Discusión del
caso clínico
Dra. María Soledad Rodríguez
Se discute el
caso de un varón de 36 años infectado por el virus de
la inmunodeficiencia humana (HIV) para el que nunca
realizó tratamiento, con un número de 216 linfocitos
CD4/mm3 y que consulta por lesiones vesiculocostrosas y
dolorosas en piel que tienen las características de
afección por virus varicela-zoster y síndrome febril de
evolución aguda. Presenta además una ulceración en
glande y secreción uretral. Entre otros antecedentes de
importancia refiere serología positiva para VHC y un
diagnóstico de sífilis años previos sin recordar
manifestación clínica pero por la que recibió penicilina
IM 3 dosis. En la internación se constatan anticuerpos
positivos contra Toxoplasma Göndii (1/500), VDRL
positiva en plasma (1/16 diluciones), pleocitosis
mononuclear e hiperproteinorraquia en el LCR y
hepatomegalia aislada. Recibe tratamiento con Aciclovir
VO y con Penicilina EV evolucionando favorablemente.
Estamos entonces frente a un paciente inmunodeprimido
por su enfermedad de base con una infección clínicamente
demostrada como lo es el herpes-zoster, una pleocitosis
e hiperproteinorraquia en LCR sin manifestaciones
neurológicas y otras posibles afecciones concurrentes
que voy a tratar de aclarar.
Voy a comenzar la discusión considerando el papel que
juega la infección por herpes zoster (VVZ)
en nuestro caso. En primer lugar las características
clínicas que hacen pensar en esta infección son la
aparición días previos de sensación urente en la zona
seguida de la aparición de vesículas que evolucionaron a
costras, con distribución en ramillete y que comprometen
metámeras, en nuestro paciente impresiona comprometer
lumbosacras (nalga, raíz de muslo y hacia periné). Cabe
destacar que puede acompañarse el cuadro de síndrome
febril, cefalea y mal estado general como presentó
nuestro paciente. Se ha demostrado que esta infección es
marcadora de inmunodeficiencia celular favorecida entre
otras por la edad avanzada, enfermedades crónicas como
diabetes o neoplasias, en receptores de transplantes y
por supuesto, en la infección por el HIV entre otras.
Este último es además un factor de riesgo para infección
recurrente. A pesar de ello, la aparición de afección
por herpes zoster no está claramente asociada con el
tiempo de infección por HIV y no predice una más rápida
evolución hacia SIDA. (1) (2) Pero, la infección
concurrente por el HIV y el consecuente descenso del
número de CD4 determina la gravedad y aumenta el riesgo
de complicaciones, entre ellas, el compromiso del SNC
con un amplio espectro de manifestaciones a las que me
referiré en su momento oportuno. Para tener en
cuenta, debido a que en nuestro paciente se planificará
iniciar tratamiento para el HIV, el uso de Inhibidores
de Proteasa es un factor de riesgo independiente para la
recurrencia del herpes zoster a partir de la 4ª semana
de iniciado el tratamiento. (3)
Con respecto a los hallazgos en el LCR, la punción
lumbar se realizó como parte del estudio del síndrome
febril y en el contexto de un paciente HIV con VDRL
positiva en plasma, sin haber presentado manifestaciones
neurológicas. Entonces, ¿qué rol juega la
pleocitosis y la hiperproteinorraquia?... Ante
una VDRL positiva y el antecedente de sífilis que el
paciente refiere, las posibilidades son muchas. La VDRL
(Veneral Disease Research Laboratory)
es un test serológico inespecífico para el
diagnóstico de sífilis pero muy sensible y útil para el
screening. Puede ser un falso positivo ya que la misma
infección por el HIV, la enfermedad hepática crónica y
la adicción a drogas EV son una causa común de esta
situación. Nuestro paciente tiene una causa confirmada
pero podría tener las tres…Es por ello que se debe
confirmar con pruebas específicas como lo es la FTA-abs
(fluorescent treponema antibodies absortion) pero, para
complicar las cosas, se han descripto falsos negativos
en los pacientes con serología para HIV que fueron
tratados previamente con Penicilina. (4) Por otra parte,
este título positivo en nuestro paciente puede
significar sífilis latente que es aquella en la que no
hay síntomas pero el diagnóstico puede realizarse por
test serológicos. La sífilis latente temprana ocurre
dentro del año de la primoinfección con altas chances de
transmisión por vía sexual y la latente tardía es
aquella de tiempo mayor e indeterminado en general no
transmisible. Otro punto importante para diferenciarlas
es que difiere el tiempo de tratamiento. No olvidemos
que ante la coinfección con HIV, como ocurre en nuestro
paciente, las manifestaciones clínicas de la sífilis no
siempre son las que esperaríamos…Y en este contexto me
parece correcto plantearme si esa pleocitosis e
hiperproteinorraquia no se deberían a compromiso
neurológico por la sífilis…¿Neurosífilis? El tema es
complejo ya que esta afección puede comprometer al SNC
desde la primoinfección por el treponema y los hallazgos
pueden ser una alteración en el LCR sin clínica (en
general 50 a 100 linfocitos por mm3 y proteínas elevadas
50 a 100 mg/dl) hasta las manifestaciones más graves
como el tabes dorsal , encefalitis meningovascular y
otras propias de la sífilis tardía y muy frecuentes en
el grupo de infectados por el HIV.(5) Antes de continuar
creo útil exponer las indicaciones de punción lumbar en
el contexto de un diagnóstico de sífilis (6): signos o
síntomas oftálmicos, evidencia de sífilis terciaria
activa, falla en el tratamiento evidenciada
serológicamente, infección por HIV con sífilis
latente o de duración desconocida (nuestro
paciente).
