Profilaxis post-exposición
El riesgo de transmisión del VIH después de una
exposición percutánea (p. ej. pinchazo con una aguja) es
del 0,3%. De las relaciones sexuales, la que conlleva un
mayor riesgo de contagio es la de la persona que actúa
como receptora de sexo anal (riesgo 1-30%). Cuando se
produce cualquier exposición potencial al VIH se debe
caracterizar bien, en la medida de lo posible, al
paciente fuente y al sujeto expuesto respecto al estado
serológico VIH, VHB y VHC. En exposiciones ocupacionales
esto es relativamente fácil con el uso de ELISAs rápidos
y altamente sensibles. El ELISA para detectar
anticuerpos anti-VIH se debe repetir, en el sujeto
expuesto, al mes, 3 meses y 6 meses de la exposición.
El uso de TARV en sujetos con exposición ocupacional y
no ocupacional al VIH, evita la seroconversión en el 80%
de los casos. La profilaxis se considerará en todo aquél
que se exponga a un sujeto fuente con infección VIH
conocida o con alto riesgo de tenerla. La profilaxis se
debe comenzar lo antes posible; idealmente en las
primeras 4 horas, pero no más allá de 48 horas desde la
exposición.
La pauta recomendada es TDF/FTC (Truvada), con o sin un
IP potenciado (ATV/r, DRV/r o LPV/r), durante 4 semanas.
Una alternativa a Truvada es la combinación de ZDV/3TC (Combivir).
La decisión de emplear 3 fármacos en lugar de 2
dependerá del tipo de exposición (aguja de gran calibre,
sangre visible en la aguja, exposición de mucosas o piel
no intacta a un gran volumen de sangre, sexo anal) y de
las características del paciente fuente (infección VIH
sintomática, sida, carga viral > 1500 copias/mL).
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