¿Qué es el SIDA y
cómo se
transmite?
El SIDA (síndrome
de inmunodeficiencia adquirido) es una enfermedad causada por el
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que ataca y destruye
el sistema de defensas del organismo (sistema inmunitario).
Cuando éste se ve afectado se corre el riesgo de desarrollar
complicaciones graves que pueden comprometer la vida.
Sus orígenes se
remontan al año 1981, donde se comenzó a observar un aumento de
infecciones oportunistas en un grupo de varones homosexuales.
Hoy se sabe bien que no es la homosexualidad un factor de riesgo
en sí, sino que lo que favorece la infección es la promiscuidad
sexual sin protección y la transmisión parenteral (vía
inyectable) a partir de un portador del virus. Posteriormente,
en el año 1984, se logró aislar al virus causante de la
enfermedad.
El VIH se
transmite al practicar actos sexuales sin protección (es decir,
sin usar un condón o preservativo) con alguien que tiene el
virus (seropositivo). También al compartir agujas para
inyectarse drogas u otras sustancias con alguien que tiene el
VIH. Los bebés que nacen de mujeres con VIH también pueden
infectarse, aunque en la actualidad se ha disminuido
considerablemente este tipo de transmisión gracias al desarrollo
de esquemas de tratamientos y medidas antes y durante el parto,
por lo que el análisis de VIH se realiza en toda mujer
embarazada y de allí la importancia de que realicen
tempranamente el control de su embarazo. Aunque en el pasado se
podía adquirir el VIH durante una transfusión de sangre, en la
actualidad es improbable que uno se infecte de esa manera ya que
toda la sangre es previamente analizada en los bancos de
dadores.
Este virus no se
transmite simplemente trabajando o estando cerca de alguien que
es seropositivo, tampoco se propaga por picaduras de insectos, a
través de asientos de inodoros o por medio de actividades
cotidianas como compartir un vaso, bombilla, etc.
¿Cuál es la
diferencia entre la infección por VIH y el SIDA?
Cuando el VIH
entra en el cuerpo, infecta a un tipo de linfocitos denominado
CD4 y los destruye. Dichas células ayudan al organismo a
combatir infecciones y enfermedades. Por lo general la cuenta de
células CD4 en alguien que tiene un sistema inmunológico
saludable es de 500 a 1.800/mm3. Cuando disminuyen las células
CD4, el sistema inmunológico falla y no puede combatir las
infecciones y otras enfermedades denominadas oportunistas.
Cuando el recuento de células CD4 es menor de 200/mm3, se dice
que se tiene SIDA, también en casos de estar infectados por el
VIH y padecer de ciertas enfermedades marcadoras, como
tuberculosis o neumonía por Pneumocystis carinii, incluso si la
cuenta de células CD4 es superior a las 200/mm3.
¿Cómo se hace el
diagnóstico?
La prueba que
demuestra la infección por VIH es el test de ELISA (enzimo-inmuno-análisis)
de anticuerpos contra el VIH. Se realiza en unas horas y es muy
sensible para identificar VIH-positivos. Ante una resultado
positivo se procede a la realización de pruebas de confirmación,
como son el Western-blot (el método más utilizado), la
inmunofluorescencia indirecta y la radioinmunoprecipitación.
La prueba para el
VIH posee un período de ventana o falso negativo, que transcurre
desde la infección del individuo hasta la aparición de los
anticuerpos (seroconversión). Oscila entre las 3 y las 12
semanas, durante el cual una persona infectada por el VIH puede
contagiar a otras personas, aunque aún no sea detectable a
través de la prueba. Así, debemos tener en cuenta que después de
una práctica de riesgo es necesario consultar inmediatamente al
médico y advertirle esta situación, ya que deberá recurrirse a
otro tipos de pruebas diagnósticas que consisten en la búsqueda
directa de partículas del virus; las pruebas de detección
habitual serán negativas falsamente por el mencionado período
ventana, que puede llegar a ser de hasta tres meses luego de la
transmisión del virus.
