Discusión del
caso clínico
Dra. Natalia Egri
Voy
analizar el caso clínico de un paciente de 66 años con
antecedentes de hipertensión arterial (HTA) y daño de
órgano blanco (retinopatía grado III e hipertrofia de
ventrículo izquierda), probable insuficiencia renal
crónica (IRC) con riñones de tamaño normal en la
ecografía, proteinuria de rango nefrótico y un informe
preliminar en la biopsia renal de Glomerulosclerosis
Nodular (GEN).
En
primer lugar, ante la presencia de insuficiencia renal
debemos determinar si la misma es aguda o crónica. En
este paciente existen algunos datos que me orientan a
pensar en una forma crónica. El antecedente de HTA con
daño de órgano blanco, la presencia de anemia e
hiperfosfatemia y la persistencia de la alteración de la
función renal relativamente estable durante la
internación que lleva más de un mes me acercan a este
diagnóstico. Probablemente haya habido un componente de
reagudización si tenemos en cuenta que al ingreso
presentaba un sodio urinario bajo (< 20 meq/l) y una
excreción fraccional de sodio < 1. Seguramente, la
presencia de vómitos previo al ingreso precipitó esta
situación.
Los
pacientes con IRC por HTA suelen presentar riñones de
pequeño tamaño y este paciente tiene riñones de tamaño
normal lo que me hace sospechar la coexistencia de otra
causa de insuficiencia renal. Para tratar de
determinarla voy analizar a aquellas entidades que son
capaces de producir IRC con riñones de tamaño normal,
proteinuria nefrótica y un patrón de GEN.
La
nefropatía diabética es por lejos, la causa más
frecuente de este hallazgo clinicopatológico (proteinuria,
incluso de rango nefrótico, asociado a GEN, denominada
Enfermedad de Kimmelstiel – Wilson). Pero, la ausencia
de dicho antecedente y las glicemias normales durante la
internación hacen prioritario contemplar otros procesos,
entre ellos la HTA.
La
alteración anatomopatológica del riñón en la HTA se
denomina nefrosclerosis (NS). Los hallazgos histológicos
más significativos consisten en un aumento del espesor
parietal y arteriolosclerosis hialina y a nivel
glomerular puede producir una lesión denominada
Glomerulosclerosis (GS) que a su vez, puede ser global o
segmentaria.
El
diagnóstico de IRC asociada a HTA es eminentemente
clínico teniendo en cuenta el antecedente, lesiones en
otros órganos blanco de la HTA (retina, miocardio,
cerebro), proteinuria (generalmente menor a 1 g/día, si
bien está descrita la presentación con rango nefrótico,
incluso con síndrome nefrótico en pacientes mal
controlados) y riñones de pequeño tamaño en la
ecografía. La biopsia renal en estos casos nunca está
indicada.
Si bien
este paciente tiene historia de HTA con daño de órgano
blanco, el tamaño normal de los riñones y la presencia
de proteinuria de rango nefrótica inducen a la
realización de la biopsia renal. El hallazgo
histopatológica fue una GEN. Existe una forma rara de
glomerulosclerosis segmentaria que puede presentarse en
pacientes hipertensos denominada GEN Idiopática,
cuyas alteraciones histológicas consisten en un aumento
difuso de la matriz mesangial y nódulos que se tiñen
intensamente con la tinción del ácido peryódico de Shiff
(PAS positivo). Esta forma de GEN se describe
típicamente en diabéticos, y menos frecuentemente en
amiloidosis, enfermedad por depósito de cadenas ligeras
y en la glomerulopatía membranoproliferativa (GPMP).
Debido a
la presencia de eritrosedimentación elevada, anemia
normocítica normocrómica e IRC con riñones normales en
una persona de edad avanzada no podemos dejar de
considerar a las discrasias de células plasmáticas,
grupo de entidades en las que existe expansión de un
clon único de células secretoras de inmunoglobulinas (IG)
y el consiguiente aumento de los niveles séricos y/o
urinarios de una única IG completa o de sus fragmentos.
Las entidades capaces de producir daño renal son el
Mieloma Múltiple (el más frecuente del grupo), la
enfermedad de cadenas livianas y el Mieloma solitario (Plasmocitoma)
en orden de frecuencia.
La
lesión más frecuente en estos casos es la nefropatía
tubulointersticial por cilindros mielomatosos compuestos
por cadenas livianas de inmunoglobulinas. Como comenté,
la GEN puede ser una forma de afección renal a nivel
glomerular presente en las discrasias sanguíneas
principalmente por cadenas ligeras. Otro tipo de lesión
es la glomerulopatía Crioglobulinemia tipo I con un
patrón membranoproliferativo y trombos intraluminales
que se manifiesta con síndrome nefrótico. Existen otras
formas de daño renal más raras como ser la amiloidosis
asociada a discrasias de células plasmáticas, trombosis
microangipática y la invasión plasmocitaria renal. Debe
tenerse en cuenta que además existen otros factores que
contribuyen al daño cómo la hipercalcemia e
hiperuricemia.