En
nuestro paciente no sabemos exactamente si ocurrió
primoinfección, hay un antecedente de tratamiento con 3
dosis de Penicilina IM, tratamiento correcto si hablamos
de sífilis primaria, secundaria o latente temprana.
Pero, en ellos, el porcentaje de fallas en la respuesta
es mayor y el riesgo de reinfección también. Por otro
lado si consideramos la peor situación, que sería estar
en un período de sífilis latente de tiempo
indeterminado, esta alteración en el LCR puede ser el
paso previo a una neurosífilis sintomática, por lo que a
mi entender se justifica el tratamiento con altas dosis
EV por 10 a 14 días como se hace en estas situaciones.
Es verdad que la VDRL en LCR no fue reactiva, pero la
utilidad de la misma es su positividad para afirmar la
afección. Hasta un 70% de inmunocompetentes con
neurosífilis pueden tener VDRL en LCR negativa y mayor
es el porcentaje aún si hablamos de inmunodeprimidos.(5)
En un inmunocompetente podría realizarse FTA-abs en LCR
la que con un valor negativo descartaría casi
definitivamente el compromiso pero en HIV es tan
dificultoso descartar… La premisa es que en un paciente
HIV con VDRL positiva en plasma y LCR alterado con VDRL
negativa en el mismo la indicación es tratarlo asumiendo
el cuadro como compromiso del SNC por sífilis con altas
chances de evolución a neurosífilis.
Y regresando
al Virus Varicela.Zoster, se ha demostrado irritación
meníngea durante las afecciones en piel, evidenciada por
pleocitosis en LCR en un 40 a 50 %. (7) Por lo que vemos
este hallazgo en el LCR podría ser sólo una
manifestación más de la infección que padece nuestro
paciente. ¿Y el mismo HIV? Está descripto que tanto en
la primoinfección como en las formas más avanzadas puede
haber compromiso del SNC por el HIV con un amplio
espectro incluso un LCR alterado como única
manifestación que bien podría ser el caso de nuestro
paciente. Esto se debe a que es un virus neurotrópico y
desde un inicio podría afectar zonas del SNC “mudas” por
lo que no siempre se correlaciona con hallazgos en el
examen neurológico. Se ha demostrado la presencia de IgG
en el LCR contra el propio HIV y cultivos del mismo en
LCR. (9) (10)
El aciclovir
puede producir neurotoxicidad con diferentes
manifestaciones incluso alteraciones en el LCR sin otra
sintomatología pero en nuestro paciente la mejoría en
los parámetros del LCR irían en contra de esta
hipótesis.
Si
consideramos otras causas de hiperproteinorraquia y
pleocitosis en un paciente HIV, la lista es larga pero
hay algunos elementos que me permiten descartar la
mayoría de estas causas. El primero es que no puedo
hablar de “meningitis aséptica” por tener sólo un
líquido alterado sin otra evidencia de irritación
meníngea, la segunda es que poseemos látex y tinta china
negativos para Criptococo y la tercera es que nuestro
paciente tiene 216 CD4, lo que me permite inicialmente
no pensar en patógenos oportunistas como Encefalitis por
Toxoplasmosis, por Citomegalovirus y la
Leucoencefalopatía Multifocal Progresiva por el virus JC
ya que todos ocurren con un valor de CD4 al menos por
debajo de 200/mm3. Quería destacar aparte que muchas de
estas afecciones cursan con masas en SNC o imagen
alterada del encéfalo, en nuestro paciente contamos con
TAC con contraste sin alteraciones, pero si se
sospechara fuertemente alguna de estas etiologías sería
necesario realizar RMI.
