TARV en situaciones
especiales
Embarazo
El riesgo de transmisión perinatal del VIH está
determinado por la carga viral plasmática de la mujer
gestante infectada. La embarazada con infección aguda
VIH debe iniciar tratamiento de forma inmediata, debido
a las altas cargas virales que se alcanzan en esta
situación. Igualmente, si cumple cualquiera de las demás
condiciones establecidas más arriba para iniciar TARV en
el adulto, éste se indicará incluso durante el primer
trimestre. En los restantes supuestos, cuando la única
finalidad del tratamiento es la reducción de la
transmisión perinatal, el TARV se retrasará hasta la
10-12 semanas de gestación.
La pauta más utilizada es la combinación de ZDV/3TC
(Combivir) junto con un IP potenciado (LPV/r, ATV/r o
SQV/r). Se debe evitar el EFV (particularmente durante
el primer trimestre de la gestación), mientras que la
NVP sólo sería una opción si el recuento de linfocitos
CD4 maternos es inferior a 250/mm3.
En el momento el parto se debe administrar ZDV por vía
intravenosa (2 mg/Kg durante 1 hora, seguido de una
infusión continua de 1 mg/Kg/h hasta el alumbramiento),
independientemente de que la mujer estuviese o no
tomando TARV previamente. Después del parto, el TARV
combinado se continua (o inicia) si la madre tiene
indicación para el mismo. Al recién nacido se le
administra jarabe de ZDV (salvo resistencia conocida a
esta droga por parte de la madre) a dosis de 2 mg/Kg/6 h
durante las primeras 6 semanas de vida. No es
aconsejable la lactancia materna.
Coinfección con VHB y VHC
Se debe plantear tratamiento del VHB en todos los
sujetos con infección crónica (HBsAg positivo
±
IgG anti-HBc positivo) y evidencia de replicación viral,
definida por la positividad de HBeAg o VHB DNA. Tanto en
esta circunstancia como en aquellas en que un paciente
VIH positivo requiere TARV por otras razones y tiene
además una infección crónica por el VHB (replicativa o
no) el esquema terapéutico debe incluir agentes activos
frente a ambos virus: TDF + (FTC o 3TC).
El VIH acelera la progresión a cirrosis de sujetos
infectados por el VHC. Por otra parte, la
hepatotoxicidad de los antirretrovirales es más común en
pacientes coinfectados. En sujetos con CD4 < 200/mm3
es preferible iniciar TARV y demorar el tratamiento
contra el VHC hasta que mejore la situación
inmunológica. En las demás situaciones, el tratamiento
concomitante de ambos virus es factible, pero hay que
prestar especial atención a las toxicidades e
interacciones farmacológicas. La infección crónica por
el VHC se trata con interferón pegilado y ribavirina. El
TARV para pacientes coinfectados no deberá contener ddI,
d4T o ZDV, por tratarse de fármacos particularmente
hepatotóxicos.
Coinfección con
Mycobacterium tuberculosis
El problema fundamental en los pacientes VIH positivos
naïves que desarrollan una tuberculosis (TB) son
las interacciones medicamentosas entre antirretrovirales
y antituberculosos y el riesgo de que el uso simultáneo
de ambos tratamientos conlleve la aparición de una
reacción adversa paradójica o síndrome inflamatorio de
reconstitución inmune (IRIS). La rifampicina es un
potente inductor del citocromo P-450 y no se debe
utilizar junto con IPs o NNRTI distintos del EFV.
Es recomendable la terapia de observación directa (DOT)
en todos los pacientes VIH que deban tratarse una TB. El
régimen anti-TB incluirá 4 fármacos durante los primeros
2 meses (isoniazida, rifampicina o rifabutina,
pirazinamida y etambutol), seguido de 2 fármacos durante
4 meses más (isoniazida y rifampicina o rifabutina).
No se ha definido con certeza el momento idóneo para
iniciar el TARV en sujetos con TB activa. Según los
expertos, la decisión debería basarse en la cifra de
linfocitos CD4: si es <100/mm3 el TARV se
iniciaría 2 o más semanas después de comenzado el
tratamiento anti-TB; entre 100 y 350/mm3 el
TARV podría demorarse hasta completar los primeros 2
meses de tratamiento anti-TB; con > 350/mm3
el inicio del TARV se deja a discreción del médico,
aunque se podría retrasar hasta que finalizase el
tratamiento anti-TB.
El TARV recomendado en sujetos que reciben medicación
anti-TB es la combinación de TDF/FTC/EFV (Atripla). Si
se prefiere utilizar IPs potenciados, se optará por
combinarlos con TDF/FTC (Truvada) pero, en estos casos,
el régimen anti-TB deberá incluir rifabutina en lugar de
rifampicina. No se tiene experiencia suficiente con la
combinación TDF/FTC y raltegravir (800 mg 2 veces al día
si se emplea rifampicina).
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