LES e
Infecciones:
Es bien conocido que existe una importante relación entre LES
e infecciones. Según algunos trabajos, como el de M.
Petri (5)
las infecciones constituyen la principal causa de
morbimortalidad y son responsables del 33% de las
muertes de los pacientes con LES. En la serie de R.
Cervera (2)
36% de
1.000 pacientes lúpicos presentaron infecciones durante
un período de seguimiento de 10 años, y fueron
responsables del 25% de las muertes.
Ahora bien, ¿por qué son frecuentes las infecciones en los
pacientes con LES? El lupus es una causa reconocida de
inmunodeficiencia secundaria en sí mismo. Entre las
alteraciones de la inmunidad detectadas podemos
mencionar: linfopenia
de linfocitos T (especialmente CD4+), descenso en la
producción de citoquinas (IL2 y IFN-gamma), sensibilidad
cutánea retardada marcadamente disminuida,
hiper, hipo o disgammagobulinemia, disminución en
el número de células “natural killer” (NK), disminución
en la capacidad de fagocitosis, presentación de
antígenos, producción de citoquinas y depuración de
complejos inmunes de los macrófagos y por último,
también se ha observado un descenso en el número y
función de los neutrófilos. Como vemos en el LES es
posible detectar alteraciones tanto de la inmunidad
específica como inespecífica, de la inmunidad celular,
humoral como así también de la función fagocítica
(6). Además de la enfermedad en sí misma, estos
pacientes presentan otros factores de inmunodepresión,
como por ejemplo, tratamientos con corticoides o con
inmunosupresores, complicaciones de la enfermedad como
la insuficiencia renal crónica, la hemodiálisis, las
internaciones repetidas, las lesiones cutáneas o
mucosas, etc.
En cuanto a las infecciones más frecuentes en pacientes
con LES, podemos citar el trabajo de A. De Luis (7)
que estudia 96 casos de infecciones en lupus. Las
infecciones urinarias son la causa más frecuente con el
31% de los casos, siendo la Escherichia coli el germen
aislado más comúnmente (56%); el 25% de los casos
correspondieron a infecciones respiratorias (neumonías
bacterianas, tuberculosis e infecciones oportunistas);
el tercer sitio de infección lo constituyó la piel,
siendo el Stafilococo aureus el germen más frecuente en
esta localización; y en un 16% de los casos se
detectaron bacteriemias (Stafilcoco spp, Salmonella,
Pseudomona aeruginosa). La mayor
incidencia de infecciones se observó en pacientes con
lupus activo, en aquéllos con nefropatía lúpica, en los
que habían recibido tratamiento inmunosupresor o
corticoideo previo. De este mismo trabajo surge el
concepto de enfatizar la necesidad de descartar
infecciones oportunistas en todo paciente con LES y
fiebre, particularmente en aquéllos con compromiso
pulmonar o sometidos a procedimientos diagnósticos o
terapéuticos agresivos (inmunosupresores, plasmaféresis,
diálisis) (7).