Conclusión
Con la limitada evidencia disponible
hasta el momento, las intervenciones psicosociales no
han mostrado ser capaces de reducir la incidencia de
eventos cardíacos en estudios controlados en poblaciones
que habían sufrido infarto de miocardio. Es importante
considerar que el efecto de las emociones puede ser
diferente en individuos sanos que en aquellos que ya
sufren enfermedad. Se necesitan nuevos estudios
controlados, adecuadamente diseñados para evaluar la
duración, intensidad y reversibilidad de los factores
emocionales negativos sobre la enfermedad
cardiovascular. Dado que la exposición a emociones
negativas suele ser prolongada, y en algunos casos dura
toda la vida, es posible que la intervención en un punto
específico de este continuo no sea suficiente para
revertir el proceso y resultaría de gran interés la
identificación temprana de estos factores psicosociales
negativos a fin de poder intervenir sostenidamente sobre
ellos en etapas iniciales de la vida.