Discusión del
caso clínico
Dr. Nicolás
Frigieri
En esta oportunidad voy a discutir el
caso de una paciente con antecedente de asma en la
infancia, tabaquista de jerarquía con diagnóstico de
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) hace 6
años, que se internó en esta ocasión por un cuadro de
tos con expectoración hemoptoica y disnea, asociado a
infiltrados radiográficos pulmonares bilaterales, que
presenta durante la internación un descenso
significativo del hematocrito. Debido a esto se solicitó
una TAC alta resolución de tórax la cual mostró
imágenes de consolidación parcheadas de base a vértices
distribuidas en forma difusa en ambos campos pulmonares
con engrosamiento de las paredes bronquiales,
broncográma aéreo y patrón en vidrio esmerilado. En la
broncofibroscopia se observa abundante débito
sanguinolento, y en los cultivos de esputo y esputo
post-BAL se informó el crecimiento de Pseudomona
aeruginosa y Acinetobacter baumannii. Resulta
llamativo que este cuadro se acompaña de resultados en
el laboratorio inmunológico negativos. Tomaremos todos
estos datos para realizar el análisis del caso clínico
en fin de explicar la etiología del cuadro de nuestra
paciente.
Si tenemos en cuenta que la paciente presenta un cuadro
de más de 7 días de evolución de tos, disnea,
expectoración hemoptoica, hipoxemia, infiltrados
bilaterales en la rx de tórax y que en el BAL se
constató la presencia de sangre, podemos decir que nos
encontramos ante una hemorragia alveolar difusa.
Dentro de las causas de hemorragia alveolar difusa, las
dividiremos en aquellas que presentan capilaritis (vasculitis)
y las que no presentan capilaritis. Las vasculitis más
frecuentes que afectan al pulmón son la enfermedad de
Goodpasture, la granulomatosis de Wegener, la
poliangeítis microscópica, y las vasculitis pulmonares
asociadas al Lupus Eritematoso Sistémico. En lo que
respecta a las causas de hemorragia alveolar sin
capilaritis hay que considerar numerosas entidades
infecciosas, pero teniendo en cuenta el contexto clínico
de nuestra paciente nos referiremos a la neumonía
necrotizante.
Hay un dato a tener en cuenta en los antecedentes de
nuestra paciente, que es el diagnóstico de EPOC que
presenta. La EPOC es una causa mayor de morbilidad y
mortalidad a nivel mundial, y se espera que para el año
2020 sea la tercera causa de muerte en el mundo. Con
respecto a las exacerbaciones de esta entidad, se sabe
que aproximadamente el 80 % de los casos son de
etiología infecciosa y que el resto de los episodios se
cree que se deben a la exposición de contaminantes
ambientales. La causas infecciosas más frecuente son las
producidas por bacterias, las que representan el 50% del
total de las infecciones, siendo el Haemophilus
influenzae el germen más prevalente (20-30%). La
infección por Pseudomona aeruginosa tiene
una prevalencia que varía entre un 5- 10% de los casos,
presentándose generalmente en pacientes con estadios de
su EPOC avanzada. Los factores de riesgo para
desarrollar infecciones por este germen son el
tratamiento antibiótico en los 4 meses previos, el
tratamiento prolongado con corticoides, la presencia de
más de 4 reagudizaciones en el último año y una
obstrucción grave al flujo aéreo (VEF1 < 50%
del teórico). Ninguna de esas condiciones se presenta en
nuestra paciente, excepto posiblemente la última de
ellas. No obstante, el cultivo de esputo fue positivo
para Pseudomona aeruginosa. Asimismo, luego de la
realización del BAL, en la muestra de esputo posterior a
esta técnica obtuvimos el crecimiento de un
Acinetobacter baumannii, por lo que me pregunto
si la causa de hemorragia alveolar difusa que nuestra
paciente presenta es secundaria a una neumonía
necrotizante por bacilos Gram negativos no
fermentadores.
En lo que respecta a las neumonías por bacilos Gram
negativos no fermentadores, estas se dan
principalmente en pacientes inmunodeprimidos severos
como son los pacientes con HIV o neutropénicos febriles,
sin embargo puede afectar a individuos inmunocompetentes,
y sobre todo a pacientes con estadios de EPOC avanzados.
