Una nueva pieza para ir completando el
rompecabezas del síndrome coronario agudo
New England Journal of Medicine – Volumen 360; 25 de
Junio de 2009.
El
objetivo de la terapia de reperfusión en el síndrome
coronario agudo con elevación del ST (SCACEST) consiste
en la recanalización precoz y completa del vaso
responsable de la zona isquémica para así evitar la
necrosis miocárdica y mejorar el pronóstico a corto y
largo plazo. Existen dos estrategias para lograrlo: la
fibrinólisis y la angioplastia primaria (ATCP) con
colocación de stent; con la primera se logra el objetivo
en el 50 a 55% de los casos, mientras que con la segunda
este alcanza el 90%. Si bien esta notable diferencia ha
transformado a la ATCP en la terapia de elección para
los pacientes con SCACEST, no siempre está disponible,
por resctricciones logísticas y temporales, siendo la
fibrinólisis un tratamiento utilizado con mucha
frecuencia.
Es
sabido que los pacientes con SCACEST que reciben terapia
fibrinolítica sin éxito (o sea, no cumple los criterios
de reperfusión -45-50% de los casos-) y aquellos con
angina post-fibrinolítico deben ser derivados a un
centro de hemodinamia para la realización de la
angioplastia de rescate o secundaria (ATCR). Lo que
estaba en discusión (relativa, porque en o los últimos
años se habían publicados estudios pequeños que daban
luz a ete tema) eran los beneficios y riegos de realizar
ATCR a todos los pacientes (incluso a los que cumplieron
criterios de reperfusión) tras la terapia fibrinolítica.
El estudio de Cantor y colaboradores publicado en la
revista New England Journal of Medicine del 25 de
Junio (estudio TRANSFER-AMI; Trial of Routine
Angioplasty and Stenting after Fibrinolysis to Enhance
Reperfusion in Acute Myocardial Infarction) refuerza
la evidencia que clarifica esta cuestión.
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El estudio TRANSFER-AMI, realizado en Canadá,
incluyó 1.059 pacientes con SCACEST de alto riesgo
(criterios de inclusión: pacientes con isquemia
transmural de cara anterior y en cara inferior pero
con hipotensión, insuficiencia cardíaca Killip II y
III o con infarto de ventrículo derecho) a los que
se les había realizado tratamiento fibrinolítico, y
los randomizó a la realización de angioplastia
precoz (dentro de las 6 horas) versus proseguir una
conducta habitual (ATCR sólo ante el fracaso de la
fibrinólisis).
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A 30 días, el objetivo primario compuesto por una
combinación de muerte de origen cardíaco, reinfarto,
isquemia recurrente (angina post-infarto),
insuficiencia cardíaca y shock cardiogénico, ocurrió
en el 11% en el grupo angioplastia precoz (2,8 horas
promedio) vs 17,2% en el grupo tratamiento habitual
(P=0.004). No hubo diferencias en cuanto a efectos
adversos (principalmente complicaciones
hemorrágicas). Los investigadores concluyen entonces
que en pacientes con SCACEST de alto riesgo que
recibieron trombolíticos, la realización de
angioplastia precoz (en las primeras 6 horas) se
asocia con una significativa reducción de las
complicaciones isquémicas.
Este estudio ofrece una pieza más al rompecabezas del
tratamiento adecuado del SCACEST: los pacientes con
SCACEST de alto riesgo que recibieron fibrinolíticos
deben ser derivados para realización de angioplastia
hayan cumplido o no, los criterios de reperfusión. Este
artículo debe ser tenido en cuenta por los Médicos
especialista en Clínica Médica, sobre todo auqellos que
asistimos a enfermos críticos.
Cantor WJ, Fitchett D, Borgundvaag B, et al.
Routine early angioplasty after fibrinolysis for acute
myocardial infarction.
N Engl J Med 2009;360:2705-18.
Comentario: Dr. Javier
Montero. Servicio de Medicina Interna. Hospital Povisa,
Vigo, España. |
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