Estrategias no farmacológicas para la prevención:
Son
métodos fáciles de aplicar, poco costosos y su objetivo
fundamental es la prevención de la aspiración.
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Intubación /Ventilación no invasiva (VNI):
lógicamente la intubación es un prerrequisito para
la presencia de NAV. Evitar las intubaciones
innecesarias es una medida obvia a tener en cuenta.
La VNI ha demostrado ser útil en situaciones tales
como exacerbación de EPOC, injuria pulmonar aguda y
la presencia de infiltrados pulmonares con falla
respiratoria aguda en pacientes inmunocomprometidos.
El grupo de Brochard ha demostrado recientemente
que el uso rutinario de VNI en exacerbación de EPOC
y edema de pulmón cardiogénico severo, disminuye la
mortalidad y el riesgo de infecciones nosocomiales.
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Niveles de cuidados apropiados:
el hecho de delegar los cuidados necesarios para
evitar infecciones vinculadas al paciente intubado
y/o ventilado a personal carente de conocimientos,
parece estar vinculado a mayor número de NAV. El
entrenamiento parece ser una buena medida para
evitar estas cuestiones.
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Succión subglótica:
las secreciones que se acumulan por encima del
manguito del tubo endotraqueal (TE) pueden pasar al
tracto respiratorio inferior, por lo que parecería
apropiado que la aspiración de las mismas (“lago
faringeo”) ayude a prevenir infecciones
respiratorias. Existen cuatro estudios donde se
observó que el uso de un TE con un sistema de
aspiración subglótico continuo puede disminuir la
incidencia de NAV, pero ninguno de ellos demostró
disminución de la mortalidad, de la estadía en UTI ó
de la duración de la VM.
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Intubación oral:
la intubación nasal ha sido relacionada con mayor
número de NIH, al igual que el uso de sondas de
alimentación por vía nasal. Esto se debe al
impedimento de la eliminación de secreciones de los
senos paranasales, favoreciendo la infección y
posterior aspiración de secreciones infectadas. Por
lo tanto se recomienda el uso de la vía oral para la
colocación de TE y sondas de alimentación.
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Drenaje del condensado de las tubuladuras y uso de
humidificadores / calentadores:
el agua condensada en las tubuladuras puede
contaminarse y constituirse en un reservorio para la
diseminación de patógenos. Se aconseja drenar el
agua condensada en las tubuladuras con guantes,
abriendo el circuito del ventilador con cuidado para
volcar el condensado en un recipiente abierto
evitando tocar los extremos del circuito con el
contenedor y luego reconectar la tubuladura con
cuidado. El contenido del recipiente debe ser a su
vez volcado en un reservorio cerrado para su
posterior eliminación y debe ser de uso individual.
No se debe volcar en un adminículo de uso habitual
para residuos comunes y evitar que tome contacto con
el piso. El uso de intercambiadores de calor y
humedad (“nariz artificial”) en lugar de los
humidificadores puede disminuir el porcentaje de NAV.
Por lo menos en un trabajo se demostró que esta
estrategia disminuía la incidencia de neumonías
tardías asociadas al ventilador.
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Posición de la cabecera de la cama:
en pacientes ventilados, la posición supina ha
demostrado ser un factor de riesgo independiente
para el desarrollo de NAV. Estudios con
radiomarcadores en las soluciones de alimentación
enteral en pacientes en decúbito dorsal demostraron
mayor incidencia de aspiración de contenido gástrico
que en pacientes en los cuales la cabecera de la
cama se encontraba en parcialmente elevada. Un
estudio demostró una marcada disminución en la
aparición de NAV cuando los pacientes eran colocados
a 45º y una tendencia a disminución de la
mortalidad. Los pacientes en decúbito supino con
alimentación enteral tienen mayor riesgo de NAV.
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Evitar grandes volúmenes gástricos:
algunos estudios han demostrado que la aspiración
de contenido gástrico se asocia con NAV, por lo que
evitar la distensión gástrica parece ser una medida
apropiada. Algunas de las estrategias destinadas a
impedir la distensión del estómago pueden ser:
evitar opiáceos y anticolinérgicos, monitoreo del
residuo gástrico antes de cada ración de alimento,
uso de drogas gastrocinéticas, administrar el
alimento en el yeyuno en lugar del estómago y
utilizar sondas de alimentación de diámetros
pequeños. Recientes trabajos han demostrado que el
uso de alimentación por sondas yeyunales comparado
con la alimentación por sondas gástricas han
demostrado menor incidencia de reflujo
gastroesofágico, incremento del aporte de calorías
y proteínas, un tiempo mas corto para alcanzar la
dosis preestablecida de alimentación y menor
incidencia de NAV. No obstante en otros trabajos se
ha demostrado que el retardo en el inicio de la
alimentación, se ha relacionado con un efecto
preventivo en la aparición de NHIA/NAV.
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Prevención del desarrollo de biofilm:
cuando algunas bacterias se depositan en la
superficie de dispositivos tales como la superficie
del TE forman una película denominada biofilm, a
través de la regulación de genes que forman una
matriz. Ciertos microorganismos, tales como
Pseudomona Au. tienen mayor capacidad de
desarrollar biofilm, especialmente en presencia de
alteraciones estructurales de la vía aérea como
sucede en la fibrosis quística. Ciertas estrategias
como el uso de coberturas que impiden la adherencia
de microorganismos ó la nebulización de ATB, no han
sido sometidos a estudios de investigación clínica
para demostrar su eficacia en prevenir NAV.
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