Imagenológicamente se caracterizan por presentar
infiltrados reticulonodulares difusos bilaterales, con o
sin derrame pleural, y es muy raro que den imágenes de
consolidación lobar, como se ve habitualmente en las
neumonías por otros gérmenes. Ahora bien cuando hay
cuando hay diseminación hematógena del bacilo en las
primeras 24-48 hs hay infiltrados alveolo intersticiales
difusos. Los cambios más tardíos se deben a imágenes
cavitadas con necrosis las cuales originan sangrados
pulmonares. Un trabajo de investigación retrospectivo en
el cual se analizaron casos de neumonía por A.
baumannii, se compararon los casos adquiridos en la
comunidad versus los casos adquiridos en nosocomios
(estos últimos eran usualmente asociados a ventilación
mecánica invasiva). En él se vió que la neumonía por
A. baumannii adquirida en la comunidad era una
enfermedad fulminante en muchos casos, con cuadros de
gran repercusión hemodinámica, que afectó principalmente
a individuos EPOC severos, causando en la mayoría de los
casos cuadros de síndrome de distrés respiratorio. Los
datos analizados revelaron una mortalidad del 58% en los
casos adquiridos en la comunidad, contra un 35% en los
casos intrahospitalarios, contrariamente a los que puede
suponerse.
En lo que hace a las muestras de esputo que se
cultivaron en nuestra paciente, las recomendaciones de
toma de muestra según la Sociedad Americana de
Enfermedades Infecciosas (IDSA) y la Sociedad Americana
de Tórax (ATS) sugieren realizar cultivos de esputo
a todos los pacientes que ingresen a unidades de
cuidados intensivos, en casos de falta de respuesta al
tratamiento antibiótico, en pacientes con abuso activo
de alcohol, derrame pleural, lesiones cavitadas en
pulmón y enfermedad obstructiva severa. Como vemos en la
lista de recomendaciones claramente en nuestra paciente
la muestra de esputo fue correctamente indicada. En lo
que respecta a la muestra de esputo post-BAL, no existen
trabajos que muestren resultados acerca positividad de
aislamiento en pacientes con neumonía aguda de la
comunidad. Si extrapolamos el buen rédito diagnóstico
que se obtiene por esta técnica en neumonías por
Pneumocystis jiroveci y en tuberculosis, podríamos
suponer que la sensibilidad y la especificidad de esta
técnica es superior a la muestra de esputo espontánea, y
explicar de esa forma los gérmenes aislados en nuestra
paciente. Considero relevante la presencia de estos
microorganismos, debiendo realizarse una terapéutica
específica contra los mismos (tal como se la hizo).
Repasando la evolución de la paciente, luego de comenzar
con la terapéutica antibiótica adecuada según la
sensibilidad de los gérmenes aislados, ésta presentó un
empeoramiento clínico e imagenológico a pesar de la
misma. Me pregunto entonces si realmente se trata sólo
de un cuadro infeccioso, o bien de un proceso
inflamatorio no infeccioso. Otra opción a considerar es
la sobreinfección de un pulmón previamente enfermo.
También se debe considerar la posibilidad de que el
tratamiento inmunosupresor haya favorecido una infección
severa y progresiva.
Al inicio de la discusión nombré las causas de
hemorragia alveolar difusa asociada a vasculitis.
Entre las vasculitis que más frecuentemente afectan al
pulmón se encuentra la enfermedad de Goodpasture, la
granulomatosis de Wegener y la Poliangeítis
Microscópica. La fisiopatología de la lesión capilar se
caracteriza por presentar un infiltrado de neutrófilos
que producen lesión con necrosis de intersticio
necrosando luego al capilar alveolar, produciendo el
vuelco de glóbulos rojos al alveolo. Si bien estas
patologías se acompañan generalmente de hallazgos a
nivel del laboratorio inmunológico y de compromiso
sistémico, nuestra paciente no presentaba ninguna de las
anteriores. Por ende, debemos considerar la posibilidad
de una hemorragia alveolar difusa secundaria a
vasculitis, a pesar de tener un laboratorio inmunológico
normal y no presentar afectación sistémica. Esto es
posible y bien conocido, en casos enf. de Goodpasture (anti-MB)
limitada al pulmón, capilaritis pulmonar aislada
asociada a ANCA-P, capilaritis pulmonar sin
autoanticuerpos y en la Hemosiderosis pulmonar
idiopática.