¿Qué significa un
resultado positivo?
Un resultado
positivo no significa necesariamente que la persona tenga SIDA,
sino que es seropositiva. Es decir que está infectada por el
VIH, es portadora y lo puede transmitir a otras personas.
¿Donde hacerse la
prueba?
La prueba es gratuita a través del sistema público y puede
realizarse tanto en los centros de atención primaria como en los
centros hospitalarios y sanatoriales.
¿Cuáles son los
síntomas de la infección por el VIH?
No existen síntomas específicos cuya presencia permita confirmar
por sí misma la existencia de infección por el virus del SIDA.
La única forma real de saber si una persona se ha infectado o no
es mediante la realización de una prueba específica frente al
VIH, de allí la importancia de realizarse el análisis de
detección y conocer nuestro estado frente al virus, lo que
resulta útil no sólo para uno mismo sino para la comunidad.
¿Qué hacer ante un
accidente laboral?
A pesar de que el
riesgo promedio para la infección del VIH después de la
exposición a sangre infectada se ha calculado en 0.3%, los
factores de riesgo no están del todo definidos. La herida
profunda con aguja visiblemente contaminada con sangre de un
paciente VIH positivo y la exposición a sangre de paciente con
SIDA, parecen ser los más significativos. Para aquellos
trabajadores expuestos a contaminación con sangre de un paciente
VIH positivo o no, se recomienda consultar de inmediato a un
profesional médico, quien le indicará realizar pruebas
diagnósticas e iniciar un tratamiento profiláctico adecuado.
¿Qué hacer si se
ha infectado?
Consultar a su
médico que lo orientará, y evaluará según su estado clínico,
nivel de defensas, cantidad de virus en la sangre (carga viral)
y otros medios complementarios la necesidad o no de recibir un
tratamiento inmediato. El tratamiento consiste fundamentalmente
en medidas de profilaxis para evitar determinadas infecciones,
el tratamiento de complicaciones si ya están presentes y la
terapéutica específica contra el VIH, denominada antirretroviral.
A través de los
años, se ha logrado mejoras sustanciales tanto en la tolerancia
(disminución en el numero de pastillas que deben tomarse, menos
efectos indeseables) como en los resultados, lográndose en un
alto porcentaje de casos la disminución da la carga viral a
niveles no detectables como también la recuperación del sistema
de defensa (sistema inmune). Así se obtiene una calidad de vida
normal de los pacientes infectados, y la esperanza de convertir
a esta infección en una enfermedad crónica, que si bien aún no
se puede curar si se puede controlar, dependiendo el éxito en
gran medida de la adherencia del paciente, es decir del
cumplimiento estricto de las pautas de tratamiento a lo largo
del tiempo.
Los avances que se
han alcanzados son sorprendentes y significativos, y en todo el
mundo se están realizando esfuerzos para combatir esta
enfermedad, desde medidas de prevención, como desarrollo futuro
de vacunas y de nuevos tratamientos.
¿Cómo protegerse
de la infección?
Las formas de
protección más importantes son:
-
EL USO DE
PRESERVATIVO EN FORMA SISTEMÁTICA EN TODO CONTACTO SEXUAL
QUE NO SEA DE UNA PAREJA INDUDABLEMENTE MONOGÁMICA
CONSTITUIDA POR DOS SUJETOS DEMOSTRADAMENTE SERONEGATIVOS
(NO INFECTADOS)
-
EL USO DE
AGUJAS DESCARTABLES EN TODOS LOS CASOS Y NUNCA COMPARTIR
AGUJAS.
-
SÓLO ACEPTAR
TRANSFUSIONES PROVENIENTES DE BANCOS DE SANGRE RECONOCIDOS
QUE INVESTIGUEN ADECUADAMENTE EL VIRUS.
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