Prof. Dr. Alcides Greca

Profesor Titular de la 1ra Cátedra de Clínica Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario

 

 

 

 

Recuerdos y emociones: Diez años en la Cátedra

…sentir que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada…

Tango “Volver”
Carlos Gardel – Alfredo Le Pera

Mi relato será fiel a la realidad, o en todo caso,
a mi recuerdo personal de la realidad, lo cual es lo mismo.

“Ulrica”
Jorge Luis Borges

Por alguna extraña razón, los aniversarios terminados en cero, movilizan recuerdos y nos hacen proclive a los balances y a las reflexiones. Por otra parte, ya sabemos, a partir de los descubrimientos de la neurociencia, que los circuitos cerebrales de la memoria se encuentran íntimamente vinculados al sistema límbico, encargado de registrar y regular nuestra vida emocional. Es por ello que recordamos nítidamente todos aquellos hechos y circunstancias que vivimos con alegría, con dolor, con angustia, con entusiasmo.

Al estar escribiendo estas líneas, se están cumpliendo exactamente diez años de mi llegada a la 1ª Cátedra de Clínica Médica y Terapéutica de nuestra querida Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. A decir verdad, se trató un regreso, puesto que muchos años antes me había desempeñado en ella como docente, junto al Prof. Dr. Héctor Alonso, para luego trasladarme a la 2ª Cátedra acompañando al Prof. Dr. Carlos Battagliotti, como su profesor adjunto. Transcurrieron doce años y retorné, en enero de 2003, tras haber ganado el concurso de Profesor Titular, al Hospital del Centenario, en el que di mis primeros pasos en la docencia.

Tengo entre los más preciados recuerdos de mi vida médica, aquel reencuentro con compañeros de la primera época y también con un grupo de jóvenes entusiastas y particularmente talentosos. Eran tiempos algo turbulentos, con grandes cambios en ciernes. Por una parte, el inicio de una nueva currícula de grado, totalmente novedosa en la que nuestra asignatura se insertaba en un área mucho más amplia, que me tocó coordinar. Por otro, el reemplazo de la clásica residencia por una carrera de especialización de posgrado con una concepción ambiciosa y exigente.

Sentí desde un primer momento, que estos cambios radicales, tanto para los docentes de grado como para los de posgrado y los residentes, sumados a la presencia de un nuevo profesor, generaron perplejidades, incomodidades y resistencias, como siempre lo hacen los cambios.

Me propuse desde el primer día convocar a todos a desarrollar aquellos aspectos de la investigación, de la docencia y de la asistencia a pacientes, en los cuales se sentían más cómodos y con mayor interés. Pasado el período adaptativo, luego del impacto inicial, la respuesta no se hizo esperar. El Área Clínica Médica de la currícula 2001, tras sucesivas modificaciones y adaptaciones (en un proceso de permanente reevaluación y perfeccionamiento), ha ido consiguiendo un desarrollo cada vez más armónico y ordenado. Hoy podemos decir que hemos mejorado notablemente, con el aporte de todos, el cursado de los primeros años.

La carrera de posgrado, que ya tiene un grupo nutrido de graduados, varios de los cuales se han incorporado al cuerpo estable de docentes, ha reunido a siete hospitales de la ciudad y tengo la íntima convicción de que ha significado para todos un avance notorio en la calidad académico-asistencial.

Varios textos de la especialidad han visto la luz, con el aporte lúcido y con la experiencia de nuestro grupo de trabajo y también, con la incorporación de colaboradores destacados del país y del extranjero. Los colegas y los estudiantes los han recibido con gran interés y generosidad.

El sitio informático Clinica-UNR, que creamos en aquellos años primeros, se ha convertido en uno de los más visitados de la especialidad en lengua castellana y al igual que Medicina y Cultura, ha sido motivo de imitaciones por otros grupos, que nos llenan de orgullo. Sólo se imita lo que se siente valioso.

Hemos estrechado lazos entre la Cátedra y numerosas sociedades científicas, muy en especial con la Asociación de Medicina Interna de Rosario y con la Sociedad Argentina de Medicina, contribuyendo de esta forma a que la Medicina Interna rosarina, ocupe en el concierto nacional e internacional el lugar que merece.

Hemos dado lugar a los estudiantes de grado en la investigación clínica y trabajado año tras año con la Asociación Científica Rosarina de Estudiantes de Medicina, conformada por jóvenes llenos de inquietudes que se han volcado a la tarea propuesta sin ahorrar esfuerzos, como generalmente lo hacen los jóvenes cuando se sienten genuinamente convocados.

El Servicio de Clínica Médica del Hospital Provincial del Centenario ha ampliado considerablemente su presencia en la institución y disfruta de un generalizado prestigio y respeto, producto exclusivamente de un trabajo serio, silencioso y ético.

No es bueno, en ningún aspecto de la vida, proponerse objetivos demasiado enjundiosos. Es probable que si lo hacemos, nos veamos sumergidos en la frustración. Decía Alfredo Lanari que es posible sentirse satisfecho, cuando uno repasa su vida y puede decir simplemente, que ha hecho bastante. Siento satisfacción al mirar hacia atrás, al recordar los últimos diez años de mi vida académica.

Habrá advertido el lector que no se cuenta, entre mis múltiples defectos, la falsa modestia. Creo que me cabe el mérito de haber podido detectar los talentos que me rodean y haberles permitido desarrollarse. Pero tengo muy claro que sin ellos, nada de lo que hoy tenemos, orgullosamente, hubiera sido posible.

Voy al hospital todos los días con placer, disfruto del contacto con alumnos de grado y de posgrado y me entusiasman los nuevos proyectos de investigación y editoriales. Los momentos amargos que he vivido (que también existieron y no fueron pocos) tienden a desvancerse en mi memoria, como ocurre después de haber hecho realidad un viaje soñado, en que sólo lo hermoso permanece indeleble.

Miro al futuro con optimismo, a sabiendas de que inicio la etapa final de mi paso por la Universidad. En los años por venir, mi tarea fundamental será consolidar lo conseguido y contribuir a completar la formación de quienes habrán de sucederme.

Puedo decir que he hecho bastante, pero también que queda bastante por hacer.

Alcides A. Greca

 

 

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