y eosinofilia en el síndrome de Churg-Strauss; y la
ausencia de dichos hallazgos en poliangeítis
microscópica.
Dado que la paciente no presentaba ni asma ni
eosinofilia no voy a tener en cuenta al sindrome de
Churg-Strauss como posible entidad (7).
En cuanto a la granulomatosis de Wegener, se
trata de una vasculitis ganulomatosa que afecta a las
vías respiratorias tanto superiores como inferiores
asociado a un compromiso glomerular. Es de etiología
desconocida. Menos del 20% de los pacientes presentan
compromiso renal en el momento de presentación de la
enfermedad. Hasta el 90% de los casos presentan en el
laboratorio ANCA-c positivos.
Entre los criterios diagnósticos se describen:
inflamación nasal u oral, hallazgos radiográficos
compatibles, sedimento urinario alterado y biopsia con
inflamación granulomatosa. La presencia de 2 o más de
estos criterios tienen una sensibilidad del 88% y una
especificidad del 92%.
En el tratamiento se indican corticoides, ciclofosfamida
y plasmaféresis (8).
La poliangeítis microscópica tiene una incidencia
de 1-3 casos por cada 100000 habitantes. Se presenta
principalmente en hombres, presentando en más del 80% de
los casos ANCA-p positivo. Hasta un 90% de los pacientes
presenta glomerulonefritis, siendo la causa más común
del síndrome pulmón-riñón.
Clínicamente cursan con manifestaciones sistémicas,
cutáneas, renales y pulmonares.
Existen diferentes reportes de casos de poliangeítis
microscópica con manifestaciones cutáneas. En un
reporte de 72 pacientes, 9 presentaron lesiones cutáneas
como manifestación inicial, 6 de ellos se presentaron
con purpura, 2 con nódulos cutáneos y 1 con livedo
reticularis. En cuanto al tratamiento están indicados
corticoides, ciclofosfamida y plasmaféresis (9, 10 y
11).
Nuestra paciente presentó ANCA-p positivo a títulos de
1:40, por lo que me pregunto el rol de este hallazgo.
Los ANCA son autoanticuerpos dirigidos contra enzimas
presentes principalmente en los gránulos azurófilos o
primarios de los polimorfonucleares. Existen dos métodos
para detectarlos: inmunofluorescencia y elisa. Mediante
la inmunofluorescencia indirecta (IFI) con neutrófilos
tratados con etanol se distinguen dos patrones
fundamentales: patrón citoplasmático (ANCA-c) y patrón
perinuclear (ANCA-p). Aproximadamente hasta un 10% de
las vasculitis asociadas a ANCA presentan IFI negativo.
Además están descriptos patrones atípicos asociados
principalmente a las enfermedades asociadas al tejido
conectivo. Cabe destacar, que la inmunofluorescencia es
un método operador dependiente por lo que es importante
confirmarlo con elisa.
El patrón perinuclear puede relacionarse a enfermedades
del tejido conectivo (LES, AR, Sme de Sjögren,
esclerodermia, síndrome antifosfolípidos), drogas
antitiroideas y colitis ulcerosa.
La presencia de anticuerpos antinucleares se ha asociado
a falsos positivos de ANCA.
En
un estudio de
13600 pacientes con ANCA positivo, se llegó a la
conclusión que el patrón citoplasmático tiene alta
especificidad, mientras que el patrón perinuclear es
menos específico, pudiendo asociarse tanto a vasculitis
renal como a enfermedades del tejido conectivo (LES 20%,
Sjögren 26%) o a enfermedad inflamatoria intestinal
(12).
Dentro de las enfermedades del tejido conectivo que
podrían ser compatibles con este caso, se encuentran el
lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoidea.
Dado que nuestra paciente no presentó compromiso
articular, me voy a referir al lupus eritematoso
sistémico.
El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad
inflamatoria crónica de causa desconocida. Puede afectar
piel, articulaciones, riñones, pulmones, y sistema
nervioso. Principalmente afecta a mujeres, entre los
20-30 años. Se caracteriza por cursar con remisiones y
recaídas. Clínicamente puede cursar con síntomas
constitucionales, artritis (90%), manifestaciones
mucocutáneas (11-20% de los casos presenta lesiones
compatibles con púrpura palpable), fenómeno de Raynaud,
manifestaciones renales, oftalmológicas, pulmonares,
hematológicas, cardiovasculares y neurológicas. Existen
11 criterios diagnósticos de esta enfermedad, la
presencia de 4 o más de estos hacen el diagnóstico. En
caso de existir menos de 4 criterios se define al
cuadro como enfermedad indiferenciada del tejido
conectivo. Un 5-30% de estas, reunirá criterios de LES
con los meses o años.
Los anticuerpos antinucleares son marcadores de
enfermedad autoinmune sistémica. Se considera como
significativo a un titulo mayor a 1:160. En un estudio
que reunió 276 pacientes con anticuerpos antinucleares
en un titulo mayor a 1:40, en 19% de estos se realizó
diagnóstico de lupus (13 y 14).
Otros anticuerpos a solicitar en esta enfermedad son los
anticuerpos antifosfolipidos, los anticuerpos anti-ADN y
los anticuerpos anti-Sm.
Me pregunto si estaría indicada la realización de una
biopsia renal en nuestra paciente. Sabemos que la
presencia de nefropatía rápidamente progresiva,
presencia de signos de enfermedad sistémica o síndrome
nefrótico justificaría su indicación. En el caso de
nuestra paciente, si bien existe la sospecha de
enfermedad sistémica, teniendo en cuenta la buena
evolución planteo una conducta expectante por el momento
aguardando los resultados de la biopsia cutánea.
En conclusión, estamos frente a una paciente con púrpura
palpable, sedimento urinario alterado, dolor abdominal,
complemento disminuido, con FAN y ANCA positivos.
Considero que se trata de una vasculitis de pequeños
vasos, la cual puede ser manifestación de una enfermedad
del tejido conectivo como el LES, o bien tratarse de una
púrpura de Schonlein-Henoch o una poliangeiitis
microscópica.
Como conductas planteo aguardar los resultados de la
biopsia cutánea, siendo esencial realizar
inmunofluorescencia de la misma. Además, sugiero evaluar
junto con el servicio de nefrología una eventual biopsia
renal, en caso de constatarse persistencia del sedimento
urinario alterado o alteración en la función renal. Dado
el estado clínico de la paciente, considero tomar una
conducta expectante con respecto al tratamiento
inmunosupresor, siendo fundamental la un seguimiento
clínico periódico.
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Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 28 de julio de 2011, a
cargo de la Dra. Micaela Villarruel. |
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