Pronóstico:
Como la mayoría de las entidades médicas, la severidad de la
enfermedad tiene una relación directa al pronóstico y el
caso de la PEEC no es la excepción. Los casos leves
generalmente se resuelven en semanas. Sin embargo en los
pacientes con afecciones severas, sobre todo cuando se
demuestra la presencia de miopatía necrosante la
evolución esperada es mala tanto para la calidad de vida
del paciente, la que se deteriora por la importante
limitación de la movilidad, así como para la
recuperación en su capacidad de movilización. Es aquí
donde la demostración de alteraciones electromiográficas
de neuropatía axonal aguda con enlentecimiento de la
velocidad de conducción marca una recuperación muy pobre
de esta entidad. Se han identificado tres factores
relacionados al pronóstico de estos pacientes: a)
prolongación de la estancia en la UCI, b) mayor duración
del proceso séptico y c) severidad de la pérdida
ponderal. Hay un aspecto controversial y se refiere a la
repercusión sobre el retiro de la ventilación mecánica,
ya que los resultados en diversas investigaciones
demuestran casos en donde éste se afectó mínimamente y
en otros se prolongó significativamente, aunque la
comparación entre los grupos sin polineuropatía y los
afectados tuvieron tiempos de ventilación similares.
Otra asociación que se ha descrito en los casos de PEEC
es la mortalidad hospitalaria, considerándose a esta
entidad como un factor independiente de muerte en las
UCI. Es posible sin embargo que la propia severidad del
proceso primario que amerito el cuidado intensivo y
particularmente la mayor intensidad del proceso séptico
sea un factor contribuyente al desenlace de estos
pacientes.