/  Rosario - Santa Fe - Argentina

 
 
     

¿Cómo manejar la anticoagulación en el período perioperatorio?
Autor:

Dr. Javier Montero
Residente de 3º año de Clínica Médica – Hospital del Centenario – Rosario
 


 

Coordinación:
 

Dr. Damian Carlson


 
 

 

 


 

Caso: Mujer de 46 años con antecedente de trombosis venosa profunda (TVP) hace dos meses, por lo que recibe tratamiento con acenocumarol 2 mg/día. Se interna para la realización de anexohisterectomía radical por carcinoma pavimentoso de cérvix estadio I b. RIN (rango internacional normatizado) al ingreso: 2,6.

¿Qué conducta debería tomarse con respecto a los anticoagulantes orales que venía recibiendo esta paciente?

 

 

Las intervenciones quirúrgicas generan un disbalance del sistema de coagulación que puede favorecer el desarrollo de trombosis y sangrados. Junto a los conocidos factores de riesgo clínicos como: inmovilidad, infecciones, cáncer y drogas, existen otros factores en el perioperatorio que interfieren con la coagulación tales como hipotermia, acidosis metabólica, expansión volumétrica y circulación extracorpórea.  Las horas que siguen al acto quirúrgico se caracterizan por un estado hipercoagulable e hipofibrinolítico que ponen al paciente en un riesgo mayor de tromboembolismo.

Los pacientes que ya están recibiendo anticoagulantes orales (ACO) y requieren cirugía presentan un mayor riesgo de hemorragia si estos no se suspenden, mientras que la interrupción de los mismos favorece el tromboembolismo venoso (TEV).

El manejo adecuado de esta situación requiere de un enfoque individualizado para cada paciente, para el que deben tomarse en consideración los siguientes aspectos. 

1.       Riesgo de tromboembolismo de la afección por la que se indicaron los ACO

2.       Riesgo de sangrado de los diferentes tipos de cirugía

 

El riesgo de tromboembolia

 

Está bien evidenciado que el acto quirúrgico eleva el riesgo de tromboembolismo venoso, ya que produce un estado de hipercoagulabilidad, sin embargo no se ha demostrado lo mismo en pacientes con riesgo de tromboembolismo arterial (TEA). Debido a esto, hay que diferenciar a aquellos pacientes con riesgo de TEV de aquellos con riesgo de TEA (fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca, válvula protésica cardiaca).

El riesgo de recurrencia de tromboembolismo venoso (TVP y/o TEP) durante los primeros tres meses del episodio agudo es alto, y alcanza el 50 %. Los ACO disminuyen este riesgo a un 8-10 % durante el primer mes, y a un 4–5 % durante el segundo y tercer mes del episodio. El riesgo de trombosis es considerado bajo para los eventos venosos  luego de los tres meses. Los ACO se suelen indicar de forma prolongada en las siguientes situaciones: 1) TEP o TVP recurrentes 2) cáncer activo 3) estados hereditarios de hipercoagulabilidad. La interrupción de la anticoagulación en estos pacientes se asocia con un incremento del riesgo de re-trombosis del 15 % anual. Los ACO reducirían este riesgo en un 80 %.

El riesgo de tromboembolismo arterial es más complejo de analizar debido a que se deben tener en cuenta varios factores.

En la fibrilación auricular no valvular (FANV) el riesgo global de embolismo sistémico es de 5% por año sin anticoagulación, pero se modifica en relación a la presencia o ausencia de otras enfermedades asociadas. Por ejemplo, en pacientes menores de 65 años y que no presentan otras comorbilidades este riesgo es de un 2% anual. En quienes padecen insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), hipertensión arterial (HTA) o diabetes (DBT) el riesgo de recurrencia se acerca al 8%, mientras que si existe el antecedente de accidente cerebrovascular (ACV) o accidente isquémico transitorio (AIT) el riesgo de recurrencia se eleva a  un 12% anual. Los ACO reducen a 1/3 (66%) el riesgo de recurrencia de estos eventos, excepto en aquellos pacientes menores de 65 años sin comorbilidades donde no se demostraron diferencias entre la aspirina a dosis bajas y la warfarina.