Si bien
algunos datos del paciente me acercaron inicialmente al
diagnóstico (edad avanzada, eritrosedimentación elevada,
anemia e IRC con riñones de tamaño normal) la ausencia
del componente M en los proteinogramas, tanto de sangre
como de orina, me indican que no existe proliferación
clonal de plasmocitos lo cual me hace alejar este
diagnóstico por completo. Sin embargo, un concepto
interesante a tener en cuenta es que debe descartarse
siempre la presencia de mieloma múltiple ante cualquier
insuficiencia renal con proteinuria en personas de edad
avanzada.
La
glomerulosclerosis membranoproliferativa es otra
patología que puede asociar proteinuria intensa, incluso
de rango nefrótico, al hallazgo de GEN. Representa un
5-10% de los síndromes nefróticos de niños y adultos y
se caracteriza microscópicamente por proliferación de
células mesangiales y aumento de la matríz mesangial,
engrosamiento de la membrana basal, infiltrado
leucocitario y GEN (nódulos mesangiales).
Clínicamente se manifiesta por anemia normocítica
normocrómica desproporcionada al grado de insuficiencia
renal, síndrome nefrótico (o nefrítico en un 25%) e
hipocomplementemia (fundamentalmente a expensas de C3),
siendo ésta última una de las características más
relevantes. El diagnóstico se realiza a través de la
biopsia renal.
Si bien
este diagnóstico es atractivo, la edad del paciente, las
fracciones del complemento normales y los hallazgos
patológicos incompletos alejan este diagnóstico.
Luego de
este análisis debo concluir que estamos frente a un
paciente con hipertensión de largo tiempo de evolución,
por el daño de órgano blanco que se detectó durante la
internación, que presenta proteinuria por la
coexistencia de GEN. Quizá esta combinación tenga una
relación causal (GEN asociado a HTA) o sea un hallazgo
fortuito.
Más allá
de ésta situación, el paciente presenta registros
hipertensivos a pesar de estar medicado con 3 drogas y
presenta manifestaciones de daño reciente por ésta
(exudados retinianos). Si bien la HTA esencial podría
explicar los hallazgos, deberíamos plantearnos la
posibilidad de una causa secundaria de HTA. La
dos más comunes son la renovascular, fundamentalmente
por estenosis ateromatosa de la arteria renal y el
hiperaldosteronismo primario.
La
estenosis ateromatosa de arteria renal, se presenta
fundamentalmente en sujetos de edad avanzada con
antecedentes de HTA, diabetes miellitus y tabaquismo, y
representa un 3-5 % de las causas secundarias de HTA. No
siempre el hallazgo de estenosis es responsable de la
HTA refractaria, ya que puede ser un hallazgo en sujetos
normotensos y coexistir con HTA esencial. Debemos
sospecharla ante el inicio HTA antes de 30 o luego de
los 50 años, HTA resistente 3 drogas antihipertensivas a
dosis máximas y ante la presencia de retinopatía grave.
La aproximación diagnóstica se realiza a través de la
ecografía doppler de los vasos renales con una
sensibilidad del 88% y especificidad del 92%. Si existe
sospecha clínica y el estudio previo es positivo estaría
indicado realizar una arteriografía renal, la cuál no
solamente es diagnóstica sino terapéutica.
El
hiperaldosteronismo primario lo considero un diagnóstico
poco probable dado que nuestro paciente no posee
hipokalemia (si bien debemos recordar que hasta un 20 %
de los pacientes no tiene dicha alteración), alcalosis
metabólica ni ningún otro dato que sugiera la presencia
de ésta entidad.
Por lo
expresado, creo que la persistencia de HTA de difícil
manejo, estando con tres drogas antihipertensivas,
siendo una de ellas un diurético, considero probable la
presencia de una HTA secundaria sobreagregada a una HTA
esencial por lo cuál realizaría una ecografía doppler de
los vasos renales.
Como
conclusión, considero en primer lugar que todos los
hallazgos pueden ser explicados por la HTA (esencial o
secundaria) y la GEN asociada a HTA o idiopática.
En
cuánto a la conducta a seguir realizaría un ecografía
doppler de los vasos renales e intentaría retardar la
progresión de la enfermedad renal mediante:
·
Control
de la HTA:
en los pacientes con una proteinuria > a 1 g/ día el
objetivo terapéutico es lograr valores de presión
arterial menores a 125/75 mmHg,
mediante el uso de Inhibidores de la enzima convertidota
de angiotensina (IECA) y/o antagonistas del receptor de
angiotensina (ARA), calcioantagonistas y diuréticos.
·
Restricción moderada de las proteínas de la dieta,
adaptándolo a cada caso en forma individual y tratando
de evitar la desnutrición ya que ésta
última incrementa la mortalidad.
·
Otros elementos a tener en cuenta son: tratamiento de la
anemia si HB < 10 g/ Dl. o sintomática.
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