Finalmente quisiera analizar otros problemas en nuestro
paciente concurrentes a su enfermedad actual. La
lesión ulcerada en glande presenta fondo
sanioso, es dolorosa y él no recuerda exactamente su
tiempo de evolución, pero mejoró tras la terapia
instaurada con aciclovir y penicilina… Puede tener
múltiples etiologías, recordemos que si bien no es
patognomónica de sífilis y en nuestro paciente no parece
haber una sífilis temprana o primaria, las
presentaciones en el HIV son atípicas y están descriptos
chancros persistentes o recurrentes. Puede haber sido
también una úlcera por virus herpes simple, siendo el
tipo 2 el más frecuente en estos pacientes. Este podría
haber remitido con el tratamiento con aciclovir. Su
diagnóstico es posible con inmunofluorescencia y cultivo
de material de la lesión y es importante realizarlo
porque la coinfección aumenta la tasa de replicación del
HIV. Y, ante exudado uretral purulento, como presentaba
nuestro paciente la uretritis gonocóccica es una
posibilidad con resolución ante el tratamiento con
penicilina. Quisiera dejar el concepto de que en las
enfermedades de transmisión sexual en estos pacientes a
menudo coexisten varias etiologías, que en la mayoría el
no tratamiento favorece la replicación del HIV y aumenta
su carga en el semen con mayor potencial de transmisión
y contagio por lo que es importante considerarlas,
intentar diagnosticarlas y tratarlas.
Por último
nombrar a la hepatomegalia aislada que
presenta nuestro paciente para la que tiene múltiples
factores: infección por VHC que puede evolucionar
silenciosamente a la cronicidad, etilista con posible
daño hepatocelular por alcohol, y, más alejado a mi
entender si estuviésemos en el contexto de una sífilis
terciaria recordemos que en los pacientes HIV las
manifestaciones más comunes son las del SNC, como dije
antes, y la presencia de gomas cutáneos y viscerales que
no son más que un intento del organismo por limitar la
invasión treponémica y si este fuese el caso al biopsiar
el hígado nos encontraríamos con múltiples granulomas,
abriendo otro interesante capítulo: el de
“Granulomatosis hepática” en un paciente HIV. Pero creo
que no es el caso aún y que ante este hallazgo aislado
la conducta más adecuada es seguimiento con imágenes y
hepatograma.
En
conclusión creo que la conducta más adecuada en nuestro
paciente es finalizar el tratamiento con aciclovir vía
oral durante 7 días y con penicilina EV durante 14 días
a la dosis de 3 millones cada 4 horas que está
realizando. Se ha demostrado ya excelente evolución
tanto de las lesiones cutáneas como de las
características del LCR. Si el diagnóstico presunto de
sífilis latente con compromiso del SNC quedó pautado, se
debería intentar control evolutivo con títulos de VDRL a
los 3, 6, 12 meses en donde se debería constatar al
menos un descenso en 4 títulos de la misma a los 12
meses. Si esto no ocurre puede considerarse reinfección
o resistencia al tratamiento y la segunda opción es la
Ceftriaxona EV. Sería necesario obtener nueva muestra de
LCR para descartar resistencia al tratamiento.
Finalmente, creo que en nuestro paciente la afección del
LCR puede obedecer a múltiples causas pero la mejoría en
los parámetros durante la internación van a favor de
compromiso leve por VVZ en primer lugar, también es
posible afección por el Treponema Pallidum aunque creo
que es una hipótesis más alejada.
Citas
(1)
Herpes
zoster and human immunodeficiency virus infection. J
Infect Dis 1992; 166:1153.
(2)
Herpes
zoster and HIV-1 infection in a rural Ugandan cohort.
AIDS:
Volume 15(2)
26 January 2001
pp 223-229
(3)
High
incidence of herpes zoster in patients with AIDS soon
after therapy with protease inhibitors. Clin Infect Dis
1998; 27:1510.
(4)
Syphilis serology in Human Inmunodeficiency Virus
Infection: Evidence for false negatives Fluorescent
Treponema Testing. J Infectious Diseases. 1997: 176; 38.
(5)
Invasion of the central nervous system by Treponema
pallidum: Implications for diagnosis and treatment. Ann
Intern Med 1988; 109:855.
(6)
Centers
for Disease Control and Prevention. Sexually transmitted
diseases treatment guidelines 2002. MMWR Morb Mortal
Wkly Rep 2002; 51(No. RR-6):1.
(7)
Aseptic
meningitis due to varicella-zoster virus: Serum antibody
levels and local synthesis of specific IgG, IgM, and IgA.
J Infect Dis 1987; 155:959.
(8)
The Clinical Manifestations
and Treatment of
Sexually Transmitted Diseases
in Human Immunodeficiency
VirusPositive
Men . Clinical Infectious
Diseases 2001;32:611-622
(9)
Early
penetration of the blood-brain-barrier by HIV. Neurology
1988;38 (1): 9-14
(10)
Cerebrospinal fluid abnormalities in patients without
AIDS who are seropositive for the human immunodeficiency
virus.J Infect Dis. 1988 Jul;158(1):193-9.
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