En la insuficiencia cardíaca se ha reportado un  incremento del riesgo de embolia de un 18% por cada 5% de disminución de la fracción de eyección. Los ACO reducirán el riesgo de ACV en un 81% (56% con AAS) en estos pacientes.

En  pacientes con prótesis valvulares cardíacas mecánicas, el riesgo anual de embolización es de 4% y se reduce a 0,7-1% con ACO (75%). Este riesgo se duplica si la  prótesis valvular es la mitral. En los pacientes portadores de prótesis biológicas el riesgo es muy bajo. En estos casos está indicada la anticoagulación en los primeros 3 meses posteriores a la colocación de la válvula.

El riesgo de trombosis es bajo en los pacientes con FA no valvular pero se eleva en aquellos que han tenido historia de embolismo, o que son portadores válvulas protésicas, sobre todo mitrales.

 

Riesgo de sangrado

 

Los factores que influyen en el riesgo de sangrado asociado al acto quirúrgico incluyen: tipo de cirugía, utilización de heparina post-quirúrgica, edad, presencia de otras enfermedades, intensidad y tiempo de anticoagulación oral y la utilización de otras drogas con efecto sobre la hemostasia. De estas variables, las dos primeras parecen ser las más importantes a considerar.

Las cirugías pueden dividirse en dos grupos:

1.       Cirugías mayores: SNC, torácicas, abdominales, pelvianas, amputación de miembros y  polipectomía endoscópica.

2.       Cirugías menores: biopsia cutánea, extracciones dentarias y las cirugías de catarata.

 

El riesgo de sangrado asociado a la utilización de heparina es variable. Su utilización pre-quirúrgica es improbable que provoque sangrado. El riesgo de sangrado con heparina endovenosa en un paciente con TVP es del 5 %, pero aumenta a 11 % en los primeros cinco días del período post-quirúrgico en cirugías con alto riesgo de sangrado. Se estima que la utilización de heparina EV en las 48 horas post-quirúrgicas aumenta la tasa de sangrado mayor en un 3 %.

 

Recomendaciones generales y específicas

 

En aquellos pacientes que reciben ACO y deben ser sometidos a cirugía se debe solicitar un RIN basal para evaluar la conducta a seguir con el anticoagulante.

  • Cuando está entre 2 y 3, se debe suspender 2 o 3 días previos a la cirugía para alcanzar RIN < 1.5.

  • Si el RIN es > 3, o se quiere llegar a un RIN normal, debe suspenderse entre 4 y 5 días antes. Si el día previo a la cirugía el RIN es de 1,8 por ejemplo, podría indicarse 1 mg  de vitamina K.

  • Cuando el RIN se encuentra por debajo de 2, el paciente se encuentra en una situación de anticoagulación subóptima. En este escenario, entra en juego la heparina pre y post-operatorias  en aquellos casos en donde esté indicado, como veremos más adelante.

 

Manejo del paciente con tromboembolismo venoso (TVP y TEP)

 

Durante el 1° mes el riesgo de recurrencia del evento tromboembólico es muy alto, por lo cual lo más conveniente es postergar la cirugía. En el caso que sea imperativa la indicación, siempre se debe usar la heparina EV antes y después de la cirugía. Se debe suspender el ACO 48 horas previas a la cirugía y cuando el RIN sea < 2, comenzar heparina sódica ev hasta 4-6 horas previas a la cirugía. Una vez realizada, reinstaurar la heparina sólo 12 horas después de una cirugía mayor, con controles estrictos del KPTT (hasta el doble del basal). Si se evidencia algún signo de sangrado (ej. caída del hematocrito, evidencia imagenológica de colección hemática con repercusión clínica, etc.) la actitud correcta es postergar el inicio de los ACO el mayor tiempo posible. Si no existen evidencias de sangrado, luego de 48 horas del acto quirúrgico,  puede reinstaurarse la administración del anticoagulante oral y suspender la heparina cuando se ha alcanzado el RIN de 2.

Durante el 2° y 3° mes el riesgo de recurrencia se reduce significativamente, ya que se ha demostrado que luego de 30 días el coágulo se ha organizado o se ha disuelto. Por lo tanto, la heparina sólo debe indicarse en el posquirúrgico, luego de las 12 horas como se indicó previamente.

