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Venous thromboembolism prophylaxis and treatment in patients with acute stroke and traumatic brain injury

Mervyn D.I. Vergouwen, Yvo B.W.E.M. Roos and Pieter W. Kamphuisen.

Current Opinion in Critical Care 2008, 14:149– 155.

 

 

Existen situaciones de alto riesgo clínico para el desarrollo de TVP/TEP en las cuales la indicación de medicación anticoagulante, aún a bajas dosis constituye un verdadero dilema para el médico tratante.

El ACV isquémico en su fase aguda, el ACV hemorrágico y la injuria cerebral traumática constituyen verdaderos ejemplos de la situación arriba mencionada.

Este artículo de revisión repasa los trabajos más importantes relacionados con la prevención y el tratamiento de la TVP/TEP en el ACV isquémico, hemorrágico y en la injuria cerebral traumática, para finalmente esbozar algunas pautas de manejo que podrían ser de utilidad en la práctica diaria.

La incidencia de TVP en pacientes con stroke agudo ronda según distintos estudios entre un 1 y un 5%. Por otro lado para el TEP se menciona una incidencia de 0 a 5%. Este porcentaje aumenta cuando se consideran además los episodios de TVP asintomáticos. A su vez la incidencia de TEP es mayor en stroke hemorrágico que en isquémico. La edad avanzada y un escore de severidad según el Índice de Barthel bajo, constituyen los dos factores de riesgo más importantes para TVP en pacientes con stroke. Asimismo se menciona que el 25% de las muertes en pacientes con stroke agudo que no reciben tromboprofilaxis se deben a TEP. En pacientes con injuria cerebral traumática los datos son más difíciles de analizar dada la frecuente asociación con traumatismos concomitantes en otras regiones.

Luego de analizar los distintos trabajos publicados en relación a este tema los autores recomiendan:

1)       Profilaxis  en stroke isquémico agudo: Movilización temprana si es posible. En caso de inmovilidad usar bajas dosis de heparinas de bajo peso molecular. Si existe contraindicación para el uso de anticoagulantes se debería recurrir a compresión neumática intermitente.

2)       Profilaxis en stroke hemorrágico agudo: Compresión neumática intermitente en caso de hemiparesia. Considerar bajas dosis de heparinas de bajo peso molecular o heparina no fraccionada a partir del 3-4 día del evento y siempre y cuando se haya documentado el cese del sangrado a través de una nueva tomografía.

3)       Profilaxis en injuria cerebral traumática: Medias elásticas de compresión graduada o compresión mecánica intermitente hasta la deambulación en asociación con bajas dosis de heparinas de bajo peso o heparinas no fraccionadas. Sugieren que el inicio de la heparina sea a partir de las 24 horas posteriores a la injuria o la cirugía y previa documentación del cese del sangrado.

4)       Para el tratamiento de la TVP aislada sin TEP para cualquiera de las situaciones planteadas sugieren comenzar con bajas dosis de heparinas de bajo peso o no fraccionadas y considerar la colocación de un filtro en vena cava inferior. El inicio de la anticoagulación plena debería hacerse sobre una base individual y luego de varias semanas del inicio del stroke agudo o de la injuria cerebral traumática. Aún en pacientes con stroke isquémico agudo de origen cardioembólico la anticoagulación plena debería posponerse al menos por 14 días por el riesgo de transformación hemorrágica.

5)       Si se confirma el TEP la colocación de un filtro  en vena cava se impone y debería considerarse la anticoagulación a dosis plenas, aunque el momento del inicio de ésta, debería evaluarse para cada caso en forma particular.

 

Los médicos que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a la actividad asistencial solemos sentirnos más seguros en nuestra práctica diaria cuando para cada caso que se nos presenta tenemos alguna  “guidline” salvadora que nos definirá el camino a recorrer para llegar a buen puerto.

No deberíamos cansarnos de decir que las guías de diagnóstico o tratamiento no son más que lineamientos generales. Es un error pensar que el conocer al detalle cada una de las guías y aplicarlas en forma sistemática a cada uno de nuestros pacientes redundará en mejores resultados. Las guías o recomendaciones hay que conocerlas pero la capacidad para adaptar esos lineamientos generales  a las características individuales de cada uno de nuestros pacientes es lo que nos permitirá obtener los mayores beneficios. Esto viene a cuento en relación a que cuando uno lee el encabezado de artículos como el aquí desarrollado cree tener la solución mágica para una situación por demás compleja. Pero seguramente cuando estemos ante situaciones como las aquí planteadas la mejor opción para nuestro paciente resultará, no de las recomendaciones finales que nos hacen los autores sino de la combinación de éstas, con el sentido común más el conocimiento acabado de las características individuales de cada uno de nuestros pacientes.

 

Comentario: Dr. Sebastián Reynoso. Médico especialista en Clínica Médica. Ex Jefe de Residentes Clínica Médica - Hospital Provincial del Centenario - Rosario. Médico de planta Terapia Intensiva Hospital Zonal de Trelew (Chubut),

Recibido: 10 de Abril de 2008

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