En una revisión de casos de enfermedad de Goodpasture
limitada al pulmón en pacientes en los cuales el
diagnostico de esta entidad se realizó mediante biopsia
pulmonar, se vio que la enfermedad puede presentarse
como cuadros de hemorragia alveolar difusa sin
compromiso renal (glomerulonefritis), casos en los
cuales los anticuerpos anti-MB séricos fueron negativos.
Algo similar sucede con la capilaritis pulmonar
aislada asociada a ANCA-P, la cual es una vasculitis
limitada al pulmón y que no forma parte de los síndromes
vasculíticos usuales. En estos pacientes se vio que en
aquellos que presentaron hemorragia alveolar difusa
asociada a capilaritis pulmonar con dosaje de ANCA-P
séricos negativos en un seguimiento de los mismos por un
periodo de 4 años, ninguno de éstos presento signos de
compromiso sistémico. Es decir, es posible la afectación
vascular pulmonar aislada y frecuentemente ésta ocurre
en presencia de un laboratorio inmunológico negativo.
Otra opción sería que el tratamiento con corticoides
previos a los pulsos hayan producido el descenso de
autoanticuerpos y el laboratorio sea un falso negativo
(no obstante, la dosis de hidrocortisona no era tan
alta, solamente 400 mg/d). El tratamiento para las
entidades anteriormente descriptas es la realización de
pulsos de metilprednisolona a dosis de 1 g/d por 3 días,
y en casos en los cuales se compruebe la presencia de
vasculitis asociada a anticuerpos anti-MB y que no
respondan a los corticoides, estaría indicada la
adyuvancia con ciclos de plasmaféresis. La
Hemosiderosis pulmonar idiopática es una entidad de
etiología desconocida que se presenta generalmente en la
primera década de la vida. Tiene una gran asociación a
enfermedad celíaca presentando niveles de Ig A séricos
elevados. Si bien solo voy a citar esta entidad como un
posible diagnóstico diferencial más, creo que hay otras
causas más probables que justifiquen el cuadro clínico
de nuestra paciente.
Como conclusión creo que estamos frente a un cuadro
grave, que afecta a una paciente EPOC severa, con un
daño pulmonar previo seguramente importante. En lo que
hace a la etiología de la hemorragia no puedo asegurar
que la misma sea infecciosa o bien producida por una
vasculitis limitada al pulmón con laboratorio
inmunológico negativo (per se o bien por el uso de
corticoides previos). Sin poder asegurar una etiología
sobre la otra (no olvidemos que muchas veces las
infecciones gatillan respuestas autoinmunitarias), creo
que el manejo realizado fue el apropiado, cubriendo los
gérmenes aislados en su momento, y realizando el pulso
con corticoides cuando la paciente empeoró a pesar del
tratamiento antibiótico, encontrándose comprometida la
vida. Es un caso clínico hay más interrogantes que
certezas, en el que dificultosamente se llegue al
diagnóstico etiológico.
Bibliografía
1.
Collard, HR, Schwarz, MI. Diffuse alveolar hemorrhage.
Clin Chest Med 2004; 25:583.
2.
Global strategy for the diagnosis, management and
prevention of COPD, Global Initiative for Chronic
Obstructive Lung Disease (GOLD) 2007.
3.
Mandell, LA, Wunderink, RG, Anzueto, A, et al.
Infectious Diseases Society of America/American Thoracic
Society consensus guidelines on the management of
community-acquired pneumonia in adults. Clin Infect Dis
2007; 44 Suppl 2:S27
4.
Gaynes R, Edwards JR.
Overview of nosocomial infections caused by
gram-negative bacilli. Clin Infect Dis 2005; 41:848.
5.
Franks, TJ, Koss, MN. Pulmonary capillaritis. Curr Opin
Pulm Med 2000; 6:430.
6.
Travis, WD, Colby, TV, Lombard, C, Carpenter, HA. A
clinicopathologic study of 34 cases of diffuse pulmonary
hemorrhage with lung biopsy conformation.
Am J Surg Pathol 1990; 14:1112
7.
Ioachimescu, OC, Sieber, S, Kotch, A. Idiopathic
pulmonary haemosiderosis revisited.
Eur Respir J 2004; 24:162.
|
|
Discusión |
La discusión de este seminario
corresponde al 16 de septiembre de 2010, a cargo del
Dr. Nicolás Frigieri. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|