Introducción
Se tiene la idea de que los alimentos
naturales o las hierbas, son sanos y seguros, pero no es
así. Debe recordarse que no todas las sustancias
naturales son necesariamente inocuas. Con mayor
frecuencia de lo que nos imaginamos, muchos de ellos
como el jugo de pomelo, el jugo de arándano o la hierba
de San Juan (Hypericum perforatum) pueden
interactuar en el metabolismo de medicaciones que fueron
prescriptas y desencadenar reacciones adversas, algunas
de ellas severas y peligrosas.
En
este artículo nos referiremos al jugo de pomelo, que es
un alimento de uso frecuente en nuestra alimentación,
que interactúa con drogas de empleo corriente en la
práctica clínica, como fármacos utilizados en problemas
comunes como la hipertensión arterial, la
hipercolesterolemia, la depresión, la impotencia entre
otros, aumentado el riesgo de toxicidad y efectos
adversos. El jugo de pomelo, cítrico de bajas calorías,
rico en vitamina C, potasio y fibras, ha demostrado
tener un efecto preventivo en muchas enfermedades
crónicas, como el cáncer y la enfermedad cardiovascular,
incluso ha sido recomendado por la
American Heart Association en
la “Campaña de Corazón Saludable”.
En el año 1989, Bailey DG1
publicó el primer artículo que señalaba la interacción
entre el jugo de pomelo y una droga. Fue un hallazgo
impensado cuando estudiaba el efecto hemodinámico de la
felodipina y etanol y se utilizó jugo de pomelo para
enmascarar el sabor de este último. El descubrimiento de
esto y otras interacciones clínicamente significativas,
conjuntamente con el uso bastante frecuente del jugo de
pomelo, hace necesario que el médico conozca
adecuadamente los medicamentos que prescribe y las
interacciones de los mismos con la dieta de su paciente,
para que el mismo no incurra en la inclusión del pomelo
en su dieta y pueda reemplazarlo por otras frutas
cítricas.
Las drogas
para las que se ha demostrado una interacción son más de
40.
Entre
ellas:
Antagonistas
del calcio, del tipo de las dihidropiridinas (felodipina,
nicardipina nifedipina nimodipina, nisoldipina,
amlodipina), benzotiazepinas (diltiazem) y
fenilalquilaminas (verapamil) Inhibidores de la
reductasa HMG-CoA (atorvastatina, simvastatina y
lovastatina). Inmunosupresores (ciclosporina, tacrolimus).
Drogas psiquiátricas (diazepan, midazolam, triazolam,
buspirona, carbamazepina). Procinéticos (cisaprida).
Antialérgicos (ebastina, terfenadina, fexofenadina).
Antiarritmicos (amiodarona, disopiramida, quinidina).
Inhibidores de la proteasa (saquinavir). Antagonistas
del receptor de angiotensina (losartan) y otros
(metadona, sidenafil).2,3,4,5 También se ha
reportado interacción del jugo de pomelo como
itraconazol, etinilestradiol y posiblemente con
sertralina.6
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