Diagnóstico
Cuando sospechamos clínicamente una MII,
se solicitarán las siguientes pruebas para confirmar el
diagnóstico: determinación sérica de enzimas musculares,
EMG y biopsia muscular. No obstante, se puede
diagnosticar una DM sin necesidad de biopsia muscular,
cuando existen lesiones cutáneas específicas.
En las MII, se suelen detectar
concentraciones séricas elevadas de creatincinasa (CK),
aldolasa, transaminasas (AST, ALT) y lactato
deshidrogenasa (LDH), pero sólo la CK es específica para
el músculo. Sin embargo, un 10-20% de pacientes tienen
enzimas musculares normales. La aldolasa puede elevarse
en trastornos hematológicos y hepáticos. Estos últimos
también provocan elevaciones de las transaminasas. La
hipoxia, los traumatismos musculares (incluyendo
inyecciones intramusculares o EMG), el ejercicio
vigoroso o ciertos fármacos aumentan las concentraciones
de CK. Una elevación aislada de CK en un paciente que no
tiene debilidad muscular ni lesiones cutáneas no
requiere, por lo general, una evaluación extensa. Se
debe repetir la determinación y considerar causas
elementales como la administración de una inyección
intramuscular o el ejercicio. Algunas personas sanas
tienen elevaciones moderadas de enzimas musculares. Si
la CK está elevada varias veces por encima del límite
superior de la normalidad, es probable que exista un
trastorno muscular.
Los anticuerpos antinucleares (ANA) son
positivos en más de la mitad de los casos de DM o PM
(20% en MCI), lo cual, aunque sugestivo de un proceso
autoinmune, no es útil para el diagnóstico. Sí tiene
mayor interés la presencia, en el 20% de los pacientes,
de autoanticuerpos dirigidos contra ribonucleoproteínas
citoplasmáticas, conocidos como anticuerpos específicos
de miositis. Los antígenos contra los que van dirigidos
definen subgrupos de pacientes con diferentes
características clínicas y pronósticas (Tabla 1).
Tabla 1: Autoanticuerpos específicos de miositis
Autoanticuerpos |
Datos clínicos |
Pronóstico |
Aminoacil-tRNA sintetasa (p.ej. anti-Jo1), 20%
de los pacientes |
Inicio agudo
Enfermedad pulmonar intersticial
Artritis
“Manos de mecánico”
Raynaud |
Variable |
Partícula reconocedora de señales (anti-SRP),
<5% de pacientes |
Inicio hiperagudo
Afectación cardiaca
Inicio en otoño |
Pobre; mortalidad 75% a los 5 años |
Helicasa
nuclear (anti-MI2), 10% de pacientes |
Dermatomiositis
Erupción “en mantón”
Hipertrofia cuticular |
Bueno |
Anti-caDM-140 |
Dermatomiositis amiopática
Enfermedad pulmonar intersticial |
- |
En las MII, el EMG será compatible con
un proceso miopático activo, aunque en la MCI también se
observan datos de neuropatía concomitante. No obstante,
el EMG es normal en el 15% de los casos de MII. La RM es
una técnica sensible para detectar inflamación muscular
(especialmente indicada si el paciente tiene enzimas
musculares normales) y puede ser útil para ayudar a
seleccionar el lugar idóneo de una biopsia. También el
EMG puede sugerir cuál es el músculo apropiado que debe
biopsiarse. Dado que esta prueba puede inducir áreas
locales de inflamación se debe realizar en un lado del
cuerpo, reservando el otro hemicuerpo para la biopsia.
Generalmente, se requiere una biopsia
muscular para confirmar el diagnóstico de MII. Se suelen
tomar varias muestras ya que la afectación puede ser
parcheada. Es por ello que una biopsia negativa no
excluye el diagnóstico de MII (10-25% de falsos
negativos), particularmente si la muestra ha sido
insuficiente o si no se ha seleccionado un músculo
afectado clínicamente. Generalmente se biopsia el
deltoides, el bíceps humeral o el cuadriceps. En la DM
hay inflamación perivascular, reducción del número de
capilares, depósito de complejo terminal del complemento
(SC5b-9) en las paredes vasculares y atrofia
perifascicular. Esta última, consistente en dos a diez
capas de fibras atróficas en la periferia de los
fascículos (secundaria a microinfartos) es, incluso en
ausencia de inflamación, diagnóstica de DM. Una biopsia
cutánea puede distinguir una DM de otros trastornos
papuloescamosos, pero no de un lupus cutáneo. En la PM
existen infiltrados linfocitarios multifocales (CD8+)
que rodean e invaden las fibras musculares sanas que
expresan antígenos MHC de clase I (complejos CD8+/MHC-I).
Si además de inflamación existen vacuolas
citoplasmáticas con depósitos granulares basofílicos en
los bordes (vacuolas ribeteadas) que contienen amiloide,
el diagnóstico de MCI es muy probable. Las biopsias
musculares se deben procesar “en fresco” para realizar
histo e inmunohistoquímica. En ocasiones, puede ser
necesaria una segunda biopsia muscular si la primera no
es diagnóstica y la sospecha clínica de MII es muy
elevada.
En la Tabla 2 se resumen los criterios
diagnósticos de una MII.
Tabla
2: Criterios diagnósticos de una miopatía inflamatoria
idiopática*
Biopsia muscular con evidencia de miositis |
Elevación de enzimas musculares (CK, aldolasa,
LDH, AST, ALT) |
EMG compatible con miopatía |
Erupción cutánea típica de DM |
*Diagnóstico definitivo = 4 criterios; diagnóstico
probable = 3 criterios;
diagnóstico posible = 2 criterios
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