¿Qué controles
se deben realizar durante los pulsos con corticoides?
El término
“terapia en pulsos” hace referencia a la administración
endovenosa discontinua de altas dosis de un fármaco en un corto
lapso de tiempo. La metilprednisolona es la glucocorticoide más
frecuentemente administrado de esta manera, usando dosis de
0,5-1 g/día (10-20 mg/Kg/día) por tres a cinco días
consecutivos, administrado en forma de infusión endovenosa en un
lapso de 3 a 6 horas.
Con el uso de
estas dosis suprafisiológicas (a veces denominadas “megadosis”)
se busca un efecto rápidamente antiinflamatorio e
inmunosupresor, útil en situaciones como nefritis lúpica,
pénfigo, rechazo agudo de transplante renal, neuritis óptica,
esclerosis múltiple y otras situaciones donde se debe poner un
freno brusco y consistente a la respuesta inmunológica.
A lo largo de
los años, esta terapia se ha asociado con variadas y frecuentes
reacciones adversas, incluyendo hipertensión, bradicardia,
hipokalemia, hiperglicemia e insomnio entre los más comunes.
Tales efectos adversos suelen ser de intensidad leve a moderada
y transitorios, por lo que usualmente la terapia con pulsos de
metilprednisolona se administra en la sala general con monitoreo
de signos vitales y laboratorio (ionograma y glicemia) intra-pulso
y post-pulso.
No obstante,
nuevas publicaciones y reportes de efectos adversos
potencialmente fatales hacen necesario poner especial énfasis en
el control de los mismos en determinadas situaciones.
La presión
arterial suele elevarse en forma constante, aunque rara vez
supera los valores de 180/110 mmHg, excepto en pacientes
hipertensos previos. De todas maneras, el control de la presión
arterial es recomendado en todos los pacientes que reciben
pulsos de metilprednisolona y el control de los valores de
presión arterial no representa un problema en la práctica
cotidiana a menos que el paciente se hipertenso grado II-III
previamente.
La arritmia más
frecuente suele ser la bradicardia sinusal (rara vez
sintomática), aunque se han reportados casos de fibrilación y
aleteos auriculares, taquicardia paroxística supraventricular,
ritmo de la unión AV y taquicardias ventriculares, que han
llevado en algunos casos a asistolia, shock cardiogénico y
muerte súbita. También se han visto síndromes coronarios agudos.
Estos eventos se han encontrado con mayor frecuencia en
pacientes con múltiples factores de riesgo cardiovascular o
cardiopatía estructural o funcional previa. En estos pacientes,
el monitoreo electrocardiográfico debería ser rutinario.
La hiperglicemia
suele ser una respuesta casi constante al uso de pulsos de
glucocorticoides, aunque en pacientes no diabéticos es de escasa
relevancia y transitoria, pudiendo observarse una normalización
espontánea de los valores pocas horas luego de finalizada la
terapia. En pacientes diabéticos, en cambio, los cambios de
glicemia suelen ser de mayor magnitud, pudiendo observarse a
veces incluso cetosis sin acidosis o cetoacidosis. Como es de
esperarse, un estricto monitoreo de glicemia y correcciones con
insulina es necesario en esta clase de pacientes. Algunos
autores sugieren que los controles de glicemia no serían
necesarios en pacientes no diabéticos.
La hipokalemia
que se constata se debe al aumento en la excreción de potasio a
nivel tubular distal que ejercen los corticoides, y requiere
control por laboratorio siempre que la terapia en pulsos sea
indicada. La incidencia de reacciones adversas secundarias a
tales modificaciones de la kalemia no está bien determinada,
pero es razonable realizar controles de ionograma sérico
posteriores a la infusión de metilprednisolona.
Los efectos
adversos neuropsiquiátricos son muy frecuentes, e incluyen
insomnio, euforia y depresión entre otros. No suelen ser de
gravedad, pero requieren alto nivel de sospecha para diagnóstico
y evaluación oportuna.
Otros efectos
adversos también conocidos aunque poco frecuentes son: edemas,
nerviosismo, psicosis, convulsiones, nauseas y vómitos,
distensión abdominal, epigastralgia, rubefacción facial
transitoria, disgeusia, parestesias distales, etc.
Conclusiones:
La terapia con
pulsos de metilprednisolona tiene variados y frecuentes efectos
adversos, aunque son en su mayoría de escasa significancia
clínica, haciendo que esta modalidad terapéutica sea en general
poco riesgosa.
Puede ser
administrada en sala general de internación, monitoreando
efectos adversos frecuentes como hipertensión, bradicardia,
hiperglicemia e hipokalemia con controles signos vitales y de
laboratorio intra-pulso y post-pulso.
No obstante, debido a los reportes de efectos adversos
cardiovasculares serios y potencialmente fatales, parece
razonable el monitoreo electrocardiográfico continuo en
pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular, o bien
con cardiopatía preexistente conocida. En estos casos es
necesaria la administración de los pulsos donde pueda
garantizarse el estrecho control de presión arterial y ECG, por
lo general en UCO o UTI.
Bibliografía:
-
R Kumari and S. S. Uppal. First report of supraventricular
tachycardia after intravenous pulse methylprednisolone therapy,
with a brief review of the literature. Rheumatol Int. 2005 Nov;
26(1):70-3.
-
P Hari, RN Srivastava. Pulse corticosteroid therapy with
methylprednisolone or dexamethasone. Indian J Pediatr. 1998
Jul-Aug;65(4):557-60.
-
P R Lyons, P K Newman, M Saunders. Methylprednisolone therapy in
multiple sclerosis: a profile of adverse effects. Journal of
Neurology, Neurosurgery, and Psychiatry 1988;51:285-287
-
Feldman-Billard, B. Lissak, R. Kassaei, R. Benrabah, E. Héron.
Short-term tolerance of pulse methylprednisolone therapy in
patients with diabetes mellitus. Ophthalmology, Volume 112,
Issue 3 , Pages 511 – 515.
-
Chibane S, Feldman-Billard S, Rossignol I, Kassaei R,
Mihoubi-Mantout F, Héron E. Short-term tolerance of three days
pulse methyprednisolone therapy: a prospective study in 146
patients. Rev Med Interne. 2005 Jan;26(1):20-6
-
J Akikusa, B Feldman, G Gross, E Silverman and R Schneider.
Sinus Bradycardia After Intravenous Pulse Methylprednisolone.
Pediatrics 2007;119;e778-e782.
- Guillén EL,
Ruíz AM, Bugallo JB.
Hypotension, bradycardia, and asystole after high-dose
intravenous methylprednisolone in a monitored patient.
Am J Kidney Dis.
1998 Jul;32(2)
|
Autores:
Dr.
Diego Bértola
Fecha de recepción: 20 de Setiembre de 2008
Fecha de Aceptación: 5 de Octubre de 2008
Correspondencia:
macarto@hotmail.com
Lugar: Servicio de Clínica Médica Hospital Provincial
del Centenario. Rosario. 1º Cátedra de Clínica Médica y
Terapéutica. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad
Nacional de Rosario. |
|