Luego de los 3 meses, y en pacientes con indicación de ACO por largo tiempo, el riesgo de trombosis es bajo, por lo que la suspensión de los ACO dos días previos y la reinstauración dos días después de la cirugía, es lo deseable. Las heparinas de bajo peso y las vendas compresivas son la alternativa hasta alcanzar el RIN deseado.

 

 

nota: siempre se deben suspender los ACO 48 horas antes y reinstaurarse, si es posible, luego de 48 horas del acto quirúrgico.

 

 

 

 

Manejo del paciente riesgo de tromboembolismo arterial

 

En estos pacientes lo más importante es la valoración de la relación riesgo de  trombosis / riesgo de sangrado. Un concepto básico que no debe perderse de vista es el siguiente: “el riesgo asociado al tromboembolismo arterial  post-operatorio es menor que el riesgo de sangrado inducido por heparina en las cirugías mayores”. Es por esto que hay argumento suficiente para el uso de heparina EV en el pre-operatorio, si es necesario, pero no en el postoperatorio (excepto en cirugías menores).

En los procedimientos de bajo riesgo de sangrado (cirugías menores), se puede mantener un RIN de 1,5 intraprocedimiento. Si el riesgo de trombosis es bajo, los ACO se deberían suspender 2 días antes y reinstaurar 2 días después del procedimiento. En cambio, si el  riesgo de trombosis es alto es aconsejable realizar el acto quirúrgico con RIN terapéutico o subterapéutico (entre 2 y 1,5) y hacer heparina ev desde las 12 horas del post-operatorio hasta alcanzar nuevamente el RIN deseado. Los procedimientos odontológicos (extracción dental) pueden llevarse a cabo continuando el tratamiento con menor intensidad o suspendiendo la dosis del día previo y utilizando medidas hemostáticas locales (ácido épsilon-aminocaproico). Las endodoncias y periodoncias se deben manejar con medidas locales.

Los procedimientos con alto riesgo de sangrado deben realizarse con RIN normal (como máximo se permite un límite superior de 1.5) En estos casos si el riesgo de trombosis es bajo, la heparina profiláctica se debe suministrar en el post-operatorio hasta alcanzar el RIN deseado con los ACO. Si el riesgo de trombosis es alto, como en los pacientes con FA no valvular y eventos embólicos previos o con ICC concomitantes, enfermedad valvular reumática con FA y válvula protésica mitral, se debe utilizar heparina sódica EV hasta 4-6 hs previas al procedimiento y reiniciarla 12 horas luego de la cirugía, inicialmente en dosis profilácticas y, si no hay sangrado evidente, progresar la dosis hasta hacerla terapéutica. En estos casos es ideal la utilización de las heparinas de bajo peso molecular desde las 12 horas posterior a la cirugía, inicialmente en dosis profilácticas y luego en dosis terapéuticas. Se suspenderá la heparina una vez alcanzado el RIN deseado.

 

 

 

Nota 1: suspender ACO 48 hs antes y reinstaurar 48 hs después.

Nota 2: alcanzar un RIN subóptimo y durante este tiempo utilizar HBPM (Heparinas de Bajo Peso Molecular)

 

 

Nota (1): instalar el ACO cuando sea posible, nunca antes de las 48 horas. 

Nota (2): el ACO se reinstaura solo después de varios días (ej.: 5 días) de heparina a dosis terapéuticas sin evidencia de sangrado.

DT: dosis terapéutica.

 

 

Resolución del caso

 

Se suspendió el acenocumarol 3 días previos al acto quirúrgico (RIN prequirúrgico 1,3). Al no constatarse signos de sangrado clínicos ni de laboratorio, 12 horas luego de la intervención comenzó con heparina sódica ev a dosis terapéuticas y a las 48 horas reinició el tratamiento con acenocumarol sin complicaciones.

 

 

Bibliografía

  1. Managment of anticoagulation before and after surgery (NEJM;1997;336;1506-11)

  2. Care of patient receiving long-term anticoagulant theraphy (NEJM;2003;349;675-83)

  3. Managment of anticoagulation before and after surgery (Up to Date 12.1)

  4. Parodi, R; Greca, A. Anticoagulación. En: Battagliotti, C; Greca, A. Terapéutica Clínica. 1° edición. Rosario, Argentina: Corpus; 2005; 393-405.

 
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